El fotoperiodista Ricardo Garc¨ªa Vilanova se mueve mejor en las distancias cortas. Aqu¨ª comenta ¨¦l mismo algunas de sus fotograf¨ªas en Siria, Libia o Afganist¨¢n.
Esta escena ocurre en Bengasi, en la plaza principal del puerto, durante el asedio que sufri¨® la ciudad al principio de la guerra en 2011. Se trata de una manifestaci¨®n en la que las mujeres se pusieron a rezar para que las fuerzas de Gadafi no tomaran la ciudad. En el pr¨®logo del libro ¡®Lybia Close Up¡¯ se explica la situaci¨®n de ese momento. Solo hay mujeres en la imagen porque ellas y los hombres se manifestaban separados. La que est¨¢ enfocada se encuentra como en trance, en medio de una plegaria. Hab¨ªa much¨ªsimas, como unas 300; son muchas si tenemos en cuenta que la mitad de las personas se hab¨ªan ido ya de la ciudad¡ Esto fue cuando los franceses llegaron a bombardear con los tanques a la ciudad, en febrero de 2011. Toda la ciudad estaba asediada y los gadafistas estaban a dos kil¨®metros. Los franceses llegaron en el ¨²ltimo momento, bombardearon y salvaron a toda esta gente.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEsta foto muestra a dos ni?os soldado en el frente, en la batalla final que sucedi¨® en Sirte, donde pillaron a Gadafi. La expresi¨®n de su rostro refleja mucha tensi¨®n y es porque estaban disparando, estaban flipados, era la primera vez en su vida que viv¨ªan algo as¨ª, que manejaban un arma. Hab¨ªa muchos chavales jovencitos, tengo varias im¨¢genes en las que salen ni?os de 14 o 15 a?os, y tengo incluso una foto de un cr¨ªo de 11 a?os sujetando un arma, aunque ese no disparaba. Tambi¨¦n hab¨ªa muchos ni?os heridos por explosiones, por heridas de bala¡ Algunos luchaban y otros eran civiles. En esta foto en concreto, el chico de atr¨¢s no llegaba a los 20 a?os.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEsta imagen tiene una historia muy dram¨¢tica. La hice en una plaza en la que publicaban las fotos de los desaparecidos. Se los llevaba la polic¨ªa y no se volv¨ªa a saber nada de ellos. Este es el panel de cristal bajo el que las pon¨ªan; sobre ¨¦l se reflejan los rostros de esas personas. En esta foto, se ve en primer plano el retrato de uno de los desaparecidos. El ni?o y los hombres que se ven reflejados hab¨ªan ido hasta all¨ª a ver las im¨¢genes y averiguar si ten¨ªan alg¨²n pariente o amigo entre ellos. Me interesaba sacar que el ni?o estaba con el adulto mirando la fotograf¨ªa de una persona. Esta era una zona muy castigada de Bengasi, que fue la ciudad donde prendi¨® la revoluci¨®n. Me impresiona que la gente no se vuelva loca en situaciones as¨ª; son mucho m¨¢s fuertes que en Europa.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEsta imagen es muy conmovedora por la sangre pero, realmente, los ni?os no estaban muy graves en comparaci¨®n con otros heridos que ve¨ªas por all¨ª. Se les hab¨ªa introducido metralla en el cuerpo y se ve c¨®mo un m¨¦dico la extrae de la pierna de uno con ayuda de unas pinzas pero, por suerte, no sufrieron ninguna amputaci¨®n ni nada m¨¢s grave; de haber sido as¨ª, no hubiera tomado la fotograf¨ªa. A pesar de todo, la imagen es muy espectacular, me pareci¨® muy significativa y un ejemplo de lo que se ve¨ªa a diario en Siria: la camisa ensangrentada del padre, la mano de la madre que sujeta la de su hijo¡ Esto ocurri¨® el 19 de junio de 2011; fue el d¨ªa que las tropas de Asad bombardearon tres panader¨ªas en Alepo. Mataron a 50 personas e hirieron a 197.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEl cad¨¢ver que se ve en primer t¨¦rmino es el de un padre de familia que estaba atravesando la calle en la ciudad de Al-Qusayr (Siria) cuando le cay¨® un mortero y le mat¨®. Su hija peque?a est¨¢ d¨¢ndole un ¨²ltimo beso antes de enterrarlo. Los otros son un hermano y un primo. La escena ocurre en la casa familiar, a d¨®nde lo llevaron antes de darle sepultura. Llegaron los ni?os y lo besaron para despedirse de ¨¦l. Luego se lo llevaron los adultos. Los entierros eran muy r¨¢pidos porque los bombardeos eran constantes, as¨ª que era peligroso estar en el exterior. Los muertos eran sepultados en cinco minutos, sin tiempo casi para que la familia se despidiera. Pude hacer esta foto con permiso de los parientes, ya que all¨ª todo el mundo me conoc¨ªa, era el ¨²nico extranjero de la ciudad. Otra cosa sorprendente es que, cuando alguien ca¨ªa muerto o herido en la calle, todo el mundo se acercaba a ayudar, aunque fuera peligroso. La guerra saca lo peor y lo mejor del ser humano.