19 fotos
Las Patronas, una mano tendida Rosa y Bernarda, dos hermanas de la localidad de La Patrona, se han convertido en s¨ªmbolo de solidaridad tras 20 a?os ayudando a inmigrantes que sufren todo tipo de atrocidades Rosa y Bernarda, dos hermanas de la localidad de La Patrona, en el pobre municipio de Amatlan de los Reyes (Veracruz), estaban un 14 de febrero, hace 20 a?os, con la compra en la mano esperando a que pasara el tren y poder cruzar la v¨ªa hacia su casa. Entonces, vieron que de los vagones que pasaban colgaban personas que les rogaban que, por favor, les dieran comida, que ten¨ªan hambre. Ellas no sab¨ªan que eran los primeros inmigrantes centroamericanos que se sub¨ªan de polizones al tren de carga conocido como 'La Bestia', para intentar llegar a la frontera con Estados Unidos. Aun as¨ª, se sintieron obligadas a darles los alimentos que acaban de adquirir. Y as¨ª, todos los d¨ªas hasta que, como ve¨ªan que cada vez iba m¨¢s gente a bordo del tren, junto con su madre y otra hermana comenzaron a cocinar a diario para darles algo m¨¢s a esa gente. Con el tiempo, estas mujeres se convirtieron en Las Patronas, un grupo de 14 mujeres del pueblo que todos los d¨ªas preparan arroz y frijoles para los ya miles de inmigrantes que se juegan la vida a bordo de La Bestia. Se han convertido en un s¨ªmbolo de solidaridad. Al principio, su labor era m¨¢s improvisada, entre fogones y corrales de gallinas. Hoy, la organizaci¨®n y el espacio del trabajo han cambiado: se asignan las tareas y responsabilidades entre ellas. Estas veracruzanas ha recibido varios reconocimientos por parte de organizaciones estatales de Derechos Humanos, fundaciones extranjeras y su historia ha llegado, incluso, ha sido recogida por pel¨ªculas documentales. En 2013, fueron galardonadas con el Premio Nacional De Derechos Humanos de M¨¦xico. En la imagen, el cuadro de tareas asignadas a cada una de las mujeres. Apostadas en fila junto a las v¨ªas del tren, estas mujeres reparten comida y agua a los cientos de migrantes que diariamente cruzan el territorio mexicano en busca del sue?o americano. Les dan (lanzan) botellas de pl¨¢stico atadas con una cuerda de rafia, y bolsas con panes de arroz y frijoles. Este ser¨¢ posiblemente el poco alimento que los que van montados en el tren prueben en varios d¨ªas. Do?a Leonila, fundadora de las Patronas, aguarda el paso del convoy mientras sostiene las botellas de agua. La Patrona ¡ªun barrio junto a las v¨ªas del tren de la cabecera municipal de Amatl¨¢n de los Reyes (Veracruz)¡ª es donde se ubica el llamado comedor de ¡°la esperanza¡±, m¨¢s conocido como Las Patronas. All¨ª, desde hace ya dos d¨¦cadas, un grupo de mujeres se organiza y cocina para ayudar a los migrantes centroamericanos con rumbo al ¡°sue?o norteamericano¡±. La imagen de la Virgen de Guadalupe, emblema de las Patronas, cuelga en una de las paredes de la sede de la organizaci¨®n. PEP COMPANYS Las Patronas como Rosa Romero preparan, cada d¨ªa, entre 15 y 20 kilos de frijoles y arroz. Empiezan a primera hora de la ma?ana, cortan panes y llenan botellas con agua para aliviar el hambre y la sed del extenuante viaje. PEP COMPANYS Debido a la gran cantidad de alimento que procesan, las mujeres usan unas enormes ollas sobre hogueras de le?a, y cocinan dos veces al d¨ªa. Todos los d¨ªas sin interrupci¨®n, pues no hay uno en el que no haya hombres, mujeres y ni?os necesitados a bordo de 'La Bestia'. Norma Romero, coordinadora de las patronas, mete en bolsas las raciones de pan, que obtienen de las donaciones por parte de vecinos, comercios y organizaciones. Cuando dieron la primera bolsa de pan a un migrante centroamericano hambriento hace 20 a?os no sab¨ªan que iban a convertirse en defensoras de los derechos humanos. Ni mucho menos pensaron que su historia ser¨ªa escuchada por todo el mundo y que ser¨ªan consideradas un ejemplo. Cuando llega la hora y se escucha a lo lejos el rugir de La Bestia, ellas se apresuran a las v¨ªas con una carretilla llena de bolsas y cajas de pl¨¢stico con la comida, agua y algo de ropa. En menos de 15 minutos repartir¨¢n la ayuda entre