10 fotosEl cazador de realidades olvidadasEl fot¨®grafo ?lvaro Laiz acaba de ser seleccionado como finalista de los premios de fotograf¨ªa de Magnum por su trabajo documental sobre el tigre siberianoLola HierroMadrid - 14 nov 2014 - 18:46CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLa primera vez que llegu¨¦ a Uganda, en 2008, descubr¨ª el problema que hay en el pa¨ªs con los hu¨¦rfanos de VIH. Esta es una imagen muy especial porque a partir de esta visita, ya en 2009, empezamos a trabajar con la ONG local Nacwola, que es una cooperativa de mujeres con sida. Muchas mueren y dejan hu¨¦rfanos, as¨ª que un grupo decidi¨® juntarse y elaborar unos libritos para sus hijos. En ellos cuentan qui¨¦n era su madre, qui¨¦n es su familia, qu¨¦ les gustar¨ªa para ellos, cu¨¢l es su casa y cu¨¢les son sus tierras, en qu¨¦ personas pueden confiar¡ Nos enamoramos de esta iniciativa, as¨ª que decidimos volver y fundar nuestra ONG, Anhua. Autoeditamos un libro de fotograf¨ªas y el dinero recaudado fue destinado a continuar este proyecto.?lvaro LaizEsta foto, tomada en Uganda, es la imagen que tuve en la mente todo el tiempo desde que me fui en 2008 hasta que regres¨¦ un a?o despu¨¦s. La mujer se llama Joyce y es la abuela de los cinco ni?os que la acompa?an. Como madre, primero cuid¨® de sus hijos, pero luego ellos murieron, as¨ª que con 70 a?os tuvo que hacerse cargo de todos sus nietos, que quedaron hu¨¦rfanos. Es la imagen del desarraigo; imagina toda una vida luchando para que tus hijos salgan adelante y que luego se mueran todos. Un problema a?adido fue la dote, una tradici¨®n a¨²n vigente en Uganda. Los padres del marido de una de sus hijas, tambi¨¦n fallecido, le reclamaba la casa en la que viv¨ªan a pesar de que eso implicaba dejar a los hijos de ese matrimonio ¨Csus propios nietos tambi¨¦n- en la calle. ?lvaro LaizEste es uno de los prost¨ªbulos de Ulan Bator, la noche que hice esta foto nos la pasamos entera trabajando. La mujer a la que est¨¢n maquillando en el fondo de la escena es Gambush, la ¨²nica transg¨¦nero que ha conseguido un estatus respetable en la sociedad mongola. Es porque lleva todo el negocio de pubs nocturnos, de prostituci¨®n¡ En Mongolia, se les permite un espacio muy concreto: el mundo de la noche. Saliendo de ah¨ª, no hay forma de que sean ellos mismos. En Mongolia me encontr¨¦ todo el tiempo esa dicotom¨ªa. De noche pueden hacer alarde de su personalidad pero de d¨ªa tienen que pasar desapercibidos; tienen una doble vida. ?lvaro LaizEsta foto, tomada en un desierto en el centro de Mongolia, muestra a Gambush vestida con el traje de reina mongola. Necesitaba una imagen que fuera el resumen del proyecto y ella me la dio. El traje viene de la cultura n¨®mada del pa¨ªs, hay varios vestidos de reinas de diferentes regiones y hoy en d¨ªa se usan en bodas y otras celebraciones. Este es muy parecido al de la princesa Amidala de la saga de La Guerra de las Galaxias, ya que se inspiraron en el folclore mongol para elaborar el vestuario de las pel¨ªculas. En Mongolia existe un estrecho v¨ªnculo entre la transexualidad y el chamanismo; este ha tenido mucho arraigo en la sociedad pero en la ¨¦poca comunista desapareci¨®, se diluy¨®. ?lvaro LaizEsta imagen pertenece a un trabajo conjunto con David Rengel que trata sobre los ni?os soldado de Uganda, Sud¨¢n y Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo. Yo esperaba encontrar en Uganda ni?os soldado, con sus fusiles y sus gorras militares, y lo que hall¨¦ fue a personas adultas que hab¨ªan sido capturadas por el Ej¨¦rcito ugand¨¦s o por el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n del Se?or de Joseph Kony, o a veces por ambos en distintos momentos de sus vidas, y entrenados para combatir y matar. Los mismos que hab¨ªan sido secuestrados de ni?os luego hab¨ªan capturado a otros menores cuando ellos ya eran adultos. Cuando sal¨ªan de ese infierno, la mayor¨ªa de ellos quedaban abandonados a su suerte: la gente no los quer¨ªa porque hab¨ªan sido obligados a matar a sus familias en muchos casos. Si te secuestran