?Deber¨ªa haber sido presidenta Hillary?
Con las elecciones legislativas a la vuelta de la esquina, los candidatos dem¨®cratas no quieren hacer campa?a con Obama. Su balance es moderadamente bueno en pol¨ªtica interior y muy malo en la exterior
?Qu¨¦ fue del mes¨ªas? Hablo de aquel por el que los estadounidenses bailaron en las calles gritando Yes we can! en la inolvidable noche electoral de hace solo seis a?os. Aquel cuyo nombre estaba en boca de todos los europeos. Aquel que prometi¨® que la humanidad recordar¨ªa ese momento ¡°en el que se fren¨® la subida de los mares y nuestro planeta empez¨® a curarse¡±.
En v¨ªsperas de las elecciones legislativas del 4 de noviembre, exactamente seis a?os despu¨¦s de la elecci¨®n de Barack Obama, los candidatos dem¨®cratas no quieren aparecer junto a ¨¦l. Elizabeth Drew, una veterana observadora de la pol¨ªtica norteamericana, escribe: ¡°Es muy probable que no haya habido tanto rechazo de los candidatos a figurar junto al presidente de su partido desde la ¨¦poca de Richard Nixon¡±. Su ¨ªndice de aprobaci¨®n est¨¢ en torno al 40%. En Europa ya casi no hablamos de ¨¦l: hemos pasado del ?Obama! ?Obama! al No-drama-Obama y luego al Nobama.
?Qu¨¦ ha ocurrido? ?O esta desilusi¨®n es tan poco realista como la euforia inicial? Este verano, en Estados Unidos, he pedido a varios comentaristas que hicieran un balance de la presidencia de Obama. Por supuesto, todav¨ªa pueden pasar muchas cosas en los dos a?os largos que le quedan, pero seguramente ha tomado ya la mayor¨ªa de sus grandes decisiones, y cada vez da m¨¢s la impresi¨®n ¡ªcon sus canas, su desapego y sus discursos cansados¡ª de que preferir¨ªa estar jugando al golf.
Hay que recordar que ning¨²n presidente, desde 1945, hab¨ªa empezado en una situaci¨®n tan dif¨ªcil. Lleg¨® al poder con la peor crisis financiera desde los a?os treinta, tras la desastrosa e innecesaria guerra de George W. Bush en Irak, con un sistema pol¨ªtico disfuncional en torno a un Congreso manipulado, polarizado y dominado por el dinero, y en pleno cambio hist¨®rico del equilibrio mundial de poder. Este a?o, China sobrepasar¨¢ a Estados Unidos como primera econom¨ªa del mundo (medido en paridad de poder adquisitivo). En un art¨ªculo que escrib¨ª desde Washington al d¨ªa siguiente de la elecci¨®n de Obama, todav¨ªa con el eco de los c¨¢nticos del Yes we can!, ya expres¨¦ mis dudas de que aquel ¨¢nimo esperanzado bastara para superar todos esos obst¨¢culos.
Y no supe prever otro obst¨¢culo. Aunque se proclam¨® que la llegada de un negro a la Casa Blanca era el final de la peor mancha en la mayor democracia del mundo, resulta que sigue habiendo muchos prejuicios. ¡°Es innegable¡±, dice Drew, ¡°que la raza del presidente es un factor importante en el lenguaje y los m¨¦todos tan destructivos que se emplean para atacarle¡±.
Desde 1945 nadie ha empezado a gobernar en una situaci¨®n tan dif¨ªcil, en plena crisis financiera
Dicho esto, ?cu¨¢l es el balance provisional? Mi respuesta es: moderadamente bueno en pol¨ªtica interior, muy malo en pol¨ªtica exterior. La econom¨ªa estadounidense es la que mejor va de todas las desarrolladas. Ha crecido casi el 8% desde el primer trimestre de 2008, mientras que la de la eurozona ha ca¨ªdo m¨¢s de un 2% en ese mismo periodo. El paro ha ca¨ªdo a menos del 6%. El d¨¦ficit fiscal para el a?o 2014 fue inferior al 3% del PIB (el l¨ªmite te¨®rico de la eurozona). Podemos debatir sin descanso de qui¨¦n es el m¨¦rito ¡ªel Gobierno, Ben Bernanke, el gas de esquisto, el dinamismo de un mercado interior inmenso, el innato esp¨ªritu emprendedor de los estadounidenses, Dios Todopoderoso¡ª, pero todo eso ha pasado durante la presidencia de Obama. Las restricciones de la ley Dodd-Frank al sistema financiero son t¨ªmidas e incompletas, pero la Agencia de Protecci¨®n Financiera para el Consumidor, creada por ¨¦l, ofrece nuevas formas de amparo frente a los banqueros. Asimismo, Obama ha hecho todo lo posible para empezar a reducir las emisiones de carbono, a pesar del poder de los grupos de presi¨®n en el Congreso.