los cientos de migrantes que van subidos en el convoy. Las Patronas han ideado sus propios sistemas de trabajo para facilitar la labor de entrega de la comida y bebida. Llenan viejas botellas de pl¨¢stico con agua, amarradas con una cuerda de dos en dos, como hace do?a Leonila, fundadora de Las Patronas. Como no les sobran los recursos, las botellitas de pl¨¢sticos usadas las lavan y llenan de nuevo para entregarla a los migrantes que requerir¨¢n su ayuda en el siguiente tren. En los trenes de carga que recorren alrededor de 3.000 kil¨®metros hasta Estados Unidos, en ocasiones llevan subidos hasta 500 migrantes, no sin riesgos de ca¨ªda. En la imagen, un grupo de personas montadas en el tren a su paso por La Patrona. Las Patronas y voluntarios reparten alimentos al paso de un tren nocturno. Trabajan todos los d¨ªas del a?o haga fr¨ªo o calor, llueva o luzca el sol, de noche y de d¨ªa. Siempre est¨¢n para dar algo de alivio a los inmigrantes centroamericanos que sufren mil y una adversidades en su peregrinaje a Estados Unidos. Muy temprano, Las Patronas hacen la colecta de pan fr¨ªo, verdura y fruta. Hoy, do?a To?a, ha ido al mercado de C¨®rdoba (Veracruz) a recoger alimentos. Todo lo que reparten es donado por empresas, organizaciones, mercados o gente que va a visitarlas y apoya su causa. Antes de recibir tanta ayuda, tambi¨¦n consegu¨ªan la comida de sus propias casas, ret¨¢ndolo al men¨² de sus familias para d¨¢rselo a los m¨¢s necesitados. La actividad en esta organizaci¨®n comienza a las 10.00 de la ma?ana, hora en la que las mujeres como Tere cambian sus quehaceres personales por llenar bolsas con comida (200 cada d¨ªa) que ellas mismas preparan con el ¨²nico inter¨¦s de ayudar a quienes buscan mejor fortuna en otro pa¨ªs. Cuando llega la hora y se escucha a lo lejos que llega e tren, ellas se apresuran a las v¨ªas con una carretilla cargada de los paquetes de comida, agua y algo de ropa. Do?a Lupe, una de Las Patronas, se toma un descanso. No hay mucho tiempo para ello. Si no est¨¢n cocinando est¨¢n repartiendo. En menos de 15 minutos entregan las raciones de comida. Todo sucede tan r¨¢pido que los migrantes no tienen tiempo ni para dar las gracias. Tras cada jornada, Las Patronas se dan por satisfechas porque han quitado el hambre a los m¨¢s necesitados. Apenas unos pocos minutos de descanso y las tareas se reemprenden de nuevo ante la posibilidad que pase otro tren. Lorena es una de las 14 mujeres que colaboran de manera desinterada en Las Patronas. Posa junto a las instalaciones de la organizaci¨®n, frente a una pared en la que est¨¢ pintada la virgen de Guadalupe. Muchas cosas han cambiado desde que iniciaran con su labor hace ya casi dos d¨¦cadas. Sin embargo, ellas aseguran que siguen siendo las mismas de siempre. Dicen que ni los incontables reportajes period¨ªsticos realizados en torno a su labor solidaria, ni los documentales cinematogr¨¢ficos, ni los premios recibidos, han ocasionado que ninguna pierda de vista el sentido original con el que naci¨® esta agrupaci¨®n. ¡°Para nosotras, el mejor pago son las bendiciones de los migrantes y de familias enteras que se acercan para agradecernos nuestra labor¡±, aseguran. En la Imagen, Norma Romero. Cuando los 25 kilos arroz y los 10 de frijoles ya est¨¢n listos, las mujeres y alg¨²n voluntario se distribuyen alrededor de las dos grandes ollas y, con grandes cucharones, los reparten en raciones en las bolsas transparentes m¨¢s peque?as. Completan el men¨² con algunas tortillas o panes. Cuando oyen los pitidos del tren, r¨¢pidamente las mujeres se despliegan en unas decenas de metros como pueden y alargan los brazos con las bolsas sujetos suavemente con los dedos a modo de pinza, como hace do?a Julia. Leonila V¨¢zquez Alv¨ªzar fund¨®, en su pueblo natal, La Patrona (Veracruz), un grupo de mujeres que dedican su d¨ªa apoyar a migrantes centroamericanos que viajan en tren rumbo al norte del pa¨ªs cuyo destino final es cruzar la frontera a EE UU. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, a sus 82 a?os todav¨ªa sigue al pie de las v¨ªas repartiendo agua y alimentos.