Ocho platos que tienen m¨¢s calor¨ªas que una hamburguesa con queso
Tu b¨¢scula ser¨¢ m¨¢s tolerante con una doble a la parrilla que con una ensalada C¨¦sar aderezada con salsa o unas palomitas con mantequilla.
Marisco, jam¨®n, cochinillo, turr¨®n¡ Estas Navidades engordamos entre dos y cuatro kilos de media cada uno de nosotros. Lo llevan diciendo desde hace a?os los expertos, pero a pesar de que sabemos que los excesos nos har¨¢n pasar por el gimnasio cuando llegue la cuesta de enero, resulta complicado no ceder ante esa tentaci¨®n con salsa al oporto o a ese polvor¨®n solitario que queda en la mesa. Pero, si al tomarnos esos manjares o incluso un c¨®ctel margarita o una cerveza artesanal, pongamos el caso, en un bar o restaurante, ?nos gustar¨ªa ver de manera gr¨¢fica las calor¨ªas, los hidratos de carbono y las grasas insaturadas que nos estamos tomando en cada trago y bocado?
A partir del pr¨®ximo enero, en Estados Unidos las cartas de los restaurantes van a tener que incluir de manera detallada un listado que indique las calor¨ªas y los valores alimenticios de su carta, incluido el alcohol. Tampoco se libran las salas de cine, que tendr¨¢n que se?alar las propiedades de las palomitas, las cadenas de comida r¨¢pida o las empresas de catering. La iniciativa es un nuevo paso del Obamacare, la Ley de Protecci¨®n al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, una de las propuestas m¨¢s importantes de la actual legislatura de Obama y que pretende, al menos en el ¨¢mbito de la restauraci¨®n, tambi¨¦n informar y educar a los ciudadanos en materia nutricional. Ya en 2012, los restaurantes McDonald¡¯s comenzaron a incluir en sus men¨²s informaci¨®n de las calor¨ªas que contienen sus productos, pero ahora esa propuesta se extiende de manera obligatoria al grueso de los restaurantes.
2000 calor¨ªas es? la ingesta recomendada a diario para un adulto. S¨®lo un men¨² de hamburguesa doble con queso, aros de cebolla y batido de vainilla suma todas esas calor¨ªas
Y de lo primero que se van a enterar los estadounidenses con esta medida es que comen muchas, much¨ªsimas calor¨ªas a diario. En distintos medios del pa¨ªs ya han comenzado a realizar los subsecuentes reportajes al respecto, a cual m¨¢s ilustrativo sobre la cantidad de comida que se ingiere el ciudadano medio del pa¨ªs. En The New York Times han publicado un especial comparando distintos men¨²s con una ¨²nica cosa en com¨²n: todos aportan una media de 2000 calor¨ªas, que es asimismo la ingesta recomendada que un adulto deber¨ªa tomar a diario. El resultado es revelador: s¨®lo un men¨² de hamburguesa doble con queso, aros de cebolla y batido de vainilla suma todas esas calor¨ªas.
La hamburguesa, denostada por muchos nutricionistas, puede servir, sin embargo, de vara de medir a la hora de analizar cu¨¢nto nos metemos entre pecho y espalda. Quiz¨¢ en Europa nos parezca desproporcionado tomar ese plato como baremo, pero en Estados Unidos tiene l¨®gica que ejerza de medida no s¨®lo nutricional, sino tambi¨¦n socioecon¨®mica: no hace mucho en el New York Post se atrevieron a afirmar que la hamburguesa con queso es ¡°el gran plato de la historia de la humanidad¡±. ?Las razones? Seg¨²n Kyle Smith, el autor de esa columna, por menos de un d¨®lar puedes comer 390 calor¨ªas que incluyen 23 gramos de prote¨ªnas, el 7 por ciento de la fibra recomendada a diario, y el 20 por ciento del calcio recomendado.
Sobre la fiabilidad de las tesis de Smith todav¨ªa no se ha pronunciado ning¨²n profesional, pero en Vox s¨ª han tomado la hamburguesa como medida para analizar y descubrirnos aquellos platos que tienen much¨ªsimas m¨¢s calor¨ªas que un simple bocata de carne con queso. Y, como era de esperar, los resultados son escalofriantes. S¨®lo una raci¨®n mediana de unas inocentes palomitas rociadas con mantequilla tienen m¨¢s calor¨ªas que una burguer (1610 contra 300 calor¨ªas). Tampoco queda libre de grasas la ensalada C¨¦sar que muchos tomamos creyendo que es m¨¢s sana que una doble con queso (1000 calor¨ªas contra 300 calor¨ªas) ni el batido de vainilla (1000 calor¨ªas), el pollo rustido (1100 calor¨ªas), s¨¢ndwiches de pavo con salsas (1300 calor¨ªas) o seg¨²n qu¨¦ sopas de tomate y sus aderezos (1300), quesos (100 gramos de Emmental, por ejemplo, equivalen a 400 calor¨ªas) y alcoholes (dos copas de whisky tienen m¨¢s aporte cal¨®rico que una hamburguesa). Estos datos tampoco pretenden librar de todo pecado hipercal¨®rico a las cadenas de fast-food, pero s¨ª pueden ayudar a comprender que en cuestiones de alimentaci¨®n no se trata tanto de lo que comas sino de c¨®mo lo comas: de evitar empachos comiendo de m¨¢s y no caer en comportamientos compulsivos tan simples y b¨¢sicos como aquel que nos obliga a comernos todo lo que hay en el plato, incluso si nos han servido cantidades sobrenaturales. As¨ª, cada vez que esa tentaci¨®n con salsa de oporto nos llame desde la otra punta de la mesa deber¨ªamos preguntarnos si nos gustar¨ªa leer junto a ese plato las calor¨ªas, los hidratos de carbono y las grasas insaturadas que supondr¨¢ llevarla a nuestros labios y boca
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