Los modos de la moda
Los candidatos pol¨ªticos se valoran seg¨²n sus horas de presencia en televisi¨®n
?Buenas noticias! Por fin va a acabar el bipartidismo de carril, surgen nuevas propuestas que proporcionan una bocanada de aire fresco al enrarecido ambiente pol¨ªtico, la gente que hasta ahora no votaba o hab¨ªa dejado de votar por hast¨ªo de la oferta establecida podr¨¢ recuperar una nueva ilusi¨®n de participaci¨®n ciudadana, todas las opiniones podr¨¢n por fin ser escuchadas sin las actuales trabas burocr¨¢ticas, etc¨¦tera. Comparto y celebro estas albricias que nos llegan desde voces autorizadas en los medios de comunicaci¨®n, pero me sorprendo de su retraso: yo me enter¨¦ de este cambio all¨¢ por 2007, cuando apareci¨® el nuevo partido UPyD en nuestro tablero pol¨ªtico. Es cierto que entonces los que lo reclam¨¢bamos no ¨¦ramos tantos como los que ahora se alegran de ¨¦l.
La aut¨¦ntica novedad no fue pasar del bipartidismo a una f¨®rmula m¨¢s plural, porque IU siempre estuvo ah¨ª como tercera en discordia (o en concordia selectiva con uno de los partidos mayoritarios frente al otro), por no hablar de los partidos nacionalistas en las autonom¨ªas aquejadas de la necesidad de tenerlos. Lo revolucionario fue demostrar que pod¨ªa aparecer un grupo pol¨ªtico de alcance estatal rigurosamente ex novo, cuando los entendidos hab¨ªan aceptado ya que todo el pescado electoral estaba vendido y no hab¨ªa espacio para nadie m¨¢s. Y ese nuevo partido nac¨ªa casi en una pirueta circense del ¡°m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa¡±: sin apoyos relevantes en los medios establecidos, sin presencia invasiva en unas redes sociales todav¨ªa en mantillas, sin m¨¢s bastiones econ¨®micos que un crowdfunding (que por entonces no se llamaba as¨ª) improvisado para el caso, sin d¨¢divas generosas de Venezuela, ni de Ir¨¢n, ni de nadie¡ ?Qu¨¦ diferencia de trato period¨ªstico a los pioneros con el otorgado a otros grupos que llegaron luego con pretensiones de acabar ¡°por fin¡± con el bipartidismo, dar la voz a la gente de la calle, etc¨¦tera! Las mismas p¨¢ginas que regatearon una entrevista a UPyD pr¨¢cticamente hasta que tuvo grupo propio en el Parlamento, nos han ofrecido detallados ridiculum vitae de los muchachos de Podemos cuando todav¨ªa est¨¢n por estrenarse en comicios nacionales¡
No es la perfecci¨®n pero UPyD tampoco forma parte de la actual casta pol¨ªtica
A pesar de las dificultades, UPyD logr¨® abrirse paso. A diferencia de otros que se enrocan en la ambig¨¹edad o el t¨®pico, opt¨® desde el primer momento por un programa con planteamientos claros en materia de ciudadan¨ªa sin condicionamientos territoriales ni disgregaciones separatistas, en la defensa de la lengua com¨²n como herramienta pol¨ªtica vertebradora y derecho de todos los espa?oles sin desdoro de las lenguas regionales, en la cuesti¨®n relevante de la ley electoral, en la homogeneidad estatal de las competencias educativas, en la exigencia no s¨®lo de integridad sino de austeridad a los cargos p¨²blicos (renuncia a veh¨ªculos oficiales, etc¨¦tera), en la denuncia de la corrupci¨®n y la petici¨®n de rigor penal contra los corruptos sin excepciones ni favoritismos, en el laicismo efectivo como protecci¨®n de la libertad de conciencia y no como su persecuci¨®n, en la reforma de la fiscalidad demasiado laxa o ineficiente y de la igualdad ante Hacienda de todas las autonom¨ªas, en la reafirmaci¨®n de las garant¨ªas de seguridad social y laboral, etc¨¦tera. Muchos de los puntos del programa del nuevo partido que en su momento no recibieron demasiada atenci¨®n medi¨¢tica ni debate social se han convertido despu¨¦s en trending topic de los indignados del 15-M y de los grupos pol¨ªticos nacidos luego a la sombra del furor reivindicativo motivado por la crisis econ¨®mica y la indecencia econ¨®mica de altas personalidades de la pol¨ªtica o la banca.
