Marta Ferrusola, el poder en casa de los Pujol
La mujer de Jordi Pujol fue durante d¨¦cadas el modelo perfecto del nacionalismo catal¨¢n conservador Pero ahora su imagen ha saltado en mil pedazos tras el fraude fiscal de su familia y los problemas jur¨ªdicos de tres de sus hijos
"Hola. ?Qu¨¦ le parece que su marido no vaya antes del d¨ªa 22?¡±, le pregunt¨® un periodista de la agencia Atlas a Marta Ferrusola, el 3 de septiembre, cuando sal¨ªa de su casa, en la Ronda General Mitre de Barcelona, dispuesta a tomar un taxi. El reportero se refer¨ªa a que Jordi Pujol hab¨ªa anunciado que comparecer¨ªa en el Parlament catal¨¢n para dar cuenta de su fraude fiscal despu¨¦s de que su hijo Jordi declarara en la Audiencia Nacional. Ferrusola ignor¨® la pregunta, entr¨® en el coche y antes de dar un portazo solt¨® un sonoro: ¡°?V¨¢yase a la mierda!¡±. Siete d¨ªas despu¨¦s, la esposa del expresidente de la Generalitat se top¨® de nuevo con los periodistas que hac¨ªan guardia ante su casa y dijo: ¡°?Hoy hablo yo! ?Qui¨¦n de ustedes dos estaba el d¨ªa en que les envi¨¦ a la mierda? H¨¢game el favor de decirle que me disculpo, pero es que ustedes me ponen muy nerviosa. La verdad es que ¨¦l fue muy atrevido porque meti¨® la cabeza [se refer¨ªa al coche, pero no lo hizo] y le dije: ¡®V¨¢yase a la mierda¡¯. D¨ªganle que me perdone¡±.
Los dos v¨ªdeos, colgados en la Red, dejaron estupefacto a m¨¢s de uno por la maleducada e intempestiva reacci¨®n inicial de Ferrusola y por la asombrosa desfachatez con la que, repitiendo el insulto, pidi¨® perd¨®n despu¨¦s. Pero no sorprendi¨® tanto a quienes conocen bien a esta mujer dura que se pase¨® 23 a?os (desde 1980 a 2003) como primera dama de Catalu?a. Y luego, otra d¨¦cada m¨¢s como esposa del honorable Pujol. Su aureola le permiti¨® ser tertuliana de Catalunya R¨¤dio en tiempos del tripartito. Fue para el nacionalismo catal¨¢n un modelo a seguir bajo la c¨¦lebre proclama aix¨° ¨¦s una dona! (?esto es una mujer!) con la que los convergentes la aclamaban cuando sal¨ªa a saludar las victorias de CiU desde el balc¨®n de la Generalitat.
Todo ese mundo ha saltado en mil pedazos tras la confesi¨®n de Pujol y los problemas judiciales de tres de sus siete hijos: Jordi, Oriol y Oleguer. Un juez de Barcelona investiga a toda la familia para dar con el origen de su fortuna. Con un mill¨®n de euros en Andorra, Ferrusola declar¨® un patrimonio de 685.099 euros. Hacienda fue miope: en 2013 le devolvi¨® 2.137 euros.
Nacida en Barcelona en 1935 en una familia de la peque?a burgues¨ªa ¡ªsu padre ten¨ªa una tienda de tejidos¡ª, Ferrusola se convirti¨® en una figura tan popular como Pujol. Su perfil fue el de la nacionalista conservadora perfecta que va a misa los domingos y vuelve a casa con un tortel de hojaldre. Muy catalanista, muy religiosa y excursionista. Y tambi¨¦n esquiadora ¡ªde ni?a su foto apareci¨® en el anuncio de la estaci¨®n de N¨²ria¡ª y con arrestos para, con casi 60 a?os, tirarse en paraca¨ªdas o coronar el Montblanc. De trato amable y cercano en las distancias cortas, Ferrusola jug¨® con esa pr¨®xima familiaridad y osad¨ªa ¡ªlleg¨® a ir a la radio para desmentir el rumor de que Pujol ten¨ªa una amante¡ª mientras hac¨ªa y deshac¨ªa a su antojo en la ¨®rbita de la Generalitat.
