La industria de las ideas pol¨ªticas

El profesor de la Universidad de Filadelfia James McGann es el m¨¢s notable estudioso mundial de los think tanks, unas instituciones de investigaci¨®n, an¨¢lisis y debate pol¨ªtico, social y econ¨®mico de creciente protagonismo en la escena global. Desde 2007 viene elaborando un ¨ªndice de los mejores think tanks de todo el mundo, que es ya la ¨²nica referencia sobre los progresos comparativos de estas instituciones.

El n¨²mero uno mundial es la Brookings Institution, un think tank de inspiraci¨®n progresista de Washington; el n¨²mero dos es Chatham House (Royal Institute of International Affairs), y el mejor entre los espa?oles, en el lejano puesto 58? de la clasificaci¨®n absoluta, es el barcelon¨¦s CIDOB (Centre for International Affairs).

Cuando McGann empez¨® sus listas, hab¨ªa en el mundo 5.080. Este a?o son 6.681. Los think tanks han proliferado en todos los pa¨ªses y continentes, hasta convertirse en una aut¨¦ntica industria global de ideas pol¨ªticas. Parad¨®jicamente, su prosperidad no tiene una traducci¨®n en mejoras perceptibles en el orden y el gobierno de los pa¨ªses y del mundo. Al contrario, la percepci¨®n de los ciudadanos es que cada vez estamos peor gobernados y que en los niveles internacionales y globales no estamos gobernados de ninguna manera.

McGann habla de los tsunamis pol¨ªticos que han pillado desprevenidos a los estudiosos sabiendo que la capacidad predictiva es lo que define la calidad de las investigaciones. En los ¨²ltimos ocho a?os en que el n¨²mero de think tanks ha aumentado en un 25% se han producido los siguientes: la crisis financiera de 2008, Wikileaks y las filtraciones de Edward Snowden, las primaveras ¨¢rabes, la anexi¨®n de Crimea, la aparici¨®n del Estado Isl¨¢mico o, en Espa?a, la aparici¨®n de fen¨®menos como Podemos.

Los think tanks est¨¢n de moda y tienen como los futbolistas sus balones de oro, pero el mismo profesor que ha organizado este festival se?ala que, desde que public¨® su primera clasificaci¨®n, han sufrido duramente los efectos de la crisis en sus presupuestos, mientras aparec¨ªan competidores m¨¢s estimulados por los beneficios inmediatos y los intereses particulares, como despachos de abogados, consultoras privadas e incluso los medios digitales, y en algunos pa¨ªses emergentes sufr¨ªan la hostilidad de Gobiernos hiperreguladores. Tambi¨¦n en Estados Unidos han surgido suspicacias sobre su utilizaci¨®n por Gobiernos extranjeros para utilizarlos como lobistas o plataformas de relaciones p¨²blicas.

La industria de las ideas pol¨ªticas es imprescindible. Las ideas por s¨ª solas no resuelven los problemas, pero no hay pol¨ªtica sin ideas. Intuitivamente cabe deducir que el mundo est¨¢ creciendo en complejidad a una velocidad superior a nuestra capacidad de organizar las ideas para comprenderlo y que hay que evitar quedarse siempre atr¨¢s en esta carrera desenfrenada.