El bar¨®n Thyssen, visto por Tita
Doce a?os despu¨¦s de su muerte llegan las memorias del arist¨®crata, gestionadas por su esposa, que abordan m¨¢s temas personales que de la colecci¨®n
Ha hecho falta que pasaran 12 a?os de la muerte de Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza para que se publicaran sus memorias. Por fin, la editorial Planeta sacar¨¢ a la venta la pr¨®xima semana el testimonio de la vida del bar¨®n, uno de los grandes coleccionistas de arte del mundo que estuvo casado con la espa?ola Carmen Cervera. Ha sido precisamente su viuda quien se ha ocupado de gestionar los recuerdos del bar¨®n y de darles forma con la ayuda del periodista Jos¨¦ Antonio Olivar. Pero antes que ¨¦l otros escritores intentaron contar su historia pero se toparon con la desaprobaci¨®n de la baronesa a su trabajo. El resultado del libro de 316 p¨¢ginas es un repaso a la vida del bar¨®n pero haciendo m¨¢s hincapi¨¦ en aspectos personales que en su faceta de coleccionista. Tal es la presencia de su viuda en el libro que a veces parece un relato novelado de su relaci¨®n, que ellos presentan como id¨ªlica.
La publicaci¨®n de Yo, el bar¨®n Thyssen coincide con la reci¨¦n recupera paz familiar en casa de Carmen Cervera tras seis a?os de duro enfrentamiento con su hijo Borja y la esposa de este, Blanca Cuesta. Alguno de los asuntos que provocaron el enfrentamiento entre la baronesa y su v¨¢stago aparecen en el libro.
El bar¨®n muri¨® en su residencia de Saint Feliu de Gu¨ªxols a los 81 a?os a causa de una insuficiencia cardiorrespiratoria. Due?o de una inmensa fortuna valorada en el momento de su muerte en m¨¢s de 3.100 millones de euros, hizo del arte la gran pasi¨®n de su vida. El Estado espa?ol compr¨® en 1993 el n¨²cleo central de su colecci¨®n, con 775 obras.
CUATRO ESPOSAS
"Toda mi vida he tenido necesidad de afecto y estabilidad. ?Y no s¨¦ por qu¨¦, pero hasta ahora nunca me ha funcionado! Mis relaciones siempre fracasaron porque las mujeres me eran infieles. Es curioso: las primeras cuatro veces que me cas¨¦ cre¨ª que hab¨ªa encontrado el amor y, sin embargo, solo lo encontr¨¦ de verdad cuando dej¨¦ de buscarlo".
El bar¨®n se refiere a Teresa de Lippe como "un matrimonio de conveniencia", a Nina Dyer como "la enigm¨¢tica". De Fiona Campbell recuerda su ¡°af¨¢n por el dinero¡± y ¡°infidelidades¡± y de Denise Shorto asegura que fue "el cuarto error". Todo cambia, dice, cuando aparece en su vida Carmen Cervera.
TITA: EL DESTINO
¡°La primera vez que vi a Tita fue en Cerde?a y no hubo palabras: los ojos lo dijeron todo. Algo me llev¨® a intuir que la felicidad que hab¨ªa estado buscando a lo largo de mi vida pod¨ªa estar al alcance de mi mano. A partir de entonces, no quise perderla: solo quer¨ªa estar a su lado¡±. El bar¨®n tard¨® tres a?os en poderse casar con Carmen por las elevadas pretensiones econ¨®mica de Denise Shorto. ¡°Era una cantidad desorbitada pero yo estaba dispuesto a d¨¢rsela para acabar de una vez con todo. Sin embargo, Tita me habl¨®: ¡®Heini, ni se te ocurra. Si estamos viviendo juntos es porque nos queremos y el hecho de que estemos o no casados no debe preocuparnos¡±. En agosto de 1985 hubo acuerdo de divorcio y el d¨ªa 16 de ese mes la pareja se casaba. ¡°Tita a diferencia de mis anteriores mujeres siempre est¨¢ a mi lado. Nuestros momentos m¨¢s felices tienen lugar por la noche cuando estamos solos. Nos quedamos hablando y en ocasiones escuchando m¨²sica y bailando¡±.
LA COLECCI?N
"En los a?os veinte, mi padre empez¨® a coleccionar obras de maestros antiguos, primero de la escuela alemana y tambi¨¦n de la escuela holandesa y a partir de 1930 obras de maestros italianos. Mi padre no compra al azar, sab¨ªa lo que quer¨ªa. Cuando hered¨¦ la colecci¨®n, tambi¨¦n hered¨¦ el significado que para mi padre ten¨ªa¡±.
¡°Cree la Fundaci¨®n Thyssen-Bornemisza a fin de dar cobertura legal a la colecci¨®n (...) Cuando el Reino de Espa?a me ofreci¨® un amplio palacio para los 775 cuadros, acept¨¦ lleno de alegr¨ªa. Se cumpli¨® el sue?o de mi vida¡±
UN GOYA EN EL HOTEL
¡°Muchas veces me preguntan por el valor de mis cuadros. Algunos afirman que es incalculable. Cuando me gusta un cuadro siento dentro de m¨ª un shock especial, como si me recorriera un impulso el¨¦ctrico que me empujara a adquirirlo¡±. Y relata algunas de las adquisiciones. ¡°Una an¨¦cdota curiosa se esconde detr¨¢s de Una mujer y dos ni?os junto a una fuente, de Goya. En 1984, en v¨ªsperas del bautizo de Borja, Tita y yo lo compramos en Nueva York debido a su relaci¨®n con el bautismo (el agua, el ni?o...) Recuerdo que dijimos: ¡®Alg¨²n d¨ªa el cuadro ser¨¢ para ¨¦l¡¯. Nos lo llevamos a nuestra suite del hotel Pierre. All¨ª lo colgu¨¦ y permaneci¨® durante d¨ªas mientras nosotros pase¨¢bamos por Nueva York¡±.
Este cuadro es uno de los que Borja Thyssen reclama a su madre y uno de los motivos del enfrentamiento que ha durado tantos a?os.
BORJA
¡°Tita no solo me dio la felicidad que yo no ten¨ªa, sin que tambi¨¦n me dio lo que no hab¨ªa conocida en mi vida: poder convivir con un ni?o, Borja (...) Tita me cont¨® desde el principio qui¨¦n era el padre, Manuel Segura, y me explic¨® las razones de tipo legal por las que no pudieron contraer matrimonio. Cuando yo empec¨¦ a hablarle de adoptar a Borja, Tita insisti¨® en que antes deb¨ªa conocer a su padre. Me pareci¨® una persona excelente. Le comuniqu¨¦ mis intenciones a lo que ¨¦l me contest¨® que lo ¨²nico que quer¨ªa era la felicidad del ni?o. Luego nosotros tres se lo explicamos a ¨¦l¡±.
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