Seamos serios

No hay duda alguna sobre la importancia de que las fuerzas democr¨¢ticas caminen de concierto en la lucha contra el terrorismo. Ahora bien, la fabricaci¨®n del nuevo pacto antiterrorista entre PP y PSOE suscita perplejidad. Si hace una semana hab¨ªa un desacuerdo profundo para incluir la cadena perpetua en el C¨®digo Penal (t¨¦cnicamente, la pena de prisi¨®n ¡°permanente y revisable¡±), no se entiende que el PSOE est¨¦ dispuesto a aceptarla ahora por la puerta de atr¨¢s. Esto es un asunto grave: o se est¨¢ a favor o se est¨¢ en contra; lo que no se puede hacer es navegar entre varias aguas en una materia de tanta trascendencia.

El Gobierno hizo muy mal introduciendo esta pena para demostrar mano dura, como si fuera insuficiente el cumplimiento efectivo de hasta 40 a?os de c¨¢rcel previsto en el vigente C¨®digo Penal. La oposici¨®n, socialistas incluidos, respondi¨® negando en bloque el apoyo parlamentario a la nueva vuelta de tuerca. Sorprende que una semana m¨¢s tarde se acepte de modo indirecto, dejando la puerta abierta a abolirla cuando los socialistas gobiernen.

Cualquier cambio en el C¨®digo Penal requiere una mayor¨ªa parlamentaria suficiente, y no simplemente llegar al Gobierno; y segundo, una decisi¨®n como la de reintroducir la cadena perpetua en Espa?a no deber¨ªa quedar sometida al arbitrio de la mayor¨ªa que exista en cada momento.

Puestos a demostrar la firmeza pol¨ªtica del Estado contra el yihadismo, es mejor hacer hincapi¨¦ en el cierre de filas sobre la cooperaci¨®n internacional y el encuadramiento de toda la lucha en el Estado de derecho. De ese marco podr¨ªan haber colgado las reformas legales verdaderamente necesarias, tanto sobre el uso de Internet con fines terroristas como sobre el trato que debe dispensarse a combatientes occidentales que acuden a zonas de guerra o regresan de ellas con ¨¢nimo de atentar.

Los que pactan son un Gobierno que ha sido incapaz de acordar nada serio con la oposici¨®n durante toda la legislatura y un PSOE al que le viene bien dar una imagen de partido responsable en el comienzo de un largo a?o electoral. Es verdad que los recientes asesinatos de Par¨ªs han reactivado los temores contra el yihadismo y los deseos de amplio apoyo pol¨ªtico para lo que haya que hacer frente al terrorismo. Pero este pacto ofrece una sensaci¨®n excesivamente coyuntural.

El yihadismo representa la mayor amenaza terrorista del presente. Hay que apoyar todo lo que permita reforzar de veras esa lucha, que pasa en gran parte por la dedicaci¨®n de m¨¢s medios (sobre todo en materia de informaci¨®n) y de mejoras en la coordinaci¨®n de las unidades. Y si los dos partidos principales creen que tambi¨¦n hacen falta reformas penales, deben procurar el concurso de m¨¢s fuerzas democr¨¢ticas y transmitir fuertes convicciones a toda la sociedad. Si la situaci¨®n exige de verdad una nueva pol¨ªtica antiterrorista, h¨¢gase con toda seriedad.