Otros arquitectos: la fuerza de los 1.000 millones sin casa
La arquitecta Joan MacDonald (Santiago de Chile, 1940) eligi¨® el camino at¨ªpico de los clientes que no tienen con qu¨¦ pagar. Fue una rara avis en la Escuela de Arquitectura donde estudi¨® hasta que el profesor Fernando Castillo le dijo que quiz¨¢ ella se estaba centrando en lo que deb¨ªa ser. Y la apoy¨®. Desde joven ha combinado el trabajo en los tugurios con la teor¨ªa. Pero fue la fundaci¨®n laica SELAVIP la que la llev¨® a viajar por el mundo para ayudar a mejorar las viviendas de los m¨¢s pobres. De eso hace cerca de dos d¨¦cadas.
MacDonald explica que darle techo a una familia da m¨¢s satisfacci¨®n que levantar un rascacielos. Pero tambi¨¦n cuenta que en cada lugar del mundo trabajan con un objetivo. En Per¨², por ejemplo, les piden tiza, para marcar el territorio: una vez acotado, pasan dos a?os hasta que les obligan a abandonarlo. Se trata de ganar tiempo. En Sud¨¢n les piden metal: los campamentos cubiertos de telas o pl¨¢sticos eran quemados por las noches cuando hab¨ªa que desalojar. Opina que, en Am¨¦rica Latina, el poder de los m¨¢s d¨¦biles para permanecer en las ciudades es poco. ¡°Hay una escas¨ªsima tolerancia a la diversidad¡±. Y explica por qu¨¦ el fundador de SELAVIP, Josse van der Rest, est¨¢ en contra de comprar tierra: ¡°sentimos que ceder la tierra es una responsabilidad del Gobierno. Apoyamos que la gente incluso... invada terrenos. Josse lo explica muy claro. La tierra est¨¢ tan cara porque los mismos pobres han pagado sus impuestos y con eso se han hecho las infraestructuras y ha aumentado el coste de la tierra. Los pobres han financiado una plusval¨ªa que ahora les impide ocupar la tierra. Es muy injusto que no puedan acceder a ella. No tenemos ning¨²n problema moral en que se produzca la toma de tierra. Pero somos conscientes de que en muchas ciudades vivir en un terreno ilegal pone a los pobres en una situaci¨®n de vulnerabilidad. Como dice Josse, "el pobre o vive fuera de la ley o muere dentro de la ley".
As¨ª, MacDonald lleva d¨¦cadas siendo una arquitecta de emergencia. Cuenta que su fuerza son los 1.000 millones de personas sin casa. ¡°Si est¨¢n organizados, se hacen o¨ªr. En general, los Gobiernos, en las grandes ciudades asi¨¢ticas donde hay mucho tugurio, est¨¢n abiertos al di¨¢logo¡±. Eso la hace ser optimista. Pero no se enga?a: ¡°Por otro lado est¨¢ la fuerza inmobiliaria, que es potente, enga?osa y terrible. Los enga?an con lo que les van a ofrecer. Se aprovechan de ellos. Pero ah¨ª es donde tienen un hueco los profesionales y la gente comprometida, que debe advertirles: ojo, les est¨¢n prometiendo algo que no va a poder ser¡±. Eso hace ella: hablar, negociar, advertir, motivar, dar esperanza y repartir apoyo, informaci¨®n y, cuando puede, recursos.
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