El lanzamiento inicial de la p¨¢gina web de Obamacare fue un desastre y ¨¦l asumi¨® la responsabilidad, pero el programa ha permitido que alrededor de 10 millones de personas tengan por primera vez un seguro de salud. Dos profesores de Princeton han descubierto que, en su primer mandato, Obama dedic¨® mucho m¨¢s dinero a programas contra la pobreza que otros presidentes dem¨®cratas. Ha hablado menos de los pobres pero ha hecho mucho m¨¢s por ellos. Falta (todav¨ªa) una gran reforma de la inmigraci¨®n, pero el motivo fundamental es que los republicanos est¨¢n m¨¢s preocupados en asegurarse las primarias frente al Tea Party que en obtener los votos de los hispanos.
No est¨¢ mal para ser una ¨¦poca de vacas flacas. Por el contrario, en pol¨ªtica exterior, el presidente del que el mundo esperaba tantas cosas ha hecho muy poco. No ha cometido ¡°estupideces¡± como invadir Irak. Pero eso es todo.
El estadista visionario del discurso de 2009 en El Cairo no aprovech¨® la oportunidad de la primavera ¨¢rabe, en especial en Egipto, donde m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares de ayuda otorgaban a Estados Unidos la capacidad de influir en el Ej¨¦rcito, de nuevo dominante y represor. Obama declar¨® una l¨ªnea roja sobre el uso de armas qu¨ªmicas en Siria y luego dej¨® que el presidente El Asad la cruzara con impunidad. El Asad dirigi¨® sus ataques contra la oposici¨®n moderada, para la que Hillary Clinton hab¨ªa pedido a Obama m¨¢s ayuda. El resultado fue que el Estado Isl¨¢mico (EI) se hizo fuerte. Su debilidad en las negociaciones con el primer ministro chi¨ª de Irak, Nouri al Maliki (una debilidad criticada en unas memorias recientes por su exsecretario de Defensa, Leon Panetta), empuj¨® a algunos sun¨ªes descontentos a unirse tambi¨¦n al EI. Y ahora Estados Unidos ha vuelto a intervenir en Irak.
El giro hacia Asia es una buena idea, pero ni China ni EE UU est¨¢n satisfechos con los resultados
El prematuro premio Nobel de la Paz no se ha dedicado (a¨²n) en cuerpo y alma a buscar una soluci¨®n de dos Estados para Israel y Palestina, como hizo Bill Clinton, a pesar de saber que debe hacerlo. Ha reaccionado con tibieza a la indignante agresi¨®n de Vlad¨ªmir Putin en Ucrania. La primavera pasada declar¨® que Rusia no era m¨¢s que una potencia regional y que le preocupaba m¨¢s que pudiera estallar un arma nuclear en Manhattan. El esc¨¢ndalo del programa masivo de vigilancia de la NSA ha irritado a varios aliados cruciales, sobre todo los alemanes, y ¨¦l ni siquiera ha despedido a su m¨¢ximo responsable de inteligencia, el general James Clapper, que hab¨ªa mentido al respecto ante el Congreso.
El giro hacia Asia es una buena idea, pero ni China ni los aliados de Estados Unidos en la regi¨®n est¨¢n muy satisfechos con los resultados. Y luego est¨¢ el desarrollo. El hombre que lleg¨® al poder hablando de Norte y Sur en lugar de Oriente y Occidente ha contribuido menos al desarrollo en el Sur del planeta que George W. Bush, con los Objetivos del Milenio y otras iniciativas. Ah, y no ha cerrado Guant¨¢namo. ?Tengo que seguir?
Todo esto lleva a una pregunta interesante: ?los votantes de las primarias dem¨®cratas se equivocaron al ordenar sus prioridades hist¨®ricas? ?El primer afroamericano antes que la primera mujer? Aunque ni Clinton ni Obama hab¨ªan ocupado puestos de Gobierno (por ejemplo, de un Estado), Hillary ten¨ªa m¨¢s experiencia y seguramente habr¨ªa sido m¨¢s dura en casi todos los temas. En 2008 ten¨ªa la edad apropiada, mientras que, si gana en 2016, tendr¨¢ 69 a?os. Y con ocho a?os m¨¢s, m¨¢s tiempo en el Senado y un periodo como secretario de Estado o vicepresidente, Obama habr¨ªa Estado m¨¢s preparado para afrontar los retos de un mundo peligroso. Un buen ejemplo de historia alternativa.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige en la actualidad el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford. Su ¨²ltimo libro es Los hechos son subversivos: escritos pol¨ªticos de una d¨¦cada sin nombre.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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