La violencia de g¨¦nero es un abuso de derechos humanos
Un tercio de las mujeres de la UE han sufrido violencia f¨ªsica o sexual en alg¨²n momento
Durante mucho tiempo, demasiado tiempo, se consider¨® que la violencia contra la mujer era un problema privado que no deb¨ªa ni pod¨ªa comentarse en p¨²blico. Se esperaba que las mujeres que eran v¨ªctimas de abusos por parte de sus parejas o de extra?os los sufrieran en silencio. Las que s¨ª denunciaban sus experiencias a las autoridades no pod¨ªan contar en ning¨²n caso con una respuesta emp¨¢tica.
Eso est¨¢ cambiando. En parte porque los roles masculinos y femeninos tradicionales contin¨²an experimentado una transformaci¨®n importante, notable durante los ¨²ltimos decenios en la Uni¨®n Europea, lo que significa que un mayor n¨²mero de mujeres pueden llevar la vida que quieren por sus propios medios y trabajar en todas las parcelas de la econom¨ªa y a todos los niveles. Y en parte porque los derechos humanos han adquirido una mayor relevancia dentro de la agenda europea. Porque la violencia contra la mujer es claramente un abuso de derechos humanos.
La existencia de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE, que tengo el privilegio de dirigir, es tambi¨¦n una prueba de la creciente importancia de los derechos humanos. La Agencia va a ser distinguida hoy con el premio anual del Observatorio espa?ol contra la violencia dom¨¦stica y de g¨¦nero, lo que demuestra que las autoridades espa?olas se toman tambi¨¦n en serio el problema de la violencia contra la mujer.
Y que nadie se llame a enga?o: se trata de un problema que tiene que tomarse muy en serio. El estudio de la Agencia de los Derechos Fundamentales, basado en entrevistas a m¨¢s 42.000 mujeres en los 28 Estados miembros de la UE, ha demostrado que un tercio de todas las mujeres en la UE han sufrido violencia f¨ªsica o sexual en alg¨²n momento de sus vidas.
Necesitamos un debate p¨²blico que contrarreste la normalizaci¨®n del? acoso a la mujer
Esta cifra es impactante. Y hay otras. Una de las formas m¨¢s nuevas y siniestras de violencia contra la mujer es el acoso cibern¨¦tico, que afecta a las j¨®venes en particular. Se ven inundadas de mensajes abusivos por tel¨¦fono, correo electr¨®nico y plataformas sociales. Nuestra investigaci¨®n indica que una quinta parte de las mujeres de entre 18 y 29 a?os de edad han sufrido acoso cibern¨¦tico. Algunas empresas de medios sociales han sido notablemente lentas en su respuesta a estas violaciones.
Incluso en la cuesti¨®n de la igualdad de trato en el trabajo, que muchos consideran un problema del pasado, nos queda todav¨ªa mucho camino por recorrer. En Espa?a, el 50 % de las mujeres entrevistadas declararon que hab¨ªan sufrido acoso sexual, muchas de ellas en el trabajo. Y el hecho de tener estudios superiores o un puesto directivo no protege a las mujeres de este tipo de abusos: en la UE, el 75 % de las mujeres que ocupan puestos de alta direcci¨®n han sufrido acoso sexual.
No estamos hablando de un problema marginal de un grupo marginal, sino de la mitad de la poblaci¨®n. Por eso necesitamos redoblar nuestros esfuerzos para eliminar la violencia contra la mujer.
Una forma de hacerlo es a trav¨¦s de la legislaci¨®n. Otra forma debe ser mediante una cooperaci¨®n mayor y reforzada entre la polic¨ªa, las empresas, los m¨¦dicos y otros profesionales sanitarios. Pero sobre todo, tiene que promoverse un debate p¨²blico a todos los niveles de la sociedad que contrarreste la normalizaci¨®n de la violencia y el acoso contra la mujer en nuestra cultura e insista en que el hecho de acosar o golpear a una mujer es inaceptable.
Para ello, los hombres tienen que verse implicados ¡ªe implicarse ellos mismos¡ª en el debate. No es ning¨²n secreto que los autores de las agresiones contra mujeres son mayoritariamente varones. Por consiguiente, es obvia la necesidad urgente de cambiar ese rol masculino que justifica no solo el uso de la violencia contra la mujer, sino tambi¨¦n contra la sociedad en su conjunto, si queremos combatir con eficacia la violencia contra la mujer.
No debemos ser pesimistas. Hace apenas dos meses entr¨® en vigor el Convenio del Consejo de Europa sobre prevenci¨®n y lucha contra la violencia contra la mujer, el llamado Convenio de Estambul: Espa?a es uno de los ocho Estados miembros de la UE que lo ha ratificado. Se trata de un paso en la direcci¨®n correcta. Las cifras que hemos obtenido en la Agencia de los Derechos Fundamentales son impactantes. Pero nos ayudan a revelar la magnitud del problema y, con ello, a romper los tab¨²es que lo rodean. Ese es, tambi¨¦n, un paso en la direcci¨®n correcta. Para seguir recorriendo ese camino, cada uno de nosotros ¡ªtanto hombres como mujeres¡ª tenemos que preguntarnos a nosotros mismos: ?qu¨¦ puedo hacer mejor?
Morten Kjaerum es el director de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Uni¨®n Europea
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