Socialistas en su laberinto

El Gobierno socialista de Manuel Valls se dispone a emprender otra prueba de fuerza ¡ªen la que intervienen sectores de su partido y del resto de la izquierda francesa¡ª en torno a un proyecto de ley concebido para aumentar el potencial de creaci¨®n de empleo en un pa¨ªs que, aun con una tasa de paro (10%) muy inferior a la espa?ola, se muestra particularmente sensible a este problema. La batalla tiene que ver con la desorientaci¨®n de la socialdemocracia a escala continental.

Pese a tener en contra a medio centenar de diputados socialistas, el primer ministro cree contar con mayor¨ªa suficiente para sacar adelante las modestas reformas impulsadas por su ministro de Econom¨ªa, Emmanuel Macron. Estas van desde la autorizaci¨®n a los comercios para abrir 12 domingos al a?o (frente a los 5 actuales) a la liberalizaci¨®n de profesiones como notarios y oficiales de justicia, la autorizaci¨®n para privatizar aeropuertos, la introducci¨®n de m¨¢s competencia en el sector de la distribuci¨®n o la creaci¨®n de l¨ªneas privadas de autobuses.

El impacto positivo en el PIB se estima corto, tanto para los partidarios del inmovilismo como para los que defienden reformas de mayor amplitud. El Gobierno ha decidido una pol¨ªtica de peque?os pasos para no encrespar a la opini¨®n p¨²blica, que quiere que todo cambie pero que no se toquen los pilares estatalistas y reglamentistas, como ha puesto de relieve una reciente y contradictoria encuesta.

La nueva batalla comienza en un contexto de p¨¦rdida de elecciones parciales por parte del Partido Socialista. Mientras tanto, el expresidente Nicolas Sarkozy intenta hacerse con el control del partido de la derecha (UMP), pero tanto los procesos judiciales que tiene pendientes como la falta de reformas de peso en su mandato anterior son otros tantos h¨¢ndicaps en su contra.

Frente a la din¨¢mica tradicional que enfrentaba a izquierdas y derechas, la verdadera brecha actual en la pol¨ªtica francesa es la que separa a los soberanistas ¡ªde derechas y de izquierdas¡ª de los pragm¨¢ticos que quieren poner en marcha reformas y ajustarse mejor a las exigencias presupuestarias de la Comisi¨®n Europea. La crisis de lo que han sido las corrientes centrales de la democracia francesa deja cada vez m¨¢s espacio para que el Frente Nacional, encabezado por Marine Le Pen, termine alz¨¢ndose con el santo y la limosna.