En defensa de los jud¨ªos, otra vez
El resurgimiento del antisemitismo indica una crisis de la democracia
Pese a la impresi¨®n dada por las concentraciones unitarias y en masa habidas en toda Francia, el reciente ataque contra la revista Charlie Hebdono significa que la libertad de expresi¨®n se encuentre gravemente amenazada en la Europa occidental. Tampoco indica que el radicalismo isl¨¢mico est¨¦ a punto de inundar, en cierto modo, o transformar a las sociedades occidentales. La amenaza que, en cambio, pone de relieve es otra menos comentada: el resurgimiento de la discriminaci¨®n y la violencia contra los jud¨ªos de Europa.
Tanto en la masacre de Par¨ªs como en el caso del s¨¢bado en Copenhague ¡ªen ambos el asesinato de periodistas vino acompa?ado con ataques contra objetivos jud¨ªos¡ª el yihadismo en tierras europeas ha conseguido convertir la libertad de expresi¨®n y la existencia de comunidades jud¨ªas en Europa en los dos pilares esenciales de la democracia liberal. Desde ahora la defensa de ambos son vasos comunicantes sin los cuales estaremos presenciando la bancarrota de la idea europea.
Charlie Hebdo, el ¨²ltimo vestigio de una tradici¨®n obscena y bastante salvaje de caricaturizaci¨®n escandalosa de las figuras pol¨ªticas y religiosas de la Francia del siglo XIX, puede muy bien ser un icono ideal de la libertad de expresi¨®n. Los europeos se alzaron para defender un principio vital; la libertad de expresi¨®n, por brutal que sea lo expresado, conserva un puesto en cualquier democracia. Asimismo, ¡°Eurabia¡±, la profec¨ªa de un fatal destino isl¨¢mico para Occidente formulada por Bat Ye¡¯Or, no se est¨¢ cumpliendo, sencillamente. No hay partidos isl¨¢micos que ocupen esca?os en los parlamentos europeos, pocas figuras musulmanas aparecen en los m¨¢s importantes centros de poder pol¨ªtico y cultural de Europa y en las instituciones de la Uni¨®n Europea, ¨¢rabes y musulmanes brillan pr¨¢cticamente por su ausencia. Los intentos de los radicales de reclutar a j¨®venes musulmanes europeos no reflejan el inexorable ascenso de influencia islamista ¡ªo isl¨¢mica siquiera¡ª en Europa. M¨¢s bien ponen de relieve el feroz deseo de los radicales de influir en una regi¨®n en la que una mayor¨ªa abrumadora de musulmanes aspira a integrarse en el orden establecido, en lugar de desafiarlo.
Lo que de verdad est¨¢ amenazado en Europa es la comunidad jud¨ªa. En 2006, el jud¨ªo franc¨¦s Ilan Halimi fue secuestrado y torturado brutalmente en un s¨®tano durante tres semanas, a consecuencia de lo cual muri¨®. En 2012, tres colegiales jud¨ªos y un rabino fueron asesinados a tiros en Toulouse y, en el pasado mes de abril, un matrimonio jud¨ªo fue atracado en un suburbio de Par¨ªs, porque, como dijeron los atacantes, ¡°los jud¨ªos han de tener dinero¡± (aunque eso no explica por qu¨¦ despu¨¦s violaron a la mujer). Un mes despu¨¦s, un yihadista franc¨¦s atac¨® el museo jud¨ªo de Bruselas y mat¨® a tres personas e hiri¨® gravemente a una. Meses despu¨¦s, una muchedumbre asalt¨® una sinagoga en Par¨ªs.
Ninguno de esos sucesos desencaden¨® nada que se pareciera ni remotamente a la indignaci¨®n p¨²blica de las ¨²ltimas semanas. Si el asesinato de cuatro jud¨ªos en un supermercado kosher de Par¨ªs, perpetrado por un compinche de los atacantes de Charlie Hebdo, hubiera ocurrido en otras circunstancias, podemos dar por sentado que no habr¨ªa provocado un movimiento generalizado para defender los valores de la Rep¨²blica Francesa.