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEstos ni?os viv¨ªan en unas cuevas en Idlib (norte de Siria) con sus familias. En total eran unas 400 personas y, la mitad eran cr¨ªos. Estaban all¨ª refugiados porque debido a los bombardeos hab¨ªan perdido sus casas, pero all¨ª no ten¨ªan ni agua, ni electricidad, ni comida, ni absolutamente nada. Se alimentaban de aceitunas, de latas de sardinas¡ En la foto salen con las manos en alto porque estaban jugando; los ni?os estaban bien dentro de lo que cabe, ellos al final no siempre se enteran demasiado de lo que est¨¢ pasando. A ciertas edades no es muy traum¨¢tico par ellos, pero luego s¨ª.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEstos son ni?os de la Rep¨²blica Centroafricana que tienen malaria o est¨¢n desnutridos. En RCA nacen muchos beb¨¦s de forma prematura a causa del estr¨¦s que se genera en sus madres por el conflicto armado que azota el pa¨ªs desde diciembre de 2013. MSF tiene en Bangui un hospital para tratar de salvarles la vida, ya que nacen muchas semanas antes de tiempo y cuando llegan al mundo son diminutos y muy fr¨¢giles. La mujer de esta foto se llama Diana, tiene 26 a?os y aqu¨ª se olvid¨® completamente de que yo estaba, se la ve como en trance. No quer¨ªa ponerle nombre a su hijo de momento, no hasta que cumpla 12 meses porque entonces sus posibilidades de sobrevivir aumentar¨¢n.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEn esta imagen el color no se ha retocado, sali¨® as¨ª por el sol, por c¨®mo entraba la luz a esa hora del d¨ªa. La hice en una iglesia de Rep¨²blica Centroafricana donde se hab¨ªa refugiado un grupo de unas 200 personas porque la milicia s¨¦l¨¦ka estaba matando a la gente, quemando y destrozando casas¡ Esta iglesia est¨¢ dentro de un recinto religioso donde tambi¨¦n hab¨ªa un hospital. Todos los refugiados dorm¨ªan en el interior del templo; hab¨ªan retirado todos los bancos para hacer sitio.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEsta fotograf¨ªa corresponde al brote de c¨®lera que vivi¨® Hait¨ª durante el a?o 2010 y que cost¨® la vida a m¨¢s de 8.000 personas. El lugar es un hospital de campa?a de M¨¦dicos sin Fronteras situado muy cerca de la capital, Puerto Pr¨ªncipe. Estaba lleno de enfermos que iban siendo atendidos poco a poco por m¨¦dicos cubanos. El ni?o que mira a c¨¢mara estaba enfermo, pero no era de los m¨¢s graves. La mujer de azul que se ve detr¨¢s era su madre, y al fondo se distingue otro paciente.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEn primer t¨¦rmino vemos los pies de un ni?o que tienen una especia de palo en la mano; estaba jugando con ¨¦l. La escena corresponde al a?o 2004, un momento en que Hait¨ª estaba lleno de bandas organizadas y grupos guerrilleros, as¨ª que las Naciones Unidas mandaros un contingente de 7.000 militares para desmontarlas y pacificar el pa¨ªs. Los dos soldados que se ven al fondo proven¨ªan de Sri Lanka.Ricardo Garc¨ªa VilanovaFue tomada en el 2006, a las puertas de un hospital de Kabul (Afganist¨¢n) que trata a personas que han perdido alguna extremidad por las minas antipersona. Lo fund¨® Alberto Cairo, un hombre que lleva 25 a?os all¨ª y ha visto todo: la revoluci¨®n, la invasi¨®n de los rusos, la llegada de los talibanes al poder, la entrada de los americanos¡ ?l decidi¨® montar el hospital y recibi¨® la ayuda de la Cruz Roja Internacional. Su trabajo consiste, fundamentalmente, en colocar pr¨®tesis a quienes han sufrido amputaciones.Ricardo Garc¨ªa VilanovaEsta otra imagen que refleja la dura realidad de las personas que han sufrido amputaciones despu¨¦s de que les estallara una mina. En este caso nos encontramos en una casa de Kandahar (Afganist¨¢n) en la que un m¨¦dico del hospital coloca una pr¨®tesis a una chica. Las mujeres tienen muchos derechos restringidos en Afganist¨¢n, as¨ª que, en vez de ir al hospital, va el m¨¦dico a sus casas a visitarlas y revisar su estado de salud. En este caso, el doctor estaba haciendo un segundo reconocimiento porque la joven no estaba c¨®moda con la primera pr¨®tesis que le hab¨ªan colocado, as¨ª que estaban probando con otra. El padre est¨¢ a la izquierda de la foto, se le puede distinguir con un pa?uelo blanco. El hermano peque?o est¨¢ a la derecha, observando el proceso.Ricardo Garc¨ªa Vilanova