Tribulaciones sobre el Plan Juncker
El Gobierno espa?ol permanece distante cuando deber¨ªa liderar el proyecto en el seno del Consejo
En los ¨²ltimos meses hemos observado el inicio de una reorientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica en la Uni¨®n fruto, sin duda, del mayor peso relativo de los socialistas en el Parlamento Europeo. Este viraje se est¨¢ produciendo con menor intensidad de la necesaria ¡ªal fin y al cabo, los socialistas seguimos siendo el segundo grupo de la c¨¢mara¡ª, pero el paradigma que ha cubierto los ¨²ltimos a?os centrados en los ajustes fiscales ha dado paso a un nuevo debate focalizado en la urgencia de nuevas medidas para acelerar la demanda en la eurozona. Ese fue nuestro principal objetivo en la campa?a electoral y la investidura de Jean Claude Juncker estuvo supeditada al compromiso de lanzar un plan de inversi¨®n que recogiera la inmensa liquidez disponible, transform¨¢ndola en demanda adicional.
Sin duda, el BCE a¨²n debe hacer m¨¢s para permitir una mejor transmisi¨®n de la pol¨ªtica monetaria, y esperamos impacientes la compra de deuda p¨²blica por parte del ente emisor, pero a¨²n as¨ª seguir¨¢ siendo necesaria la transformaci¨®n de esa expansi¨®n monetaria en inversi¨®n. Y dada la aton¨ªa de la demanda privada ante las pobres perspectivas de crecimiento deber¨¢ ser el sector p¨²blico quien se implique directamente en tal misi¨®n. Para ello, la Comisi¨®n acaba de presentar un plan de inversi¨®n que los socialistas europeos analizamos ahora con detenimiento para conocer si tal proyecto cumple con los compromisos adquiridos por Juncker y si podr¨¢ acelerar a corto plazo la salida de esta larga la crisis.
El plan presentado se centra en la creaci¨®n de un fondo especial con un capital inicial de 5.000 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones y 16.000 millones adicionales del presupuesto de la Comisi¨®n Europea mediante garant¨ªas. A partir de estos 21.000 millones de euros, el nuevo veh¨ªculo se endeudar¨ªa, respaldada por el propio BEI y la Comisi¨®n, hasta 63.000 millones de euros, lo que supone la emisi¨®n de una especie de eurobonos, al menos en la parte defendida por el presupuesto comunitario. Esta financiaci¨®n inicial deber¨ªa usarse para impulsar proyectos con una participaci¨®n privada estimada en 252.000 millones de euros, sumando as¨ª los 315.000 millones de euros globales del programa a invertir en el trienio 2015-18.
La dotaci¨®n global del fondo se queda escasa, a la espera de la participaci¨®n de los Estados
Adicionalmente, el fondo europeo prev¨¦ la participaci¨®n voluntaria en el capital inicial de los Estados Miembros, lo que podr¨ªa elevar la disponibilidad global de recursos. Por su parte, este nuevo fondo estar¨ªa dirigido a financiar proyectos en el sector energ¨¦tico, digital y transportes. Asimismo, la Comisi¨®n recomienda el apalancamiento de los recursos ya comprometidos derivados de los fondos estructurales, que podr¨ªa sumar 20.000 millones de euros adicionales.
Pues bien, en primer lugar, la dotaci¨®n global del fondo se queda escasa dado que supone poco m¨¢s del dos por ciento del PIB europeo a repartir en tres a?os, a la espera de conocer la posible participaci¨®n de los Estados. En segundo lugar, el fondo parte con demasiado poco capital inicial, lo que dificultar¨¢ la atracci¨®n de financiaci¨®n privada en los porcentajes que se estiman. Este h¨¢ndicap complica el conjunto del proyecto, dado que exige una ratio de financiaci¨®n privada muy elevada. Por ambas cosas, ser¨ªa vital la participaci¨®n de los Estados con financiaci¨®n adicional que, por ciento, no ser¨ªa computable como d¨¦ficit, debido a que la aportaci¨®n estar¨ªa bajo el ep¨ªgrafe de capital.
Estos problemas nos conducen a dos reflexiones adicionales. Por una parte, los proyectos deber¨¢n pasar un proceso de selecci¨®n transparente y profesional que evidencie la rentabilidad asociada a los mismos, sin la cual ser¨¢ muy complicado atraer a la financiaci¨®n privada, y parece ser que los Estados miembros ya quieren condicionar el destino de los fondos, huyendo de una visi¨®n paneuropea de los mismos. Y por otra parte, debido a ese reducido capital inicial, s¨®lo ser¨¢n financiables aquellos proyectos cuya rentabilidad privada no sea discutible, eliminando de la escena aquellas inversiones con un mayor car¨¢cter de ¡°bien p¨²blico¡±, donde los beneficios son m¨¢s dif¨ªcilmente apropiables, que suponen a su vez los principales objetivos a financiar, v¨¦ase infraestructuras de transporte de mercanc¨ªas, redes de telecomunicaciones y energ¨ªa. Este problema de selecci¨®n es cr¨ªtico porque puede llegar a invalidar el conjunto de los esfuerzos p¨²blicos.
Se financiar¨¢n los proyectos cuya rentabilidad privada no sea discutible
As¨ª pues, el plan de inversi¨®n presentado ofrece incertidumbres en la medida en que la financiaci¨®n resulta insuficiente, lo que debe ser corregido con una aportaci¨®n adicional de los Estados en el capital inicial, que facilite la entrada de inversores privados y aminore, a su vez, el problema de selecci¨®n identificado previamente. En este sentido, los pa¨ªses miembros se han reunido recientemente en el marco del Consejo Europeo y, a¨²n tras haber respaldado el plan, no se han comprometido a realizar aportaciones individuales.
Ciertamente, este plan supone nuestro gran compromiso electoral y no cejaremos hasta sacarlo adelante, comprometi¨¦ndonos en cada decisi¨®n, porque no s¨®lo est¨¢ en juego la salida de la crisis sino tambi¨¦n el futuro del propio proyecto europeo. Resulta, por tanto, extra?o la distancia del Gobierno espa?ol que no parece ser consciente de la necesidad imperiosa del propio plan y prefiere centrar su presi¨®n en el BCE, cuando debiera liderar este proyecto en el seno del Consejo.
Con todo, el Parlamento y la Comisi¨®n deber¨ªan aunar esfuerzos para presionar al Consejo, de modo que aquellos pa¨ªses con mayor holgura fiscal contribuyan decididamente en el fondeo del plan. Sin duda, no ser¨¢ sencillo pero este compromiso es esencial para el ¨¦xito del programa.
Jon¨¢s Fern¨¢ndez es diputado socialista al Parlamento Europeo y miembro de la Comisi¨®n de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios. Autor de Una alternativa progresista (Deusto).
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