Malia empieza a volar sola
Tras sus primeras pr¨¢cticas, ya busca universidad y se divierte ¡®sola¡¯ en festivales de m¨²sica
A Barack Obama le gusta contar que una de las razones que le acabaron de convencer para volver a presentarse a la presidencia de Estados Unidos era que ello garantizaba que el servicio secreto cuidar¨ªa de sus dos hijas a lo largo de su adolescencia. Una broma que probablemente no le haga tanta gracia a las protagonistas de sus desvelos, su hija menor, Sasha, de 13 a?os y, sobre todo, a la primog¨¦nita, Malia, que con 16 reci¨¦n cumplidos est¨¢ en plena adolescencia, una de las ¨¦pocas en la que por norma general menos gusta este tipo de atenci¨®n, ni parental ni medi¨¢tica.
Pero la broma adquiere m¨¢s significado por cuanto que Obama se la repet¨ªa recientemente a una ex primera hija que sabe bien, y de primera mano, lo dif¨ªcil que es estar expuesto a los medios de comunicaci¨®n porque tu padre sea el dirigente de una de las primeras potencias mundiales. La oyente de la an¨¦cdota era Jenna Bush Hager, quien junto con su hermana melliza Barbara protagoniz¨® no pocos titulares tras ser descubiertas intentando comprar alcohol cuando todav¨ªa no ten¨ªan la edad m¨ªnima legal para ello en Estados Unidos, fijada en 21 a?os.
Cuando Malia Obama se instal¨® en la Casa Blanca con sus padres y su abuela materna, Marian Robinson, era una ni?a de 10 a?os que miraba a las c¨¢maras con timidez. Aunque sus padres han protegido a sus hijas de los focos, y la prensa ha respetado generalmente esta decisi¨®n, en estos seis a?os se ha podido ver c¨®mo esa ni?a daba el estir¨®n y se convert¨ªa en una jovencita espigada (hoy casi tan alta como su padre) con algo m¨¢s de confianza, pero todav¨ªa esquiva ante unas c¨¢maras siempre ¨¢vidas.
Al fin y al cabo, Sasha y Malia son las hijas m¨¢s j¨®venes de un presidente en d¨¦cadas. Jenna y Barbara Bush ten¨ªan 20 a?os cuando su padre entr¨® en el Despacho Oval. Hasta Chelsea Clinton hab¨ªa cumplido ya los 12 cuando su progenitor inici¨® el primero de sus dos mandatos.
Su rutina ha sido estricta: sin televisi¨®n entre semana y est¨¢ vetado Facebook
El inter¨¦s por los v¨¢stagos presidenciales viene adem¨¢s de lejos: una de las primeras hijas que m¨¢s sensaci¨®n caus¨® fue Alice Lee Roosevelt, que ten¨ªa 17 a?os cuando su padre Theodore Roosevelt lleg¨® a la presidencia. Esta protagoniz¨® esc¨¢ndalo tras esc¨¢ndalo por su afici¨®n a fumar ¡ªalgo muy mal visto en una mujer a comienzos del siglo XX¡ª en el tejado de la Casa Blanca o a apostar en carreras de caballos.
Con la adolescencia llegan ¡°los bailes, y aprender a conducir y est¨¢ el spring break (las vacaciones de primavera de los estudiantes, que suelen estar marcadas por los excesos)¡±, reconoc¨ªa la actual primera dama, Michelle Obama, en abril. ¡°Son todas las cosas que afronta cualquier padre con hijos adolescentes, salvo que en este caso tienes que lidiar con algunos detalles m¨¢s, como la seguridad¡±, suspiraba.
Desde un principio, los Obama dejaron claro que no iban a permitir que vivir en la mansi¨®n presidencial m¨¢s famosa del mundo se les subiera a la cabeza a sus hijas. Y con ese objetivo su rutina ha sido bastante estricta: nada de televisi¨®n durante la semana, Facebook est¨¢ vetado, cenas en familia a las 18.30, padre-presidente incluido, y ellas deben hacerse la cama.
Claro que crecer en la Casa Blanca tiene sus ventajas: viajar a lugares remotos como China o ?frica acompa?ando a tus padres en visitas oficiales, o cruzarte en los pasillos de casa no s¨®lo con l¨ªderes mundiales, sino tambi¨¦n con estrellas del cine como George Clooney o ¡ªquiz¨¢s m¨¢s emocionante para adolescentes como Malia y Sasha¡ª con cantantes como Beyonc¨¦, otra amiga personal de sus padres.
Precisamente, aunque los Obama no dan detalles de los planes de sus hijas salvo si los acompa?an en viajes oficiales, de lo poco que ha trascendido durante el verano de sus actividades es que Malia y su hermana acudieron en julio al concierto de Beyonc¨¦ en su Chicago natal, aunque acompa?adas por alguien a¨²n m¨¢s celoso de su seguridad que el servicio secreto, su madre.
Pero en una muestra de que Malia poco a poco empieza a despegarse de las faldas maternas, unos d¨ªas m¨¢s tarde iba sola ¡ªtodo lo sola que se puede ir cuando tienes guardaespaldas velando hasta de tu sombra¡ª al festival Lollapalooza tambi¨¦n en Chicago, donde no dud¨® en posar sonriente junto con algunos otros asistentes en selfies que r¨¢pidamente acabaron en las redes sociales.
Adem¨¢s, este verano ha hecho pr¨¢cticas en los estudios de Steven Spielberg ¡ªotra estrella pr¨®xima al universo Obama¡ª en Hollywood, donde hizo cosas tan poco glamurosas pero t¨ªpicas de un becario raso como servir caf¨¦s durante la producci¨®n de la serie de televisi¨®n Extant, protagonizada por Halle Berry.
Al fin y al cabo, como recordaba su padre poco tiempo atr¨¢s, el tiempo vuela y dentro de nada ¡ªdos a?os¡ª Malia estar¨¢ haciendo las maletas para irse a estudiar en la universidad.
¡°Estoy tratando de acostumbrarme a tragarme las l¨¢grimas para no avergonzarla¡± cuando llegue el momento, reconoc¨ªa el presidente al hablar ante una clase reci¨¦n graduada en junio. Poco despu¨¦s, se supo que la joven hab¨ªa visitado las universidades californianas de Berkeley y Stanford, donde tambi¨¦n estudi¨® Chelsea Clinton.
Quiz¨¢ otro s¨ªntoma de que con la edad est¨¢n cambiando algunas cosas, ni Malia ni Sasha pasan tampoco ya todas las vacaciones con sus padres. Eso s¨ª, los Obama dicen que conf¨ªan en ellas. ¡°Tienen la cabeza bien puesta¡±, asevera su padre.
Lo que no quita que hayan dejado bien claro, y en p¨²blico, que est¨¢n dispuestos a llegar incluso a grandes extremos para asegurarse de que no hacen algunas de las tonter¨ªas t¨ªpicas de los adolescentes, como un tatuaje comprometedor. ¡°Lo que le he dicho a las ni?as es: ¡®si un d¨ªa decid¨ªs haceros un tatuaje, entonces mam¨¢ y yo nos haremos el mismo tatuaje en el mismo lugar. Y lo colgaremos en YouTube, como un tatuaje en familia¡±, revel¨® Obama a comienzos de a?o. ¡°Pensamos que eso podr¨ªa servir para disuadirles de pensar que eso es una buena forma de rebelarse¡±, ironiz¨®.
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