Justicia clim¨¢tica
Foto: New Security Beat blog.
La respuesta global a la amenaza del calentamiento del planeta naci¨® bajo un principio fundamental de justicia: el de proteger a aquellas poblaciones vulnerables que menos han contribuido a generar el problema y que m¨¢s sufrir¨¢n sus consecuencias. Un perfil en el que encajan a la perfecci¨®n las comunidades rurales de Etiop¨ªa, Tanzania y Uganda. Sin embargo, durante los ¨²ltimos a?os el olvido de la comunidad internacional ha obligado a los gobiernos de estos tres pa¨ªses a financiar un esfuerzo que podr¨ªa haber sido empleado en ¨¢mbitos tan esenciales como la sanidad o la educaci¨®n.
En elinforme Fair Shareque se har¨¢ p¨²blico hoy, pocas horas antes de la Cumbre del Clima de Nueva York, el prestigioso think tank brit¨¢nico Overseas Development Institute (ODI) utiliza estos tres estudios de caso para ilustrar la respuesta deficiente al reto clim¨¢tico y reclamar a los negociadores una decisi¨®n tan simple como eficaz: que los donantes internacionales se comprometan al menos a igualar la inversi¨®n realizada por las econom¨ªas m¨¢s pobres en su adaptaci¨®n al calentamiento global.
La adaptaci¨®n se ha convertido ¨Cjunto con la mitigaci¨®n de gases de efecto invernadero- en un eje central del plan de acci¨®n contra el cambio clim¨¢tico. El concepto comprende cualquier esfuerzo realizado para preparar las infraestructuras, las personas y los recursos naturales de un pa¨ªs y sus comunidades ante los efectos del calentamiento (desde la recurrencia de shocks clim¨¢ticos como las tormentas e inundaciones, hasta el deterioro lento provocado por la escasez y variabilidad de las lluvias). En el caso de las poblaciones rurales pobres, la reducci¨®n de la vulnerabilidad implica medidas como la introducci¨®n de regad¨ªo, la reforestaci¨®n y los sistemas de alerta temprana. Los medios de vida y los alimentos de centenares de millones de personas dependen de ello.
Son pol¨ªticas que los gobiernos de Etiop¨ªa, Tanzania y Uganda han ido introduciendo desde hace unos a?os como parte de su esfuerzo de adaptaci¨®n. En concreto, el gasto ascendi¨® a 440, 383 y 25 millones de d¨®lares por a?o, respectivamente, en el per¨ªodo 2008-11. De esta cantidad, solo en el caso de Tanzania los recursos de los donantes superaron a los que aport¨® el Gobierno nacional (237 vs 146 millones). En Etiop¨ªa ¨Cuno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta- los contribuyentes aportaron 8 de cada 10 d¨®lares de un gasto que equivale, por ejemplo, a la mitad del presupuesto total destinado a la educaci¨®n de los ni?os y ni?as.
El caso de ?frica oriental es un microcosmos de una realidad que se extiende al conjunto del mundo en desarrollo. Tras haber puesto al planeta al borde del abismo con sus insostenibles modelos de producci¨®n y consumo, los pa¨ªses m¨¢s ricos abandonan ahora a su suerte a comunidades que ya est¨¢n padeciendo de forma directa el zarpazo del calentamiento global. Como recuerda el informe del ODI, la creaci¨®n de foros multilaterales no ha sido un problema para la maquinaria de relaciones p¨²blicas de Europa, Estados Unidos y otras potencias. Solo en el ¨¢mbito de la adaptaci¨®n existen m¨²ltiples iniciativas como el Fondo para los Pa¨ªses Menos Adelantados, el Fondo Especial para el Cambio Clim¨¢tico, el Fondo de Adaptaci¨®n o el Programa Piloto para la Resiliencia Clim¨¢tica. Pero toda esta estructura de cart¨®n piedra se tradujo en la pr¨¢ctica en menos de 130 millones de d¨®lares para el conjunto de ?frica subsahariana durante el per¨ªodo 2008-11, en el que se centra la investigaci¨®n. Para poner este esfuerzo en perspectiva, ¨²nicamente la respuesta del Gobierno alem¨¢n a las inundaciones que se produjeron en su pa¨ªs en 2013 alcanz¨® los 10.900 millones de d¨®lares.
La idea simple de que los donantes est¨¦n obligados a igualar el esfuerzo de adaptaci¨®n de las econom¨ªas pobres supondr¨ªa un paso adelante en un proceso caracterizado por las declaraciones vac¨ªas. La reuni¨®n de ma?ana ¨Cy las que vendr¨¢n en los pr¨®ximos meses hasta la gran conferencia del clima de 2015- necesita de este tipo de avances tangibles si quiere conservar algo de su maltrecha credibilidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.