Nuevo cap¨ªtulo en el culebr¨®n de Morrisey
El cantante rompe con su discogr¨¢fica tres semanas despu¨¦s de sacar su nuevo disco
?Paren las m¨¢quinas! Morrissey acaba de romper con su disquera. ?Qu¨¦, que no es una noticia sensacional? Rara vez los artistas sacan a la luz p¨²blica sus conflictos con la industria musical. Pero, amigo, Morrissey pertenece a una estirpe diferente: es un drama queen que considera que todo lo que le ocurre afecta profundamente a sus seguidores.
Y tal vez no est¨¦ equivocado: a Morrissey se le sigue con fervor, como si fuera el profeta de una nueva religi¨®n. Pero, por mucho amor que se le tenga, sus fans deber¨ªan estar habituados a sus espantadas, sus suspensiones, sus rupturas. El pasado septiembre, tambi¨¦n anunci¨® que suspend¨ªa la publicaci¨®n de su Autobiography, pactada con la editorial Penguin. Se trataba de una t¨¢ctica de negociaci¨®n: el libro sali¨® al mes siguiente, en la prestigiosa colecci¨®n Penguin Classics.
?En realidad, la Autobiograf¨ªa podr¨ªa titularse Arreglo de cuentas. Entre las v¨ªctimas de su ira acumulada, destacan las compa?¨ªas discogr¨¢ficas. El excantante de The Smiths apunta minuciosamente los puestos alcanzados en las listas brit¨¢nicas por sus abundantes lanzamientos, en un reproche expl¨ªcito: siempre ha vendido menos de lo que se merec¨ªa, clara evidencia de la torpeza del negocio musical.
Sin embargo, lo ocurrido con su en¨¦sima discogr¨¢fica, Harvest Records, ciertamente bate cualquier r¨¦cord previo en cabreos. Su estreno en la compa?¨ªa, su d¨¦cimo ¨¢lbum en solitario, World peace is none of your business, sali¨® al mercado el 15 de julio. Las cr¨ªticas fueron generalmente positivas pero algo chirriaba: los cuatro temas sucesivamente editados como singles, para animar las ventas, iban acompa?ados por videoclips donde Morrissey recitaba en vez de cantar. Lo que se llama spoken word est¨¢ de moda pero, caramba, hasta el m¨¢s lerdo entiende que no es la mejor manera de comercializar una canci¨®n, aunque all¨ª aparezcan Pamela Anderson o la amiga Nancy Sinatra (con posterioridad, ha retirado esos clips).
En True To You, se queja de que ¡°no ha recibido invitaci¨®n de ninguna televisi¨®n -?en todo el mundo!¡±
Se iba concretando una sospecha: Morrissey estaba saboteando su propio lanzamiento. Inconcebible en cualquiera otra estrella pero estamos hablando del mayor egoc¨¦ntrico del pop. T¨ªpicamente, Morrissey se expres¨® por persona interpuesta: us¨® True To You, una p¨¢gina semioficial para fans, a la hora de anunciar que prefer¨ªa los videos caseros hechos por admiradores; aparte, hab¨ªa roto las relaciones con Harvest.
Conviene saber que lo de salir con la etiqueta Harvest era puro capricho del cantante: se trata de un subsello fundado por EMI en 1969, para canalizar las grabaciones de Pink Floyd y otros grupos de rock progresivo, g¨¦nero por cierto nunca reivindicado por Morrissey. Aunque ten¨ªa sentido: mejor ser cabeza de rat¨®n que cola de rat¨®n. En la actualidad, Harvest carece de figuras de relieve; Morrissey esperaba ser tratado con los m¨¢ximos honores promocionales. Harvest es ahora parte del principal conglomerado discogr¨¢fico, Universal Music, con lo que el soporte log¨ªstico estaba garantizado.
Pero no. En True To You, se queja de que ¡°no ha recibido invitaci¨®n de ninguna televisi¨®n -?en todo el mundo!- para discutir World peace is none of your business o incluso para cantar canciones del disco¡±. Cuesta creer que realmente se ofreciera al ritual televisivo: en cualquier pa¨ªs musicalmente culto, hay programas dispuestos a hacer un hueco para Morrissey. Aparte de un cantante carism¨¢tico, estamos ante un maestro de la frase mortal, del insulto certero, de la ocurrencia ingeniosa.
De hecho, Morrissey mezcla sus conflictos profesionales con sus causas favoritas: la antipat¨ªa por los consumidores de carne (responsables del cambio clim¨¢tico, en su ilustrada opini¨®n), el odio a la familia real brit¨¢nica, la decepci¨®n ante las Naciones Unidas ¡°por no encarcelar a Tony Blair y George W. Bush por cr¨ªmenes de guerra en Irak¡±. Hasta entra en las aguas pantanosas de las paranoias conspirativas al sugerir que el derribo del Vuelo 17 de Malaysian Airlines es una repetici¨®n de la tragedia del Pam Am 103.
Morrissey mezcla sus conflictos profesionales con sus causas favoritas
Su indignaci¨®n podr¨ªa resultar medianamente convincente si en el siguiente p¨¢rrafo no volviera a su obsesi¨®n favorita: que las listas de ventas brit¨¢nicas est¨¢n manipuladas, que ¡°el n¨²mero uno se compra¡±. Aqu¨ª duele. Para su consternaci¨®n, su World peace is none of your business solo alcanz¨® all¨ª el n¨²mero 2. Un pecado mortal: aunque Harvest aseguraba que todav¨ªa ten¨ªa pactado otro segundo disco con Morrissey, su oficina respond¨ªa a Billboard, la revista de la industria, que no les ligaba ning¨²n contrato y que ya estaba buscando una nueva compa?¨ªa.
?Qu¨¦ le pasa a Morrissey? Paul Heaton, un compa?ero de la canci¨®n, perteneciente a la misma generaci¨®n, fundador de The Housemartins y The Beautiful South, escuchaba el nuevo disco y sacud¨ªa la cabeza: encerrado en su torre de marfil, Morrissey solo habla de si mismo, aunque aparente criticar las corridas de toros o la situaci¨®n mundial. Lo ¨²nico que le salvar¨ªa, a?ade, es una raci¨®n de disciplina: que ¡°se volviera a instaurar el Servicio Militar¡±. Que no se rasguen las vestiduras Mozz o sus fans: se trata de humor ingl¨¦s.
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