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M��s all�� de ��Birdman��

El teatro ha estado presente en el cine desde hace d��cadas. Repasamos, en im��genes, algunas de esas pel��culas

Isabel Vald��s

Isabel Vald��s

23 feb 2015 - 08:22CET

Delirante por momentos, como lo fue Cantinflas; ese espejo que reflej�� y en el que se mir�� M��xico. <i>Abajo el tel��n</i> es una historia sobre un limpiador de ventanas que acaba infiltrado como empleado de un teatro para conseguir atrapar a un ladr��n. Un retrato de los escenarios de mediados de los 50 en medio del surrealismo de un argumento en el que el personaje de Mario Moreno acabar�� convirti��ndose en novio de la ayudante de una actriz famosa. Y ser�� l quien acabe diciendo: "Abajo el tel��n". — Delirante por momentos, como lo fue Cantinflas; ese espejo que reflej�� y en el que se mir�� M��xico. Abajo el tel��n es una historia sobre un limpiador de ventanas que acaba infiltrado como empleado de un teatro para conseguir atrapar a un ladr��n. Un retrato de los escenarios de mediados de los 50 en medio del surrealismo de un argumento en el que el personaje de Mario Moreno acabar�� convirti��ndose en novio de la ayudante de una actriz famosa. Y ser�� l quien acabe diciendo: "Abajo el tel��n".

<i>?Rumba la rumba la rum bam bam! Una noche el r��o pas��, ?Ay, Carmela, ay, Carmela!</i>, son los primeros versos de <i>El paso del Ebro</i>, la canci��n entonada desde el bando republicano en la Guerra Civil espa?ola. De esos estribillos naci�� la obra de teatro hom��nima de Jos�� Sanchis Sinisterra y la pel��cula de Saura, que acab�� con 13 goyas en la V edici��n de la gala, entre ellos, a la mejor pel��cula, actriz, actor y director. Carmen Maura fue Carmela y Andr��s Pajares, Paulino. Trovadores bajo los aplausos de aquellos que acabaron perdiendo y con un viaje que acab�� llev��ndolos a tener que actuar para el bando nacional. — ?Rumba la rumba la rum bam bam! Una noche el r��o pas��, ?Ay, Carmela, ay, Carmela!, son los primeros versos de El paso del Ebro, la canci��n entonada desde el bando republicano en la Guerra Civil espa?ola. De esos estribillos naci�� la obra de teatro hom��nima de Jos�� Sanchis Sinisterra y la pel��cula de Saura, que acab�� con 13 goyas en la V edici��n de la gala, entre ellos, a la mejor pel��cula, actriz, actor y director. Carmen Maura fue Carmela y Andr��s Pajares, Paulino. Trovadores bajo los aplausos de aquellos que acabaron perdiendo y con un viaje que acab�� llev��ndolos a tener que actuar para el bando nacional.

<p><i>Eva al desnudo</i> fue algo m��s que una pel��cula, fue una oda al teatro, a la pasi��n de quienes pisan sus tablas y un boceto maravilloso del ser humano, Un mosaico plasmado en un argumento que, contado, podr��a no parecer gran cosa: la ambici��n de Eva (Anne Baxter), una aspirante a gran actriz que acaba suplantando a la famosa actriz Margo Channing (Bette Davis).</p> <p><i>El teatro. ?D��nde pone que el teatro exista solo en los feos edificios api?ados en dos kil��metros cuadrados de Nueva York? ?O de Londres, Par��s o Viena? Escucha, jovencita y aprende. ?Quieres saber qu�� es el teatro? Un circo de pulgas. Tambi��n es ��pera, y rodeos, carnavales, ballets, danzas tribales indias, gui?ol, un hombre orquesta: todo es teatro. Donde haya magia, fantas��a y p��blico, hay teatro.</i> En <i>Eva al desnudo</i>, todo es cine, y tambi��n todo es teatro.</p> — Eva al desnudo fue algo m��s que una pel��cula, fue una oda al teatro, a la pasi��n de quienes pisan sus tablas y un boceto maravilloso del ser humano, Un mosaico plasmado en un argumento que, contado, podr��a no parecer gran cosa: la ambici��n de Eva (Anne Baxter), una aspirante a gran actriz que acaba suplantando a la famosa actriz Margo Channing (Bette Davis).

El teatro. ?D��nde pone que el teatro exista solo en los feos edificios api?ados en dos kil��metros cuadrados de Nueva York? ?O de Londres, Par��s o Viena? Escucha, jovencita y aprende. ?Quieres saber qu�� es el teatro? Un circo de pulgas. Tambi��n es ��pera, y rodeos, carnavales, ballets, danzas tribales indias, gui?ol, un hombre orquesta: todo es teatro. Donde haya magia, fantas��a y p��blico, hay teatro. En Eva al desnudo, todo es cine, y tambi��n todo es teatro.