UPyD ha ido gradualmente obteniendo un apoyo sustancial entre los votantes, lo que le ha permitido contra todo pron¨®stico obtener una representaci¨®n significativa en el Parlamento nacional y en el europeo y mantener esca?os estrat¨¦gicamente importantes en Parlamentos auton¨®micos como el vasco, uno solo pero especialmente combativo y dif¨ªcil, por no hablar de su presencia en las corporaciones municipales. ?Le ha faltado el glamour de la truculencia para ganarse la atenci¨®n de quienes ahora ¡ªy subrayo el ¡°ahora¡±¡ª ponen la necesidad de revancha por encima de la urgencia de reformas? Desde luego, sus fundadores no forman parte de quienes deploran la transici¨®n democr¨¢tica porque tomaron parte en ella y conocieron lo que hab¨ªa antes en carne propia, lo que les permite felicitarse de que quienes hoy la condenan no nacieran a tiempo para estropearla. Tampoco ha sido nunca un partido antisistema, porque la mayor¨ªa de sus primeros miembros tienen una larga hoja de servicios luchando arriesgadamente a favor de nuestro sistema democr¨¢tico contra quienes lo pervierten y contra quienes lo han amenazado con la peor violencia terrorista. Por lo dem¨¢s, cuando naci¨® UPyD no hab¨ªa tanta pasi¨®n contra el sistema, todo lo contrario, denunciar, por ejemplo, la malversaci¨®n disgregadora de las autonom¨ªas y los separatismos que marcaban su pauta era visto como una exageraci¨®n sectaria. Mientras funcion¨® la burbuja inmobiliaria y los bancos conced¨ªan cr¨¦ditos excesivamente generosos, lo establecido contaba con muchos m¨¢s partidarios que detractores; fue luego, a la hora de pagar colectivamente los gastos de la fiesta y sus corruptelas, cuando los ayer conformistas y apol¨ªticos se convirtieron en feroces radicales. Esperemos que este furor sobrevenido no les lleve a equivocarse en cuanto a los vengadores de pureza a¨²n por demostrar y de ra¨ªces ideol¨®gicas menos que recomendables a los que van a votar. Claro que, si luego toca desastre, algunos con decir ¡°?no nos representan!¡± ya se quedar¨¢n contentos en su inocencia sin m¨¢cula ni responsabilidad¡
La? novedad no fue pasar del bipartidismo a una f¨®rmula m¨¢s plural, porque IU siempre estuvo ah¨ª como tercera en discordia
Por descontado, UPyD no es ni mucho menos la perfecci¨®n de la armon¨ªa. Pero tampoco parece que haya tantos partidos que puedan darle lecciones en ese aspecto. Algunos hubi¨¦semos querido que lograse institucionalmente un acuerdo m¨¢s expl¨ªcito con Ciudadanos, pero tambi¨¦n sabemos que en esos casos de desencuentro las culpas no est¨¢n nunca de un solo lado. Y por ahora UPyD tiene un incontrovertible capital que defender, su ausencia de imputados por corrupci¨®n o financiaci¨®n ilegal (que, por cierto, a veces omiten mencionar quienes recensionan las conclusiones de la fiscal¨ªa contra todos ¡ª?todos?¡ª los restantes grupos en su b¨²squeda de fondos). Estoy convencido, porque creo que la raz¨®n se abrir¨¢ paso, de que quiz¨¢ no en las papeletas electorales pero C¡¯s y UPyD acabar¨¢n funcionando al un¨ªsono en los temas importantes de la pol¨ªtica nacional y europea. Sin duda, UPyD no forma parte de la actual casta pol¨ªtica, es decir, la de los candidatos valorados seg¨²n su tasa de horas de presencia en la peque?a pantalla; y cuenta con pocos polit¨®logos en sus filas, como ahora manda la moda, aunque temo que entregar la pol¨ªtica a los polit¨®logos va a dar a¨²n peores resultados que entregar la educaci¨®n a los pedagogos¡ Pero aunque carezca del barniz de glamour medi¨¢tico que hoy maquilla los agujeros de los m¨¢s insustanciales, los retos y el camino que abri¨® hace ya m¨¢s de siete a?os siguen vigentes para quienes buscan justicia sin ajusticiamientos y regeneraci¨®n sin demoliciones incontroladas.
Fernando Savater es escritor.
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