Admirable retrato del artista de la luz
El argumento de esta pel¨ªcula describe los 25 ¨²ltimos a?os de William Turner, alguien que hizo prodigios a perpetuidad plasmando en sus cuadros la luz en m¨²ltiples variantes, que en su despedida de este mundo exclama ¡°El sol es Dios¡±, ese sol que ha retratado innumerables veces en el amanecer y en el crep¨²sculo.
Tambi¨¦n le hipnotizaba el mar, en medio de la tempestad, tranquilo y furioso, como escenario de la legendaria batalla de Trafalgar. Los paisajes que capt¨® ese hombre llevan la marca del genio. Vivi¨® exclusivamente para su arte. Y el director Mike Leigh narra admirablemente los mecanismos que dieron lugar a esas pinturas inmortales.
Tambi¨¦n se ocupa de la enigm¨¢tica personalidad, los tortuosos sentimientos, el desapego hacia sus responsabilidades familiares ¡ªsolo ama a su padre, prescinde sin el menor escr¨²pulo moral de su esposa y sus hijas, utiliza sexualmente a su sirvienta, una persona con mente muy d¨¦bil y una especie de lepra progresiva en su piel¡ª, su relaci¨®n con reyes, arist¨®cratas y colegas que reconocen su talento pero que desprecian, se indignan o no comprenden la revolucionaria evoluci¨®n de su obra a medida que envejece, su monstruoso ego¨ªsmo y sus espor¨¢dicos actos de generosidad con alg¨²n perdedor, su afici¨®n a los burdeles, el ¨¦pico compromiso con su pintura que le lleva a arriesgar su vida encaden¨¢ndose al m¨¢stil de un barco en medio de la tempestad para que su mirada capte con realismo absoluto lo que est¨¢ ocurriendo, el refugio sentimental que le ofrece en su vejez una comprensiva viuda.
Mike Leigh combina magistralmente una ambientaci¨®n primorosa, una fotograf¨ªa a la altura de este maestro de la luz, una m¨²sica hermosa, vocaci¨®n obsesiva de realismo, el lenguaje que debi¨® utilizarse en esa ¨¦poca y una interpretaci¨®n memorable de Timothy Spall, un actor habitual en su cine y que siempre resulta sorprendente, inquietante y cre¨ªble.
Spall se mete en la piel, en el cerebro y en el coraz¨®n de un hombre genial que confiesa con horror y autocompasi¨®n ver a una g¨¢rgola cada vez que observa su lamentable imagen en el espejo, gru?e m¨¢s que habla, mueve su oronda figura con la brusquedad y la determinaci¨®n de un toro salvaje, es rocoso y dif¨ªcilmente vulnerable, un ser humano que perturba, en el que intuyes enigmas y traumas internos, pero dotado de una sensibilidad maravillosa para retratar el alma de los paisajes.
Se han realizado muchas pel¨ªculas sobre pintores. Olvidables algunas de ellas. Yo recuerdo con cari?o especial al Modigliani de Montparnasse 19. Mr. Turner es una de las mejores.
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