Fue ella misma la que se delat¨® en 2004, en la presentaci¨®n del libro Marta Ferrusola. La sombra del poder, de Maribel Juan, que da infinidad de detalles de su biograf¨ªa, al describir c¨®mo encaj¨® que el tripartito desplazara a CiU de la Generalitat: ¡°Aunque ganamos las elecciones nos robaron el Gobierno. Es como si entran en tu casa y te encuentras los armarios revueltos porque te han robado¡±. ¡°Sent¨ªa la Generalitat como su cortijo¡±, dice un conocido de la familia. ¡°Siempre ha cre¨ªdo que sus hijos ten¨ªan derecho a trabajar en la Administraci¨®n por el sacrificio que Pujol hizo por Catalu?a. ?l nunca estaba en casa y no se vio con autoridad moral para frenarla. Y ahora le ha obligado a inmolarse para salvarlos¡±.
Esa relaci¨®n qued¨® cristalizada con denuncias del PSC e ICV en los noventa contra el nepotismo de los Pujol: Marta, la hija mayor, arquitecta, logr¨® seis contratos de adjudicaci¨®n directa y Oriol, que fue secretario de Industria, suaviz¨® las condiciones para que su hermano Pere construyera un parque e¨®lico. La misma Ferrusola ve¨ªa natural colaborar con la Generalitat: tiene una florister¨ªa ¡ªatend¨ªa a la clientela¡ª y fue accionista de Hidroplant, la firma que suministr¨® plantas al Puerto de Barcelona y a cuatro departamentos de la Generalitat. M¨¢s de una vez us¨® coches p¨²blicos para sus traslados. El tripartito cancel¨® los contratos. En 1994, Hidroplant plant¨® aquel c¨¦sped del Camp Nou que tuvo que ser arrancado: las ra¨ªces decrec¨ªan.
Comprometida con el nacionalismo desde su matrimonio con Pujol ¡ªdurante el franquismo pasaba a m¨¢quina, con guantes, las octavillas catalanistas¡ª, Ferrusola tiene grabados sus viajes en su dos caballos a Zaragoza, con sus dos ni?os, para visitar en prisi¨®n a Pujol, condenado por su activismo. Luego lo confinaron en Girona. ?l le dej¨® claro que Catalu?a era su prioridad y ella ancl¨® el matriarcado. ¡°M¨¢s que el clan Pujol, es el clan Ferrusola¡±, dice un amigo de la familia.
Utilizaba a los escoltas para sus recados. ¡°Mi trabajo no es pasear al perro¡±, le replic¨® un ¡®mosso¡¯
Militante convergente activa ¡ªm¨ªtines incluidos¡ª e independentista de pata negra ¡ª¡°Catalu?a no es Espa?a¡±, dijo en 1998 al promover las selecciones catalanas¡ª, hay controversia sobre hasta qu¨¦ punto influy¨® en las decisiones de Pujol. S¨ª contribuy¨® a defenestrar a Miquel Roca y a apostar por Artur Mas, en detrimento de Josep Antoni Duran Lleida, como delf¨ªn de su marido. ¡°Mas era un buen chico y cumplidor¡±, apunta la misma fuente. Fue ella la que alent¨® el regreso a Catalu?a de Josep Maria Flotats, entonces actor de la Com¨¦die-Fran?aise. Y la que reprendi¨® a los consejeros cuando se divorciaban y conoc¨ªa a sus nuevas parejas.
