Cenizas
?Cu¨¢ndo alcanz¨® Podemos el punto de ebullici¨®n en el que se encuentra ahora mismo? ?En qu¨¦ momento se enfri¨® el PSOE? ?Cu¨¢ndo Ana Mato dio el primer paso hacia el desastre?
El t¨¦ llega hirviendo a la mesa de trabajo, lo colocas al lado del ordenador y piensas: ¡°Vigilar¨¦ c¨®mo alcanza la temperatura que me permite beberlo sin quemarme¡±. Pero el brebaje se apacigua a traici¨®n. Basta con que entre un correo electr¨®nico y cedas a la curiosidad de echarle un ojo, para que se te escape el instante en el que cruza la frontera entre lo ardiente y lo c¨¢lido. Como siempre, te lo has vuelto a perder. As¨ª tambi¨¦n la leche se calienta. Pones el cazo al fuego, piensas: ¡°No dejar¨¦ de observarla hasta que hierva¡±. Pero hierve justo en el instante en el que cierras los ojos por culpa de un estornudo. Con malicia. As¨ª viene y se va la noche; as¨ª el verano da paso al oto?o, la adolescencia a la juventud y la juventud a la madurez. As¨ª viene y se va la lluvia, vienen y se van las preocupaciones y el dolor lumbar. As¨ª entras en el sue?o y de ese modo sales de ¨¦l a la vigilia. Observas detenidamente al reci¨¦n nacido y antes de que te des cuenta ya est¨¢ hirviendo, para luego, tambi¨¦n a tus espaldas, enfriarse. Te lo encuentras en la calle, a?os despu¨¦s, le das la mano y la tiene helada. Cualquier mi¨¦rcoles te llaman por tel¨¦fono y est¨¢ en el tanatorio. ?Cu¨¢ndo alcanz¨® Podemos el punto de ebullici¨®n en el que se encuentra ahora mismo? ?Hab¨ªa alguien ah¨ª para verlo? ?En qu¨¦ momento se enfri¨® el PSOE? ?Cu¨¢ndo Ana Mato dio el primer paso hacia el desastre? Con las columnas period¨ªsticas sucede igual. Sabes c¨®mo empiezan (¡°El t¨¦ llega hirviendo a la mesa¡±, por ejemplo¡±), pero alcanzas el final sin explicarte c¨®mo se produjo ese conjunto de asociaciones que le dieron cuerpo. La columna arde y se apaga en un parpadeo del lector. Esta frase que usted, si ha llegado hasta aqu¨ª, lee ahora mismo son sus cenizas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.