Linchamientos en la Red
El catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica Joaquim Brugu¨¦ ha sido acosado por sectores catalanes independentistas
El catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica Joaquim Brugu¨¦ se ha visto engullido en los ¨²ltimos d¨ªas en un torbellino pol¨ªtico que le ha llevado a una dr¨¢stica decisi¨®n: cerrar su cuenta de Twitter y dejar de colaborar con los medios. Lo ha hecho despu¨¦s de haber sido objeto de un duro linchamiento en las redes sociales y medios digitales pr¨®ximos al independentismo tras haber dimitido como miembro de la comisi¨®n de juristas que deb¨ªa supervisar la consulta del 9-N. Tom¨® la decisi¨®n al considerar que no ofrec¨ªa garant¨ªas democr¨¢ticas.
Lo que este caso muestra son dos hechos igualmente lamentables. El primero, el agobiante clima que est¨¢ causando en Catalu?a y fuera de ella la extrema tensi¨®n que se vive. La segunda, la facilidad e impunidad con la que puede llegar a organizarse una campa?a de descr¨¦dito a trav¨¦s de las redes.
Brugu¨¦ hab¨ªa sido nombrado a propuesta de Iniciativa per Catalu?a y se limit¨® a expresar, como era su derecho, una opini¨®n. Lo hac¨ªa, adem¨¢s, desde la autoridad que le da ser uno de los m¨¢s acreditados expertos en participaci¨®n ciudadana.
Lo m¨¢s suave que le dijeron quienes arremetieron contra ¨¦l en la Red ¡ªpor da?ar el proceso¡ª es ¡°traidor¡±. El independentismo catal¨¢n, que quer¨ªa aparecer como un proyecto amable e integrador, est¨¢ dando muestras de peligrosa intolerancia. ?Qu¨¦ tipo de sociedad puede prometer un proyecto pol¨ªtico que no es capaz de admitir la disidencia y que toma como una traici¨®n lo que simplemente es un ejercicio individual de responsabilidad?
Las redes sociales son campo abonado para las expresiones de intolerancia. Como ahora Brugu¨¦, poco antes Raimon y tambi¨¦n el jugador del Bar?a Gerard Piqu¨¦, objeto de acoso hace unas semanas por haber participado en la Diada con su hijo. Como Brugu¨¦, tambi¨¦n ellos fueron acusados de traidores.
Pero, ?debemos tomar lo que piensa un grupo reducido de personas como expresi¨®n de un estado de opini¨®n? Mal har¨ªamos, porque la din¨¢mica viral favorece las voces m¨¢s extremas. Pero tampoco hay que minimizar su papel. La polarizaci¨®n pol¨ªtica crea monstruos de intolerancia que, como en los dibujos de Goya, pueden acabar d¨¢ndose garrotazos.
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