¡°As¨ª que usted habla catal¨¢n¡±, dijo Ferrusola una vez a un camarero vestido con camisa blanca y pantalones de tergal en el restaurante Els ca?adors de Queralbs, en el Pirineo, donde tiene la casa que hered¨® de su padre. ¡°S¨ª se?ora¡±, respondi¨® en catal¨¢n. ¡°Y franc¨¦s tambi¨¦n¡±. El camarero era el ya exl¨ªder de ERC Joan Puigcerc¨®s que pasaba los veranos trabajando en ese pueblo de postal para pagarse la universidad. No fue el ¨²nico gesto clasista de Ferrusola. Locuaz, esta mujer que tiene la Biblia como libro de cabecera alert¨® en 2001 que con tanta inmigraci¨®n las iglesias acabar¨ªan siendo mezquitas. La guinda fue una frase que le perseguir¨¢ toda la vida: ¡°Cuando mis hijos eran peque?os, me dec¨ªan: ¡®Hoy no puedo jugar, madre. Son todos castellanos¡±. Luego env¨ªo a los diarios cartas aclarando que es partidaria de la integraci¨®n. En 2008, dijo que le molestaba mucho que el presidente de la Generalitat fuera ¡°un andaluz con nombre castellano¡± (Jos¨¦ Montilla) y que no hablara con fluidez el catal¨¢n. Pujol se desmarc¨®.
Muy radical, m¨¢s de uno se qued¨® de piedra cuando en una noche electoral, en 1999, oy¨® este exabrupto contra el periodista Carles Francino que conduc¨ªa el programa de TV3: ¡°Cada vez que le veo me sale urticaria. ?C¨®mo puede ser que tengamos a este socialista presentando los informativos de nuestra televisi¨®n?¡±. ¡°Siempre ha sido muy cerrada. Si no eras de los de su patio, estabas fuera¡±, se sincera un amigo independentista. Roto en mil pedazos el oasis catal¨¢n, ahora afloran sus tics autoritarios. No guardan buen recuerdo los mossos que trabajaron con ella como escoltas. ¡°Les preguntaba por su origen y si ten¨ªan un padre o madre de fuera se los quitaba de encima. Hab¨ªa que llevarle las bolsas, pasear al perro, cambiarle la bombona de butano o ir a la tintorer¨ªa a recoger los trajes. Confund¨ªa la seguridad con ser su secretario o mayordomo¡±, revelan fuentes pr¨®ximas a losmossos. Un exagente cuenta que un d¨ªa ella le dio a su perro Queralt para que lo paseara. ¡°Se?ora: mi trabajo no es pasear perros¡±, recuerda que le dijo. En otra ocasi¨®n, un d¨ªa de Santa Marta, mientras patrullaba, le obligaron a ir al Palau de la Generalitat a toda prisa para que cargara en una furgoneta los regalos que hab¨ªa recibido Ferrusola y los llevara a su casa. ¡°Me negu¨¦ y me amenazaron con un expediente. Solo conduje el veh¨ªculo para no meter en un l¨ªo a otro compa?ero¡±, a?ade. ¡°Eso era malgastar fondos p¨²blicos¡±, lamentan fuentes pr¨®ximas a los polic¨ªas auton¨®micos. Seguramente, tambi¨¦n deb¨ªa serlo cuando iba de viaje oficial con Pujol y desaparec¨ªa si le gustaba el destino. En uno a Marruecos, se fue de turismo por el Atlas.
¡°Aqu¨ª manda ella¡ tambi¨¦n. Es tremenda. Tiene m¨¢s car¨¢cter que yo¡±, confes¨® Pujol en El convidat (el invitado), de TV3, en el que el periodista Albert Om pasa un fin de semana con un personaje. ¡°?Oh! ?Qu¨¦ comediante!¡±, replic¨® Ferrusola. Parec¨ªan un matrimonio de abuelos catalanes discretos y austeros que no ha cambiado el comedor en toda su vida. Impresiona ver el programa ahora ¡ªse emiti¨® en septiembre de 2012¡ª y escuchar a Pujol afirmando que a¨²n estaba a tiempo de estropear su biograf¨ªa o... de mejorarla. ¡°Vamos a ver¡±, reflexiona un funcionario. ¡°Si ella, con 80 a?os, en sus horas bajas, es capaz de enviar a un periodista a la mierda ?C¨®mo ser¨ªa cuando estaba en las altas?¡±.
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