No sale Woody Allen, pero s�� John Cusack, que aun no hab��a cumplido los 30, y Dianne Wiest, que acab�� llev��ndose el Oscar a mejor actriz de reparto por su impecable vieja diva. El final de los a?os 20 es el escenario temporal de <i>Balas sobre Broadway</i> para mostrar algo que sigue ocurriendo y que nunca dejar�� de ocurrir, las dudas, los celos y los conflictos tras las bambalinas en una historia con un tiempo narrativo que parece no tener contenci��n. Tan espectacular como su ambientaci��n. — No sale Woody Allen, pero s�� John Cusack, que aun no hab��a cumplido los 30, y Dianne Wiest, que acab�� llev��ndose el Oscar a mejor actriz de reparto por su impecable vieja diva. El final de los a?os 20 es el escenario temporal de Balas sobre Broadway para mostrar algo que sigue ocurriendo y que nunca dejar�� de ocurrir, las dudas, los celos y los conflictos tras las bambalinas en una historia con un tiempo narrativo que parece no tener contenci��n. Tan espectacular como su ambientaci��n.

Tony Curtis. Burt Lancaster. Poco m��s hace falta para decir s�� a <i>Chantaje en Broadway</i>. Tal vez el nombre de su director, Alexander MacKendrick, un escoc��s nacido por casualidad en Estados Unidos que nunca termin�� de amoldarse al monstruo de Hollywood. La pel��cula, entre ��cida, c��nica y tierna, se mueve en las tinieblas de la nocturna Manhattan, los juegos de poder y los puntos d��biles de qui��nes lo ostentan. Una maravilla de apenas hora y media con una banda sonora firmada por Elmer Bernstein y matizada por The Chico Hamilton Quintet. Bendito jazz. — Tony Curtis. Burt Lancaster. Poco m��s hace falta para decir s�� a Chantaje en Broadway. Tal vez el nombre de su director, Alexander MacKendrick, un escoc��s nacido por casualidad en Estados Unidos que nunca termin�� de amoldarse al monstruo de Hollywood. La pel��cula, entre ��cida, c��nica y tierna, se mueve en las tinieblas de la nocturna Manhattan, los juegos de poder y los puntos d��biles de qui��nes lo ostentan. Una maravilla de apenas hora y media con una banda sonora firmada por Elmer Bernstein y matizada por The Chico Hamilton Quintet. Bendito jazz.

Kenneth Branagh es una especie de embudo por el que todo puede pasar: director, actor, guionista, productor. Cine y teatro. <i>En lo m��s crudo del crudo invierno</i> es una comedia de 1995 que respira y transpira teatro; que se adentra en la idea de la actualidad continua de los cl��sicos, m��s all�� del t��pico adjetivo de "inmortal"; y que plasma, con una sencillez que la agranda, las relaciones entre actores. El amor, la envidia, las peque?as batallas. E hilando el argumento, <i>Hamlet</i>. — Kenneth Branagh es una especie de embudo por el que todo puede pasar: director, actor, guionista, productor. Cine y teatro. En lo m��s crudo del crudo invierno es una comedia de 1995 que respira y transpira teatro; que se adentra en la idea de la actualidad continua de los cl��sicos, m��s all�� del t��pico adjetivo de "inmortal"; y que plasma, con una sencillez que la agranda, las relaciones entre actores. El amor, la envidia, las peque?as batallas. E hilando el argumento, Hamlet.

Era 1950 y rompi�� con todo. Incluso con la unanimidad de p��blico y cr��tica. <i>P��nico en la escena</i>, de Alfred Hitchcock, cambi�� las reglas cuando aun ni siquiera estaban asentadas en ese mundo que estaba empezando a descubrir lo mucho que podr��a dar de s��. Los vericuetos argumentales (que no se descubrir��n aqu�� para evitar 'spoilers') dieron paso a una forma distinta de ver, filmar y entender el suspense; con el que, hasta entonces, Hitchcock fue tan riguroso. ?La cuesti��n? Un 'flashback' falso en una historia en la que la protagonista es una estudiante de interpretaci��n que tendr�� que actuar para intentar salvar a un amigo. La mentira dentro de la mentira. — Era 1950 y rompi�� con todo. Incluso con la unanimidad de p��blico y cr��tica. P��nico en la escena, de Alfred Hitchcock, cambi�� las reglas cuando aun ni siquiera estaban asentadas en ese mundo que estaba empezando a descubrir lo mucho que podr��a dar de s��. Los vericuetos argumentales (que no se descubrir��n aqu�� para evitar 'spoilers') dieron paso a una forma distinta de ver, filmar y entender el suspense; con el que, hasta entonces, Hitchcock fue tan riguroso. ?La cuesti��n? Un 'flashback' falso en una historia en la que la protagonista es una estudiante de interpretaci��n que tendr�� que actuar para intentar salvar a un amigo. La mentira dentro de la mentira.

