Vidas ejemplares
La corrupci¨®n nos descubre un florilegio de personajes
Las ¨²ltimas semanas han sido un no parar en el servicio p¨²blico de arrestar y encausar a presuntos delincuentes relacionados con la corrupci¨®n. Y en medio se mezclan escenas como la vivida en Serranillos, un pueblo madrile?o de apenas 4.000 habitantes, cuyo alcalde fue sorprendido in fraganti tratando de sacar documentos. Despachada por el juez Eloy Velasco, al cargo de la Operaci¨®n P¨²nica, la Guardia Civil descubri¨® lo que estaba haciendo el susodicho. Al final Antonio S¨¢nchez, el alcalde, ha tenido que dimitir y el juez ha decretado prisi¨®n para ¨¦l, eludible con una fianza de 60.000 euros.
Y qu¨¦ paradoja la de Francisco Granados, presunto jefe e ide¨®logo de la trama P¨²nica, que ahora ocupa una de las celdas de la misma c¨¢rcel de Estremera en cuyo acto inaugural particip¨® a t¨ªtulo de autoridad, el 15 de julio de 2008. Granados, que asist¨ªa como consejero de Interior y Justicia de la Comunidad de Madrid, aplaudi¨®, sonriente, el momento en que el entonces ministro socialista de Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, descubr¨ªa la placa conmemorativa de la inauguraci¨®n del nuevo centro penitenciario.
La vida de Granados ha incluido 10 a?os como secretario general del PP madrile?o y cargos en el Gobierno de la Comunidad de Madrid, am¨¦n de su puesto anterior como alcalde de Valdemoro. Ahora se ha visto que toda esa vida p¨²blica solo era el iceberg de sus actividades.
No menos interesante es el caso de Sonia Castedo, alcaldesa popular de Alicante, que se niega reiteradamente a dimitir pese a haber sido objeto de una doble imputaci¨®n judicial. Por cierto, una oportuna indisposici¨®n de la dama evit¨® ayer que se encontrara con el presidente del Gobierno en su ciudad.
Y qu¨¦ decir de Jaume Matas, exministro y expresidente de Baleares, que ha tenido la suerte de que el actual Ministerio del Interior le haya concedido la semilibertad pese al informe de la junta de la prisi¨®n, que no era favorable al tercer grado solicitado por el interno.
La corrupci¨®n no solo interfiere el normal funcionamiento de las Administraciones y el uso de la bolsa com¨²n; alumbra adem¨¢s, como se ve, inefables vidas ejemplares.
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