Brasil, el mundo de ma?ana
En la nueva etapa de Dilma Rousseff el pa¨ªs se enfrenta al reto de la modernizaci¨®n. Har¨ªa bien en apostar por su talento m¨¢s joven y atender las expectativas de una generaci¨®n que exige un futuro mejor
Brasil y Am¨¦rica Latina se encuentran de nuevo en una encrucijada. La regi¨®n entera se est¨¢ despidiendo de una belle ¨¦poque, la de altas tasas de crecimiento impulsadas por el tir¨®n de las materias primas. Con la irrupci¨®n de China en el ajedrez mundial, a principios de los 2000, Am¨¦rica Latina encarrill¨® una bonanza sin precedentes. Este motor se est¨¢ apagando. Todav¨ªa el efecto del cuento chino se mantiene. Pero estamos viviendo el fin de una ¨¦poca. Como en El mundo de ayer,ese canto del cisne escrito por Zweig desde Brasil, le toca a toda la regi¨®n despedirse de unos viejos tiempos que pasaron. Y no volver¨¢n.
Las elecciones brasile?as, que se acaban de celebrar con la ajustada reelecci¨®n de Dilma Rousseff, apuntalan un giro en la regi¨®n. En todos los pa¨ªses ¡ªincluso en el siempre ejemplar Chile¡ª estamos presenciando una econom¨ªa pol¨ªtica de la impaciencia. Los j¨®venes, que se est¨¢n incorporando a los mercados laborales, piden mejores condiciones y las clases medias, que se han fortalecido con la bonanza, tambi¨¦n piden mejores servicios p¨²blicos, m¨¢s y mejor educaci¨®n, sanidad, transporte. Las revueltas callejeras vividas estos ¨²ltimos meses en Santiago, S?o Paulo o Lima tienen una misma matriz, una creciente demanda de mejor redistribuci¨®n de las riquezas de las naciones.
Cuando estaba en la OCDE, dirigiendo el Centro de Desarrollo, publicamos entonces ¡ªera a finales de los 2000 y todav¨ªa el drag¨®n chino sobrevolaba los Andes y el Amazonas¡ª un estudio detallado de las pol¨ªticas fiscales en la regi¨®n. Calculamos as¨ª c¨®mo los coeficientes GINI, que miden la desigualdad, se ajustaban o no antes y despu¨¦s de las transferencias fiscales. Dicho de otra manera, busc¨¢bamos indagar si las pol¨ªticas fiscales en Am¨¦rica Latina eran redistributivas. Y la respuesta ha sido un rotundo no: desde M¨¦xico hasta Brasilia, pasando por Bogot¨¢ o Caracas, los coeficientes GINI antes y despu¨¦s de impuestos no se ajustaban. Algo muy diferente ocurre en Europa, donde las desigualdades antes y despu¨¦s de transferencias fiscales se ajustan en varios puntos. Mientras en Europa las pol¨ªticas fiscales son redistributivas, en Am¨¦rica Latina no lo son. Con el auge de las clases medias, la presi¨®n no har¨¢ m¨¢s que aumentar.
En Europa las pol¨ªticas fiscales son redistributivas, pero en Am¨¦rica Latina no lo son
Am¨¦rica Latina y Brasil tendr¨¢n que enfrentarse a este reto. No siempre pasar¨¢ por m¨¢s inversi¨®n, sino muchas veces por mejor inversi¨®n en sanidad, educaci¨®n o transportes. Sobre todo pasar¨¢ por que esa inversi¨®n alcance las poblaciones m¨¢s pobres, que la educaci¨®n sea m¨¢s redistributiva, las autov¨ªas conecten con los poblados m¨¢s aislados y la sanidad sea m¨¢s universal. Muchos pa¨ªses son conscientes de estos retos, como muestra las pol¨ªticas llevadas a cabo en M¨¦xico, Colombia o Per¨². Sin embargo el tiempo corre, el reloj de la bonanza china se agota y los avances se est¨¢n haciendo esperar. Las protestas en las calles de Brasil no han dicho m¨¢s que esto. El coste total de la Copa del Mundo 2014, celebrada en Brasil, super¨® los 11.600 millones de d¨®lares, es decir, el triple que la sufragada por ?frica del Sur en 2010. Este coste represent¨® el 60% del presupuesto de la educaci¨®n nacional en el pa¨ªs y el 30% del de la sanidad. Apenas el 14% de las carreteras brasile?as est¨¢n asfaltadas ¡ªfrente al 64% en China o el 38% en M¨¦xico¡ª. Lo que han criticado los brasile?os es esa falta de prioridades en un pa¨ªs que ahora ostenta estadios del primer mundo y educaci¨®n, sanidad y transporte que siguen siendo del tercer mundo.
El mundo de ayer termina. El Brasil de los a?os de Lula, con el Cristo del Corcovado lanzado como un cohete desde la portada de The Economist, es pasado. Con Dilma de nuevo al mando, el pa¨ªs tendr¨¢ que enfrentar retos singulares. El Brasil de ayer crec¨ªa a tasas anuales promedio del 4% del PIB (entre 2003 y 2010). En 2014 entr¨® en recesi¨®n t¨¦cnica, la inflaci¨®n est¨¢ por encima de la banda alta del banco central y sobre todo la competitividad y productividad del pa¨ªs son bajas, lo que repercute negativamente en el crecimiento potencial. Entre 2008 y 2013 Brasil ha sido uno de los primeros 10 destinos mundiales de inversi¨®n extranjera, con un promedio anual de 53.000 millones de d¨®lares. Para seguir si¨¦ndolo tendr¨¢ que enfrentar una nueva oleada de reformas estructurales.
