Calabasas, tierra de famosos
Las mansiones de este suburbio de Los ?ngeles son el ¡®set¡¯ para los Osbourne, Denise Richards o las Kardashian
Incrustada en la calle de San Fernando, Calabasas es una localidad de poco m¨¢s de 23.000 habitantes que fue incorporada al municipio de Los ?ngeles en 1991. Hasta entonces, lo m¨¢s emocionante que hab¨ªa sucedido en este enclave residencial probablemente fuera el rodaje de Casablanca en el rancho que Warner Bros pose¨ªa en la ciudad. Durante los noventa, Calabasas, una suerte de tierra de nadie entre el pr¨®spero y lleno de estrellas oeste de Hollywood y la m¨¢s pr¨®spera y a¨²n llena de estrellas playa de Malib¨², trat¨® sin suerte de convertirse en una r¨¦plica de Silicon Valley. Hoy no queda casi nada de eso, pero s¨ª de lo que alg¨²n avispado productor televisivo vio c¨®mo un terreno con enorme potencial para el rodaje de realitys shows.
Sus mansiones, decoradas con el peor gusto ¡ªimitaci¨®n de arquitectura mediterr¨¢nea combinada con descomunales escaleras de m¨¢rmol, piscinas con cascadas y dem¨¢s aberraciones¡ª empezaron, a partir de 2003 cuando se rod¨® Newlyweds, el reality de la cantante Jessica Simpson y su esposo, a convertirse en el mejor set en el que documentar la vida de celebridades tan dispares como los Osbourne, Denise Richards o las Kardashian. ¡°El terreno ofrec¨ªa mucho espacio a bajo coste, y adem¨¢s estaba alejado de la zona en la que las estrellas realmente viv¨ªan, por lo que era mucho m¨¢s f¨¢cil que los protagonistas se sintieran ¨²nicos¡±, apunta Marc Garbell, uno de los m¨¢s veteranos agentes inmobiliarios de la zona.
Britney Spears lleg¨® gastar 20.000 euros al mes de alquiler en la zona
Muchas de estas mansiones fueron construidas durante el boom inmobiliario de los noventa y hab¨ªan acogido a millonarios an¨®nimos y ejecutivos de los grandes estudios de Hollywood, la mayor¨ªa proveniente de barrios residenciales en ciudades medianas de otros Estados y para los cuales la vida en Los ?ngeles resultaba de un estr¨¦s insoportable. ¡°Esto mismo es lo que han venido buscando aqu¨ª algunas estrellas, por ejemplo, el rapero Drake¡±, apunta Molly Lambert, redactora de la revista Grantland y especialista en vida y desventuras de las celebridades. ¡°?l naci¨® en un barrio residencial en Toronto y esto es lo m¨¢s cercano a eso que puede encontrar en Los ?ngeles. Adem¨¢s, si le apetece irse al Nobu de Malib¨² (la lujosa cadena de restaurantes japoneses de Nobuyuki Matsuhisa, amigo y socio de Robert de Niro, quien lleg¨® a colocarle en el reparto de Casino) a comer cangrejo, solo tiene que cruzar la colina en coche¡±. Drake pertenece a la estirpe de celebridad ¡ªrica, pero con cierto d¨¦ficit de clase como para considerar mudarse a Manhattan o a Beverly Hills¡ª que empez¨® a poblar la zona cuando la crisis inmobiliaria hizo que algunas mansiones valoradas en 20 millones de euros pasaran a costar cuatro. Entonces, Calabasas y la amurallada vecina comunidad de Hidden Hills se convirtieron en polo de atracci¨®n de este tipo de personaje, lo que Lambert llama ¡°la primera divisi¨®n de la segunda divisi¨®n¡± del ranking emocional y medi¨¢tico de lo que ser¨ªa esa liga de gente extraordinariamente famosa. Poco a poco, fueron mud¨¢ndose a la zona Will Smith, Jennifer Lopez y Marc Anthony, Tommy Lee, Denise Richards, Richie Sambora, Gary Sinise, Beau Bridges o Britney Spears. Esta ¨²ltima vivi¨® una temporada de alquiler, abonando 20.000 euros al mes por su mansi¨®n. Calabasas se hizo tan popular que la web TMZ, dedicada al mundo de la far¨¢ndula en todas sus variantes, lleg¨® a producir una parodia de Melrose Place inspirada en las estrellas de la zona, estrellas que, como las Jenner, van de compras al centro comercial de la localidad, pues no tienen el talante o la entidad (o ambas cosas) como para que les cierren una boutique de una firma de lujo en Rodeo Avenue.
¡°Eso no estaba mal. El problema fue cuando lleg¨® el ni?ato ese¡±, comentaba a Los Angeles Times en referencia a Justin Bieber, el que es, desde 2012, su residente m¨¢s c¨¦lebre y conflictivo, una veterana residente en la zona el a?o pasado, cuando los habitantes de la localidad, cuyo l¨ªmite de velocidad son 40 kil¨®metros por hora, empezaron a no estar demasiado contentos. Bieber conduc¨ªa su Ferrari como un pose¨ªdo por el demonio y ¨¦l y sus colegas organizaban ruidosas fiestas hasta altas horas de la madrugada. Nada que ver con el esp¨ªritu de paz, tranquilidad y aislamiento que los agentes inmobiliarios de las estrellas les vend¨ªan a estas cuando les endosaban alguna mansi¨®n tras un doble muro a prueba de paparazi. ¡°Somos una comunidad tranquila, en la que no hay aceras, o alumbrado p¨²blico. Cada a?o celebramos una barbacoa para celebrar el nacimiento de la ciudad¡±, recuerda David Stanley, abogado experto en temas de entretenimiento y antiguo alcalde de Hidden Hills, en cuya escuela de Secundaria se acaba de inaugurar un teatro de 15 millones de euros financiado por los habitantes del pueblo.
El salario medio de los habitantes de Calabasas era en 2010 de m¨¢s de 114.000 d¨®lares. Por su parte, Hidden Hills sigue siendo una de las ciudades m¨¢s blancas de EE UU, con un 92,3 de cauc¨¢sicos entre sus habitantes. El porcentaje igual baja un par de puntos de los que gan¨® cuando los Smith abandonaron la localidad cuando el rapero Kanye West se mude a la zona con su mujer, la ubicua Kim Kardashian. Hidden Hills es tambi¨¦n el segundo enclave con la renta per c¨¢pita m¨¢s alta del pa¨ªs (datos de 2011). ¡°A pesar de la atenci¨®n en los medios que recibe la zona¡±, apunta Garbell, ¡°esperamos que la gente siga comprando en Calabasas y en Hidden Hills. Igual ya no atraemos a tanta celebridad, pues los m¨¦todos de los paparazi incluyen ya hasta drones, lo que hace que ni este valle sea seguro, pero lo que es cierto es que, durante unos cuantos a?os, se mudar¨¢ aqu¨ª m¨¢s gente rica que no es famosa pero quiere vivir donde los famosos, porque, si algo es suficientemente bueno para estos, piensan que tambi¨¦n lo ser¨¢ para ellos¡±.
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