Correo (demasiado) elogioso en EPS y un desliz machista en el crucigrama
Los lectores de EL PA?S opinan sobre los contenidos del diario tanto en las noticias abiertas a comentarios en la edici¨®n digital, -donde es frecuente que se utilicen alias-, como enviando cartas y mensajes electr¨®nicos, -identific¨¢ndose- a la secci¨®n de Cartas al Director. O a esta defensora, en el que caso de que sientan que se ha quebrado alguna norma esencial del diario. El Pa¨ªs Semanal, la revista dominical, tiene su propio buz¨®n en el que recibe cartas de sus lectores, y publica semanalmente una selecci¨®n de las mismas.
Selecci¨®n que al lector Jes¨²s Niembro, de Asturias, le parece sospechosamente favorable, tal y como se?ala en el mensaje que me ha enviado, despu¨¦s de leer el correo de EPS una semana de septiembre. Compruebo con ¡®pasmosidad¡¯ que de las ocho cartas reproducidas, siete van dedicadas a proferir encendidos elogios a la rica variedad de redactores y temas tratados en el suplemento, dice. E incluso aventura una serie de posibilidades para explicar por qu¨¦ las cartas son amables y elogiosas. La selecci¨®n de cartas al EPS est¨¢ manipulada bajo el criterio del ¡®autoincienso¡¯ (probable y posible), o esta otra hip¨®tesis, La redacci¨®n del EPS est¨¢ formada exclusivamente por amigos y parientes cercanos de los personajes citados (improbable pero no imposible).
He trasladado esta queja a la subdirectora Maite Rico, responsable de la edici¨®n del domingo de este diario y de los suplementos de fin de semana.
La secci¨®n de Correo recoge una amplia representaci¨®n de las cartas que llegan a El Pa¨ªs Semanal", explica. "Una gran mayor¨ªa son en tono positivo. As¨ª ha ocurrido tradicionalmente en la revista, y quiz¨¢s ahora se ha agudizado por el hecho de que existen otros canales m¨¢s inmediatos en los que los lectores expresan su desacuerdo o sus cr¨ªticas con los contenidos, como los comentarios en la edici¨®n digital o las redes sociales. De vez en cuando se incluyen tambi¨¦n en el papel. No hay en absoluto ni intenci¨®n ni necesidad de manipular nada. Lo ¨²nico que no se admite, ni aqu¨ª ni en ning¨²n medio, son los ataques personales o los contenidos ofensivos.
Como lectora asidua de EPS entiendo que puede resultar sorprendente que la inmensa mayor¨ªa de las reacciones a los textos que publica esta revista ¨Calgunos de ellos pol¨¦micos art¨ªculos de opini¨®n-, sean siempre elogiosas. Es cierto que muchos lectores prefieren hace un comentario inmediato a enviar un mensaje al buz¨®n de correo, sobre todo si es cr¨ªtico con lo que han le¨ªdo. A¨²n as¨ª, creo que ser¨ªa mejor incluir alguno de esos comentarios no tan amables que aparecen en la edici¨®n digital, porque reflejar¨ªan mejor el debate en torno a los temas, lo que siempre es positivo para una publicaci¨®n.
No quiero dejar de mencionar en este art¨ªculo, (pese a hacerlo con considerable retraso debido a la acumulaci¨®n de temas), la queja que me envi¨® una lectora, Dolors Jimeno, que encontr¨® en uno de los crucigramas, por otra parte muy apreciados, de Mambrino, la siguiente definici¨®n: Vaguear ... como otros se benefician a una individua (4 palabras). La soluci¨®n tirarse a la Bartola.
Jimeno escribe indignada: Me parece insoportable. Exijo una rectificaci¨®n al diario. Luego no nos quejemos de la capitan¨ªa de la Davis, de los asesinatos.... Hemos de empezar por los comportamientos personales.
El autor del crucigrama, Jos¨¦ Luis Herencia ¡®Mambrino¡¯, se disculpa. Lamento haber dado lugar a que [esta lectora] se haya sentido ofendida por una expresi¨®n poco respetuosa en nuestro peri¨®dico. Tiene toda la raz¨®n: la justificaci¨®n en el doble sentido de la expresi¨®n no excusa su empleo en caso alguno, ni, por supuesto, en mi crucigrama. Mambrino promete, adem¨¢s, tener en cuenta la sensibilidad de todos para que nadie se vuelva a sentir defraudado por el contenido del pasatiempo.
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