?D¨®nde vas, Alfonso D¨ªez?
Hay que estar bruta, ciega y sordomuda para no haber visto el nacimiento del nuevo novio de Espa?a en la figura del duque viudo de Alba
Tengo un dilema ¨¦tico. Como comprender¨¢s, no voy a hablar aqu¨ª de mis emolumentos, no sea que Montoro me meta una paralela a lo tonto. Pero, ¨²ltimamente, siento que me lo estoy llevando m¨¢s muerto que Techi en el Poli Deluxe. S¨ª, tonta, la ex de Kiko Rivera y actual churri de Alberto Isla, a la saz¨®n ex de Chabelita, que de pagar a Hacienda no s¨¦, pero en esa familia son muy de intercambio de parejas. A lo que iba, que me meten una querella. Ya s¨¦ que me echo m¨¢s tierra a los ojos que las maquilladoras de Telecinco a Lydia Lozano. Pero hoy quiero confesar que, de un tiempo a esta parte, estas l¨ªneas se me escriben solas. A ver, que s¨ª. Que yo googleo, corto, pego y le paso el corrector al texto para que se me cepille lo m¨¢s gordo. Pero la sustancia, el meollo, lo que se dice la chicha a la que hincar los incisivos, me la sirve la casquer¨ªa en bandeja.
Hay que estar m¨¢s bruta, ciega y sordomuda que la loba de Shakira antes de que Piqu¨¦ la trocara en cordera, para no haber visto en directo el nacimiento del nuevo novio de Espa?a. Con el debido respeto a la finada y a sus deudos, en el duelo por la duques¨ªsima, el vencedor absoluto ha sido el ¨²ltimo en llegar a esa casta, perd¨®n, dinast¨ªa. Ni el leg¨ªtimo heredero, que tendr¨¢ todas las grandezas de Espa?a, pero anda pel¨ªn falto de salero. Ni el Hermano Mayor del Cristo de los Gitanos, que parec¨ªa la novia en la boda aunque jurara abominar del protagonismo. Ni siquiera la exni?a terrible Eugenia Mart¨ªnez de Irujo, pobre, que aqu¨ª cumplimos a?os todas. El doliente m¨¢s rutilante de esas exequias fue Alfonso D¨ªez, duque viudo y vitalicio de Alba aunque vuelva a casarse, torres m¨¢s altas han ca¨ªdo.
Ah¨ª ten¨ªas el exfuncionario: el primero en llegar y el ¨²ltimo en irse. Digno, ¨ªntegro, rect¨ªsimo. Llorando a su santa igual o m¨¢s noble que todos sus hijastros y exnuerastras juntos. Sin un pero, ni una queja, ni un mal gesto. Con lo que tuvo que o¨ªr ese hombre hasta que Cayetana reparti¨® el bacalao en vida con tal de casarse a los 85 en contra de la voluntad de su prole. ¡°No s¨¦ si he sabido decirte lo que te he querido, lo que te quiero y lo que te querr¨¦¡±, rezaba el cresp¨®n del ¨²ltimo ramo de rosas que le envi¨® a su chica en la correspondiente corona. Mira, no hay monteras suficientes en todos los cosos del globo para quit¨¢rselas ante ese amante esposo. Y eso que en Due?as debe hacer cientos de ellas, a tenor de la cantidad de veces que la difunta se puso el mundo por ¨ªdem, seg¨²n sus hagi¨®grafos. La duquesa rebelde, dicen. Ser¨ªa sin causa, como Jeanette, ?o era Dean? Porque yo tambi¨¦n soy contestona con equis palacios y equis al cubo fincas libres de impuestos de d¨®nde ir tirando.
Total, que con todo este drama se me ha ido cruda Isabel Pantoja entrando en una trena donde est¨¢ de jefa del economato una prima de Raquel Bollo, ex a su vez de su primo Chiquetete, ya he dicho que en esa saga son muy endog¨¢micos. Por cierto, ahora que caigo en que, Antes del Deceso, el ?Hola! sal¨ªa con el notici¨®n de que la viud¨ªsima Isabel Preysler vuelve a sonre¨ªr en el concierto de su hijo Enrique, se me ha encendido la bombilla. ?D¨®nde vas, Alfonso D¨ªez? Perd¨®neme, duque, pero so?ar es gratis.
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