con nueve a?os y vuelves a tu aldea con 18, ya no eres la misma persona. Muchos ten¨ªan traumas psicol¨®gicos brutales; se dan casos de agresiones a gente de su entorno¡ Si el estr¨¦s postraum¨¢tico desencadena suicidios en ex combatientes de Estados Unidos que tienen atenci¨®n y est¨¢n arropados, imag¨ªnate lo que puede provocar en estos chavales que carecen de cualquier ayuda. El proyecto Planes de Futuro vino de ellos; les preguntamos dos cosas: ?Qu¨¦ perdiste por la guerra? y ?Qu¨¦ planes de futuro tienes? Fue muy revelador saber lo que pensaban porque est¨¢n en el limbo: tienen un pasado complicado y un futuro incierto.?lvaro LaizEn un viaje a Venezuela, en 2013, coincid¨ª con una antrop¨®loga que llevaba trabajando casi 20 a?os en el delta del Amakuro, en el r¨ªo Orinoco, y conoc¨ªa mi trabajo. Me explic¨® que en esa zona quedaban reductos de vinculaciones entre el chamanismo y la transexualidad. Algunos chamanes transg¨¦nero tienen una consideraci¨®n superior porque poseen dos identidades para comunicarse con el m¨¢s all¨¢. Lo que me gust¨® de esta historia es que no es una cuesti¨®n pol¨ªtica ni es activismo, es algo cultural. En la foto, el chaman est¨¢ fumando tabaco; el humo se usa para entrar en cierto tipo de trances, igual que hacen otros ind¨ªgenas con el peyote o la ayahuasca.?lvaro LaizEn la imagen sale Arsenio Beria, un transg¨¦nero warao. A ellos les llaman tidawena, que significa algo parecido a mujer extra?a. Entre los warao, el transexual o transg¨¦nero s¨ª puede adoptar el rol de la mujer en la familia, siempre que lo haga de verdad, es decir, con todas las labores y responsabilidades que asumen ellas tradicionalmente: cuidar de la casa, del fuego, del conuco o huerto¡ Arsenio siente que su identidad es femenina y la desarroll¨® as¨ª con todo lo que ello implica. ?lvaro LaizPara los warao, todo viene de los gebus o esp¨ªritus. Saben que en la selva hay alguna fuerza y quieren mantenerla apaciguada. T¨² no te pones enfermo, sino que te han mandado un gebu. Los chamanes son los que se comunican con ellos, pero es algo cada vez m¨¢s anecd¨®tico a pesar de que viven en una zona tan aislada que se han mantenido protegidos de la invasi¨®n cultural y de la globalizaci¨®n. En la imagen vemos a Andr¨¦s Medina, otro transg¨¦nero, que est¨¢ saltando un pantano con una liana para evitar caer en el lodo. ?lvaro LaizEsta es la historia en la que ahora estoy trabajando. Me interesa mucho la vinculaci¨®n que tiene el tigre como elemento cultural en la vida del extremo oriente ruso porque es un animal muy amenazado y a la vez muy temido. All¨ª lo ves todos los d¨ªas, a todas horas y en todas partes. La historia del tigre tiene relaci¨®n con la leyenda de los ind¨ªgenas udegei, que dice que el tigre es el guardi¨¢n del bosque y si lo ofendes, ¨¦l te busca y te pide cuentas. En 1997 un cazador intent¨® matar a uno en la taiga siberiana para venderlo en el mercado negro en China, pero fall¨®: le hiri¨® y no le mat¨®. A partir de entonces, el tigre empez¨® a rastrearlo, busc¨® venganza: mat¨® a sus perros, destroz¨® su caba?a y al final lo mat¨® a ¨¦l y a todos los tipos que hab¨ªan ayudado al cazador. Lo hizo con premeditaci¨®n. Hay un libro de esta historia y la pel¨ªcula empezar¨¢ a rodarse este a?o.?lvaro LaizEn este contexto en Siberia conviven los cazadores de tigres udegei los madereros con los rusos exiliados en la ¨¦poca sovi¨¦tica que se fueron a Bolivia, Ecuador o Argentina y ahora han vuelto a su tierra. Es como un ¡®far west¡¯ a la rusa. La comunidad ortodoxa vive a la entrada del Udege Park, una reserva natural dedicada a la conservaci¨®n del tigre. Conviven con ellos o, m¨¢s bien, intentan no cruzarse con ellos. Estos beb¨¦s pertenecen a la primera generaci¨®n de ortodoxos rusos que nacen en su pa¨ªs desde la revoluci¨®n. Viven del campo, del ganado¡ son como los menonitas. Tienen unas reglas muy estrictas de convivencias y entre ellas est¨¢ la de no dejar que les hagan fotos. Me las vi y dese¨¦ para tomar alguna; estuve una semana para convencerlos.?lvaro Laiz