Una casa con ambici¨®n propia
FOTO: Adri¨¤ Goula
Esta casa naci¨® con ambiciones propias. Los arquitectos David Lorente, Josep Ricart, Xavier Ros y Roger Tud¨® (H Arquitectes) no recuerdan a otros clientes iguales: anotando aspiraciones, haciendo listas con expectativas, explicando c¨®mo quer¨ªan que fuese su casa.
¡°A los arquitectos nos toca filtrar, casi secretamente, en las viviendas que proyectamos y construimos las ambiciones ¡®habituales¡¯ de las parejas que se enfrentan al reto de pensar su casa. Las listas siempre est¨¢n llenas de buena voluntad, pero a menudo resultan incompletas, t¨®picas¡±, explican. Por eso, que alguien sepa lo que quiere es el mejor inicio para comenzar a hacer esa casa. M¨¢s que por atar en corto, porque carga de responsabilidad a los arquitectos.
En Sant Cugat, cerca de Barcelona, el principal reto consisti¨® en relacionar estrechamente la casa con la parcela, es decir, con el jard¨ªn. Se trataba de que ambos se sumasen, de que buena parte de la vivienda se convirtiera en un espacio intermedio (ni claramente interior ni expuestamente exterior). Sin embargo, quer¨ªan evitar las fachadas desproporcionadamente acristaladas. Quer¨ªan luz y paredes. ?Era eso posible?
Los arquitectos propusieron tres cajas esparcidas por el solar, casi alineadas y arrimadas a norte para dejar libre la zona exterior m¨¢s amplia en el sur. La primera caja, al este, contiene la zona de los hijos, con tres dormitorios individuales en la primera planta y un estudio com¨²n en la planta baja. La segunda, el volumen central, alberga el coraz¨®n de la casa: la cocina y sala grande y alta (cuatro metros de altura) con una chimenea. La tercera caja, al oeste, contiene la zona de los padres. Desde su dormitorio casi se toca el jard¨ªn.
Pero la verdadera casa est¨¢ m¨¢s en lo que no se ve que en esos tres vol¨²menes. Lo que no tiene nombre es lo que singulariza la vivienda: los intersticios generados entre las cajas. Algunos de estos espacios est¨¢n cubiertos, protegidos, pero abiertos al jard¨ªn. Se pueden cerrar con grandes vidrieras plegables y por eso se han convertido en estancias muy diferentes a las salas interiores de la ¡®cajas¡¯; como si pertenecieran m¨¢s al exterior que al interior.
El primero de estos ¨¢mbitos intersticiales, entre la zona infantil y la cocina, sirve de recibidor. El segundo, entre el sector de los padres y la cocina, es el sal¨®n, un invernadero templado en invierno que se convierte en un porche fresco en verano.
As¨ª, el jard¨ªn rodea la vivienda. Y tiene un huerto y una balsa donde ba?arse.
Construida con muros de carga de doble hoja, de obra vista en el exterior y pintada de blanco en su interior, la casa tiene todas las carpinter¨ªas de madera. Los pavimentos son continuos de hormig¨®n, con suelo radiante, porque las estancias se climatizan mediante geotermia. As¨ª en verano se refrescar¨¢ ligeramente, evitando la necesidad de deshumidificar mediante aire canalizado.
Coste seg¨²n H ARQUITECTES: 1.450 euros m2?
Babelia
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