?Son estos carriles el futuro de la bici?
Londres se suma a las ciudades que propone habilitar v¨ªas para ciclistas literalmente encima de las carreteras habituales
Peatones y ciclistas son incompatibles en las aceras y los veh¨ªculos no quieren ceder espacio en la calzada, esa es la madre de todos los problemas en el ciclismo urbano. Se puede compartir con mejor o peor fe, pero algo mucho m¨¢s efectivo, seguro e infrecuente son las infraestructuras espec¨ªficas, como carriles bicis. Y es en ese terreno donde arquitectos de todo el mundo buscan innovar en diferentes ciudades. Hace unas semanas, por ejemplo, Londres plante¨® un trazado para bicis por el r¨ªo. Literalmente. Se llama Thames Deckway y es una de las ¨²ltimas soluciones arquitect¨®nicas para que las bicicletas tengan su espacio: una propuesta de apariencia futurista?que invita a pedalear sobre las aguas y que podr¨ªa estar sacada de un remix entre Blade Runner con Waterworld.
Con un coste de 760 millones de euros, los ocho kil¨®metros proyectados del Thames Deckway (una idea del arquitecto David Nixon en colaboraci¨®n con la artista Anna Hill, el equipo de dise?o Arup y Hugh Broughton Architects) ser¨ªan de uso ciclista en las horas punta de la ma?ana y de la tarde con un peaje de 1,50 libras (2 euros). El resto del tiempo se utilizar¨ªa como espacio peatonal. ¡°Es una aproximaci¨®n lateral a los problemas de espacio en una ciudad congestionada¡±, describ¨ªa Norman Foster en la presentaci¨®n de su proyecto SkyCycle, una red de carriles bici a¨¦reos que para mejorar la movilidad a pedales en la capital brit¨¢nica.
Esta red, a la que se acceder¨ªa a trav¨¦s de dos centenares de accesos con ascensores, sigue el trazado de las l¨ªneas de tren de cercan¨ªas y comunicar¨ªa a seis millones de personas con el centro a un ritmo de 12.000 ciclistas por hora, seg¨²n sus autores. ¡°Los grandes proyectos son los que han transformado la historia de la capital¡±, afirma Anna Rose, directora de la consultora Space Syntax, que junto a Foster + Partners y los paisajistas de Exterior Architecture son los defensores de SkyCycle. Rose la define como una red segura, estrat¨¦gica y necesaria. Tambi¨¦n es cara. El equipo de dise?adores calcul¨® que la construcci¨®n de 6,5 kil¨®metros de ruta, que comunicar¨ªan Stratford con la estaci¨®n de Liverpool Street, costar¨ªa 220 millones de libras (264 millones de euros).
En los Pa¨ªses Bajos se realiza todos los a?os una competici¨®n de infraestructura ciclista
¡°En los tiempos en los que estamos, las megainfraestructuras del tipo que sea no son lo m¨¢s indicado¡±, opina Esteban Benito, urbanista que trabaja en la ingenier¨ªa Tytsa. ¡°Es preferible invertir en una pol¨ªtica de educaci¨®n y en campa?as de concienciaci¨®n¡±. Basa su argumento en las tendencias desarrollistas que cada cierto tiempo invaden las ciudades. ¡°Es puro espect¨¢culo. Algo que se repite d¨¦cada tras d¨¦cada. Los scalextric (gigantescos pasos elevados con ramales que invadieron las ciudades espa?olas en los setenta y los ochenta) parec¨ªan una soluci¨®n de futuro y acabaron siendo desmantelados¡±, a?ade.
Pero no es el ¨²nico proyecto. En Pa¨ªses Bajos realizan una competici¨®n anual de infraestructura ciclista. R¨®terdam acaba de inaugurar un imponente puente futurista, de 190 metros de largo, para peatones y pedaleantes. Tambi¨¦n se est¨¢ testando la viabilidad de carriles bici con paneles solares y la de Hovnering o la rotonda flotante de Eindhoven, una soluci¨®n arquitect¨®nica para evitar que peatones y ciclistas se mezclen con los coches.
¡°Si es por la bici, ?que siga el espect¨¢culo!¡±, bromea Luis Mart¨ªn, investigador de pol¨ªtica ambiental de 32 a?os. ¡°Algunos de estos proyectos parecen excesivos pero otros, aunque parezcan caros, no lo son¡±. Un kil¨®metro de carril bici en la calzada cuesta 80.000 euros, se?ales y organizaci¨®n viaria incluida. Mientras, para construir una carretera se requieren 600.000 euros por kil¨®metro, en una plataforma en terreno normal, seg¨²n la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico. ¡°Estas soluciones tan espectaculares, si est¨¢n bien pensadas, pueden ser una gran estrategia para la bicicleta¡±, concluye Mart¨ªn.
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