Timos en la era digital
Internet favorece las estafas inspiradas en el tocomocho y la estampita
Timos cl¨¢sicos, como el del tocomocho o el de la estampita, han cobrado nueva vida en la era digital. Lo demuestra la sentencia de la Audiencia Nacional que acaba de condenar al cabecilla de una banda de origen nigeriano a 21 a?os de c¨¢rcel por una sofisticada versi¨®n del falso billete de loter¨ªa premiado. Prince Eneka Nwambu y sus socios realizaban env¨ªos masivos de correos electr¨®nicos en los se anunciaba al destinatario que hab¨ªa ganado una herencia millonaria o un suculento premio de un sorteo. A quienes picaron el anzuelo les reclamaban determinadas cantidades econ¨®micas para afrontar los gastos del inexistente boleto o de la ficticia herencia.
En los cinco a?os (entre 2005 y 2010) en los que oper¨®, la banda estaf¨® 8,8 millones de euros a 15 v¨ªctimas. Una de ellas ¡ªde origen estadounidense¡ª lleg¨® a transferir 3,8 millones con la esperanza de embolsarse nada menos que 580 de una tacada. Para dar una sensaci¨®n de credibilidad, la banda contaba con la colaboraci¨®n de un empleado de una oficina bancaria en Madrid.
Este timo ¡ªconocido como las cartas nigerianas¡ª requiere personas tan incautas como ambiciosas. V¨ªctimas deslumbradas ante la posibilidad de obtener dinero f¨¢cil. Cr¨¦dulos (m¨¢s bien primos) como los que tan atinadamente reflejaba la pel¨ªcula Los tramposos, protagonizada por Tony Leblanc.
Si en el mundo real son frecuentes las estafas, con Internet la capacidad de enga?ar se ha multiplicado. La polic¨ªa de delitos cibern¨¦ticos no da abasto.
Las actividades il¨ªcitas en la Red no tienen l¨ªmite. En esta ¨¦poca del a?o proliferan los fraudes relacionados con las vacaciones: alquiler de inexistentes apartamentos en la playa, fraudulentas ventas de billetes de avi¨®n, comercializaci¨®n de viajes tur¨ªsticos a trav¨¦s de agencias fantasma y un largo etc¨¦tera.
Para atajar este tipo de enga?os, generalmente de poca monta, es necesario que las autoridades policiales pongan todos los medios a su alcance a la hora de limpiar la Red de delincuentes. Pero tambi¨¦n ser¨ªa bueno reclamar un poco de sensatez a los ciudadanos para no caer en timos tan viejos como el de la estampita.
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