Michael Caine es el director teatral de una ca��tica, estramb��tica y delirante compa?��a teatral que intenta triunfar en Broadway. Pero lo que ocurre el d��a del estreno no tiene nada que ver con lo que llevan semanas ensayando. La improvisaci��n ante lo inesperado como alma -y a veces problema- del teatro. A ese vodevil sobre las tablas se a?ade el humano, el de los actores cuando dejan el escenario y las miserias que se mezclan, en el libreto y en la vida.

<i>?Ay, Carmela</i> podr��a ser una versi��n de <i>Ser o no ser</i>. Ambas una cr��tica, con distintos grados de humor, de sus respectivas luchas, aunque ambas fueran de todos. La espa?ola de la Guerra Civil, la alemana, sat��rico e implacable, contra el nazismo. Una <i>troupe</i> de actores, en una Polonia ocupada en la Segunda Guerra Mundial, decide intentar que una informaci��n no caiga en manos del ej��rcito de Hitler. Una pieza que sigue siendo una de las comedias que mejor retratan de una forma limpia pero ��cida aquel momento hist��rico. — ?Ay, Carmela podr��a ser una versi��n de Ser o no ser. Ambas una cr��tica, con distintos grados de humor, de sus respectivas luchas, aunque ambas fueran de todos. La espa?ola de la Guerra Civil, la alemana, sat��rico e implacable, contra el nazismo. Una troupe de actores, en una Polonia ocupada en la Segunda Guerra Mundial, decide intentar que una informaci��n no caiga en manos del ej��rcito de Hitler. Una pieza que sigue siendo una de las comedias que mejor retratan de una forma limpia pero ��cida aquel momento hist��rico.

Fue la pel��cula con m��s candidaturas a los Oscar de 1998: 13. Se llev�� siete, adem��s tres Globos de oro y cuatro premios BAFTA. Aunque aleja inevitablemente a William Shakespeare de su identidad homosexual, <i>Shakespeare in love</i> no es un <i>biopic</i>. Es una historia de amor entre el dramaturgo, vac��o de inspiraci��n, y una intensa y arrebatadora Gwyneth Paltrow. Es la historia del nacimiento del teatro ingl��s. Del negocio que supon��a; de las etiquetas que sufr��an actores y actrices en aquellos a?os isabelinos. ?Cursi? Tal vez en alg��n l��nea del libreto. En su conjunto, son 137 minutos espl��ndidos, delicados, y sonorizados con una banda que mereci�� uno de esos siete Oscars. — Fue la pel��cula con m��s candidaturas a los Oscar de 1998: 13. Se llev�� siete, adem��s tres Globos de oro y cuatro premios BAFTA. Aunque aleja inevitablemente a William Shakespeare de su identidad homosexual, Shakespeare in love no es un biopic. Es una historia de amor entre el dramaturgo, vac��o de inspiraci��n, y una intensa y arrebatadora Gwyneth Paltrow. Es la historia del nacimiento del teatro ingl��s. Del negocio que supon��a; de las etiquetas que sufr��an actores y actrices en aquellos a?os isabelinos. ?Cursi? Tal vez en alg��n l��nea del libreto. En su conjunto, son 137 minutos espl��ndidos, delicados, y sonorizados con una banda que mereci�� uno de esos siete Oscars.

La vida, la real, cuando parte de Espa?a aun no estaba preparada para asumir que lo era. Quiz��s la menor parte, pero ah�� estaba. Ese proyecto de Almod��var es la historia de lucha de una madre que podr��a ser cualquier madre, con esas u otras circunstancias. De la transexualidad, de los prejuicios, del dolor y de la p��rdida. De la amistad y del amor implacable, eterno, protector y a veces destructor hacia los hijos. Y hacia uno mismo. La pel��cula de Pedro Almod��var tuvo siete premios Goya, el Oscar y el C��sar a la mejor pel��cula extranjera, el Globo de Oro a la mejor pel��cula de habla no inglesa, el premio a mejor director en el festival de Cannes... y una larga lista. El m��rito fue del director, de la propia historia, de las arrolladoras actrices, de un guion impecable. Y de la realidad, de la intensidad de la realidad.

C��micos n��madas en la Espa?a gris de la posguerra. Marcada por el hambre, el literal y el on��rico. Y con poca piedad por los clich��s o por las reticencias a ense?ar, sin pudor, lo que fue. Lo que supon��a el mundo del teatro para los actores en aquel momento: la agon��a de dar cada d��a un paso m��s sin nada m��s que la voluntad por darlo, que el amor por el teatro. El retrato hist��rico que Fernando Fern��n G��mez puso sobre la gran pantalla consigui�� el Goya a mejor director y a mejor guion.

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