Gallard¨®n, Q.E.P.D.
"No me da pena. El finado, digo. Se lo ten¨ªa ganado a pulso por ser m¨¢s marianista que Mariano y m¨¢s paleofeminista que Juana de Arco"
Tengo un dilema de vestuario. Y no hablo solo de la disyuntiva entre sandalias o botas, tirantes o zamarra, o pierna al aire o media gorda que me asalta todas las ma?anas con el cambio clim¨¢tico oto?o-invierno. No. La duda es m¨¢s peliaguda: ?qu¨¦ se pone una para ir correcta a los entierros en vida? Porque, hasta ahora, el dress code de los funerales estaba claro, y con ir de oscuro ibas tan cumplida y tan mona. Pero es que hoy d¨ªa, a seg¨²n qu¨¦ exequias de seg¨²n qu¨¦ peces gordos, te convocan aqu¨ª te pillo aqu¨ª te mato y, encima, te encuentras con el fiambre, perd¨®n, difunto, de cuerpo presente y coleando. As¨ª que el primero que puede ponerte verde por ir inadecuada al velorio es el muerto propiamente dicho.
Eso pensaba el otro d¨ªa cuando tuve que salir pitando a las pompas f¨²nebres de Gallard¨®n en bragas como quien dice. S¨ª, qu¨¦ pasa. Ten¨ªa un d¨ªa de trabajo sucio, el Rey estaba en USA, Rajoy se iba a China y de qu¨¦ iba a pensar una que iba a tener un sepelio de Estado a las 17,30. As¨ª que all¨ª me ten¨ªas. Con los bombachos de zumba y las chanclas de dedo que me hab¨ªa puesto para que me cicatrizaran las rozaduras de la ropa de persona humana despu¨¦s de un verano de ancha es Castilla. Mira, el bochornazo que pas¨¦ en ese tanatorio, perd¨®n, ministerio, no est¨¢ ni agradecido ni pagado. No sab¨ªa una d¨®nde meterse entre la verg¨¹enza propia y la ajena de ver a ese pr¨®cer pegarse un tiro con la pistola que su jefe le hab¨ªa dejado cargada sobre la mesa antes de pirarse a vender Espa?a al gigante asi¨¢tico.
A ver, que no me da pena. El finado, digo. Que se lo ten¨ªa ganado a pulso por ser m¨¢s marianista que Mariano y m¨¢s paleofeminista que Juana de Arco. Que, para m¨ª, lo ¨²nico que ha hecho santamente el extitular de Justicia es ajusticiarse a s¨ª mismo despu¨¦s de pretender juzgar en ¨²tero ajeno. Pero, no s¨¦, ya que no ha logrado la beatificaci¨®n por el obispo Reig Pl¨¤, esperaba m¨¢s caridad cristiana por parte de los suyos. Hasta a los condenados a muerte les concede Obama un ¨²ltimo deseo, y Rajoy no le ha dejado a su exnotario mayor del Reino ni elegir la hora de su ¨®bito, con la ilu que le hac¨ªa al pobre salir de la pol¨ªtica por la Puerta de los Leones del Congreso. En fin, que dicen que la distancia es el olvido y debe de ser cierto porque nada m¨¢s aterrizar en Pek¨ªn le preguntaron a Mariano por el interfecto y se qued¨® en blanco: ?Alberto?, ?qu¨¦ Alberto?
Ah¨ª estuvo m¨¢s fina Soraya que, a toro apuntillado, alab¨® "la visi¨®n pol¨ªtica" del morlaco. Claro que lo mismo dijo de su sucesor, Catal¨¢ Polo, digo yo que con tanto visionario, ya est¨¢ tardando Afflelou en patrocinar ese departamento. Pero a lo que interesa. Visto que est¨¢n de moda los velatorios corpore insepulto et fodiente ¡ªdon Juan Carlos, Rubalcaba, Botella¡ª urge un modus operandi, un protocolo, un dec¨¢logo, algo. ?Mejor dar el p¨¦same o la enhorabuena? ?Llevar flores o una petaca de absenta? ?Look casual, c¨®ctel o etiqueta? ?Responso o despedida laica? ?Duelo o juerga? Mientras Carmen Lomana se pronuncia al respecto, estoy por enviar una esquela a G¨¦nova con la siguiente leyenda: "Alberto al hoyo y Soraya al bollo", por ir innovando. Firmado: Q.E.P.D, que dir¨ªa Maril¨® Montero.
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