Brasil no es un pa¨ªs cualquiera. En Am¨¦rica del Sur es la mitad del continente. Cuenta con 200 millones de habitantes, m¨¢s que el resto de Sudam¨¦rica. La inversi¨®n extranjera que se vuelca hacia el pa¨ªs (64.000 millones de d¨®lares) equivale al total del resto de pa¨ªses. Hay m¨¢s m¨®viles en el pa¨ªs que habitantes y m¨¢s que en todo el resto del continente. Es el pulm¨®n ecol¨®gico del planeta y es tambi¨¦n la s¨¦ptima potencia econ¨®mica del mundo. Lo que ocurre all¨ª no es por tanto indiferente o anecd¨®tico para la regi¨®n y los mercados internacionales. Lo que haga Brasil (o no) marcar¨¢ tambi¨¦n la regi¨®n. Es, por ejemplo, llamativo que Asia se haya lanzado hacia una carrera desenfrenada hacia la innovaci¨®n y la tecnolog¨ªa y la regi¨®n todav¨ªa se est¨¦ pensando (como Espa?a) la apuesta: mientras en China y Corea m¨¢s del 25% de las exportaciones son de muy alta tecnolog¨ªa, en Brasil y en M¨¦xico apenas lo son el 10% y 15% del total respectivamente. Mientras Corea y China ya invierten el 4,4% y el 2% de su PIB respectivo en I+D, Brasil apenas alcanza el 1,2% (comparable al 1,3% de Espa?a), por delante de M¨¦xico y Chile, con apenas 0,5% ambos.
Los estadios de Brasil son del primer mundo. La educaci¨®n, la salud y el trasnporte, del tercero
Como todos, Brasil (y por extensi¨®n Am¨¦rica Latina) har¨ªa bien en apostar m¨¢s por su talento joven. Mientras Corea, como pa¨ªs, encabeza la lista del famoso ranking PISA de la OCDE, Brasil colea en torno al puesto 59 (justo por detr¨¢s de M¨¦xico y Chile, respectivamente en los puestos 52 y 54). Y sin embargo, el pa¨ªs chorrea talento. ?Qui¨¦n sabe, por ejemplo, que uno de los fundadores de Facebook es brasile?o? ?O que el creador de la famosa Xbox de Microsoft tambi¨¦n es brasile?o? La ¨²ltima encuesta de los millenials (los j¨®venes nacidos justo antes del milenio) nos trae una noticia esperanzadora para Brasil y toda la regi¨®n: los j¨®venes latinoamericanos se perciben como l¨ªderes digitales. M¨¢s que cualquiera de los dem¨¢s, europeos y norteamericanos incluidos. Encaran el futuro con optimismo: el 81% de los millenials brasile?os piensan que los mejores tiempos est¨¢n por venir (frente al 41% en Europa), una cifra comparable a la de toda la regi¨®n (78%). Am¨¦rica Latina es as¨ª el ¨¢rea del mundo que tiene m¨¢s j¨®venes que se perciben como l¨ªderes del milenio, digitales, creativos, capaces de impactar en la sociedad: Colombia y Per¨² (con el 27% y 26%) encabezan el ranking, junto con Chile (22%), M¨¦xico (21%), y Brasil (18%). Todos ellos est¨¢n (muy) por delante de EE?UU (16%), Alemania (12%)¡ y Espa?a (6%).
Si Brasil (y Am¨¦rica Latina) quiere ganarse el mundial del futuro tendr¨¢ que apostar m¨¢s por esta juventud ansiosa de comerse el mundo. Esa misma juventud es la misma que est¨¢ tambi¨¦n tomando las calles a gritos, asaltando la pol¨ªtica desde las redes sociales o haci¨¦ndose un hueco empresarial en el mundo digital. Aqu¨ª el continente tiene una cantera y un vivero como ning¨²n otro. Esperemos que no desaproveche esta bonanza y se transforme en un continente 3.0, y S?o Paulo y R¨ªo se asemejen m¨¢s a la imagen de Se¨²l o de Tel Aviv.
M¨¢s all¨¢ de qui¨¦n ha ganado en Brasil, lo que se juega en Am¨¦rica Latina es qu¨¦ pa¨ªs y regi¨®n los latinos queremos ser. Y esto tambi¨¦n vale para Espa?a. A los latinos nos gusta golear, ganar mundiales (y nos desesperamos cuando los perdemos). Deber¨ªamos meterle la misma pasi¨®n en golear y ganar el mundial digital. Nos ir¨ªa mucho mejor. Brasil es el pa¨ªs del juego bonito; esperemos que lo sea tambi¨¦n, en un futuro no tan lejano, de la innovaci¨®n bonita.
Javier Santiso es profesor de Econom¨ªa, ESADE Business School. Ha publicado Banking on democracy: financial markets and elections in emerging countries (MIT Press, 2013) y prepara para 2015 un nuevo libro, Espa?a 3.0.
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