Izquierda

?Manuel Valls, primer ministro franc¨¦s, ha advertido que la izquierda puede morir si no se reinventa. Me parece bien, estoy de acuerdo con ¨¦l. Ha a?adido que es preciso superar la tentaci¨®n de la nostalgia, crear nuevas soluciones para resolver nuevos problemas sin aferrarse a los t¨®tems, los s¨ªmbolos, las palabras del pasado. Tambi¨¦n estoy de acuerdo con ese an¨¢lisis. A continuaci¨®n, ha propuesto que su partido cambie de nombre, renunciando a llamarse socialista. Esta propuesta, en s¨ª misma, me parece irrelevante, pero en el contexto de este discurso tiene el valor de transparentar sus verdaderas intenciones, no tan distintas de las que Pedro S¨¢nchez, o mejor dicho, sus elocuentes silencios en lo que respecta a su programa econ¨®mico, ha revelado hasta ahora. La novedosa aportaci¨®n de Valls se ha producido despu¨¦s de que un grupo de diputados socialistas votara en contra de unos presupuestos que pretenden acentuar en 2015 el programa de recortes y austeridad a toda costa que padecen ya los franceses. Esa es la verdadera novedad de la propuesta de un l¨ªder socialista que pretende reinventar su partido integr¨¢ndolo en un bloque liderado hist¨®ricamente por sus enemigos ac¨¦rrimos. Reinventemos la izquierda, pero hag¨¢moslo desde la premisa de que s¨®lo existe una pol¨ªtica econ¨®mica y no tenemos m¨¢s remedio que aplicarla. ?Qu¨¦ har¨ªa hervir de indignaci¨®n la sangre de nuestros abuelos? Desde luego, pero vivimos en otros tiempos y es preciso pagar el precio de la modernidad, ?o qu¨¦ quer¨¦is, que gobierne la extrema derecha? Esto es lo que pretende decir Valls en realidad y con eso, desde luego, no puedo estar de acuerdo, as¨ª que voy a hacer mi propia aportaci¨®n. Si la izquierda no se reinventa, puede morir. Si dejamos que la reinventen ciertos l¨ªderes del socialismo europeo, morir¨¢ con toda seguridad.