El Coyote y el Correcaminos

Admiro la capacidad que tienen nuestros pol¨ªticos para entretenernos y hacer que se pasen las horas m¨¢s r¨¢pido. De hecho, durante estos d¨ªas me ha parecido vivir una especie de d¨¦j¨¤ vu al ver al ministro Montoro ponerse la careta del Coyote y a Podemos la del Correcaminos. Llevan d¨ªas de persecuci¨®n y, al igual que hac¨ªa el Coyote con la marca ACME, Montoro tiene su particular f¨¢brica llamada Hacienda que le suministra todas las herramientas necesarias para cazar al Correcaminos. En cambio, el perseguido disfruta porque le hace gracia y porque as¨ª evita pensar en qu¨¦ realidades factibles debe ofrecer a una ciudadan¨ªa que se las pide a gritos.

Es entonces cuando me pregunto qu¨¦ har¨ªan ambos si esa persecuci¨®n culminara, si se encontraran y ninguno de los dos pudiera huir (porque yo al menos no he visto el cap¨ªtulo donde el Coyote atrapa al Correcaminos). As¨ª que, mientras se desarrolla esta persecuci¨®n y se encargan de entretenernos haci¨¦ndonos perder el tiempo, mientras le dan bola a sus pueriles disputas y mientras se enzarzan en batallas llenas de recelo y no de ganas de mejorar la vida de los ciudadanos; yo me pondr¨¦ a suplicarle a Warner Bros que por favor haga salir al cerdito Porky y finalice este espect¨¢culo infantil con un: ¡°Esto es todo amigos¡±.¡ª Diego Recuenco Calvo.