Algunos sostienen que la intensificaci¨®n de la violencia antisemita en Europa est¨¢ motivada primordialmente por la dif¨ªcil situaci¨®n de los palestinos, pero, seg¨²n una encuesta de opini¨®n de 2012, son m¨¢s los europeos que creen que la violencia contra los jud¨ªos se alimenta de actitudes antisemitas muy antiguas y no de un sentimiento antiisrael¨ª.
El islam radical propag¨® el odio a los jud¨ªos mucho antes de que surgiera el sionismo, y seguir¨¢ haci¨¦ndolo despu¨¦s de la creaci¨®n de un Estado palestino. No es de extra?ar que el aumento del relieve p¨²blico del extremismo islamista, al despertar la atenci¨®n de j¨®venes musulmanes frustrados de Europa y otros pa¨ªses, ha espoleado un aumento de la violencia contra los jud¨ªos.
Un 63% de polacos cree que los jud¨ªos conspiran para controlar la banca
Pero el problema tiene ra¨ªces m¨¢s profundas y da la impresi¨®n a los jud¨ªos de que no tienen futuro en Europa. Una reciente encuesta de opini¨®n de YouGov revel¨® que un porcentaje importante de las poblaciones francesa y brit¨¢nica abrigan opiniones antisemitas. Otra encuesta, llevada a cabo por el Centro de Investigaci¨®n de los Prejuicios, de la Universidad de Varsovia, mostr¨® que en 2013 aproximadamente el 63% de los polacos cre¨ªa que los jud¨ªos conspiran para controlar el sistema bancario y los medios de comunicaci¨®n del mundo.
Las consecuencias de ello, no s¨®lo para los jud¨ªos, sino tambi¨¦n para Europa, son graves. Como se?al¨® Hannah Arendt hace seis decenios, el ascenso del antisemitismo provoc¨® la ca¨ªda de Europa en el totalitarismo. Al conseguir afianzarse en muchos pa¨ªses los movimientos populistas y extremistas de derecha, el sistema pol¨ªtico de Europa ¡ªy los valores que lo sostienen¡ª est¨¢ en peligro.
El primer ministro de Francia, Manuel Valls, reconoci¨® ese peligro. En un discurso pronunciado en la Asamblea Nacional, que record¨® al ataque de ?mile Zola a la ¡°ciega estupidez¡± del odio a los jud¨ªos hace casi 120 a?os, pregunt¨®: ¡°?C¨®mo podemos aceptar que en nuestras calles de Francia (...) se oigan gritos de ¡®?Muerte a los jud¨ªos!¡¯? (...) ?C¨®mo podemos aceptar que personas francesas sean asesinadas por ser jud¨ªas?¡±. Despu¨¦s advirti¨® que el renacimiento del antisemitismo en Francia ¡ªpatente en la preocupaci¨®n provocada por la inclusi¨®n del Holocausto en el programa de estudios de la escuela francesa¡ª indica una crisis de la democracia.
Valls sigue siendo el ¨²nico pol¨ªtico europeo que ha puesto de relieve el peligro con la urgencia que merece. Ya es hora de que sus hom¨®logos den un paso al frente y, al hacerlo, no deben descartar pol¨ªticas audaces, sin complejos, encaminadas a influir en la pol¨ªtica de Israel para con Palestina.
Al mismo tiempo, buscar la soluci¨®n para un problema que est¨¢ tan profundamente arraigado en la historia de Europa ¡ªy en la del islam¡ª, achac¨¢ndolo al conflicto palestino-israel¨ª o a j¨®venes musulmanes alienados constituye una falacia peligrosa. Para no volver a caer en las garras del miedo, el odio y la pol¨ªtica atroz, los europeos deben mirarse detenidamente a s¨ª mismos.
Shlomo Ben Ami, exministro de Asuntos Exteriores de Israel y actual vicepresidente del Centro Internacional por la Paz de Toledo.
? Project Syndicate, 2015.
Traducido del ingl¨¦s por Carlos Manzano.
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