Los peri¨®dicos en el 23-F
El archivo de Ignacio Aguirre arroja luz sobre los medios y el golpe de Estado
La trama civil del 23-F nunca se investig¨® suficientemente y todav¨ªa quedan muchos interrogantes. Dejar en paz a los civiles que le apoyaron en la sombra, era una de las condiciones de Tejero para deponer su actitud y liberar a los diputados secuestrados en el Congreso, a pesar de que el Abc de Sevilla lo negaba y dec¨ªa en su editorial del 24-F que ?solo estuvieron retenidos!
Mucho se ha escrito sobre ese d¨ªa de febrero de 1981, pero pocas novedades se han incorporado a la investigaci¨®n de los apoyos civiles a la intentona que pudo frustrar el desarrollo democr¨¢tico en nuestro pa¨ªs. Muchos interrogantes quedaron enterrados y, aunque ha pasado tanto tiempo que cualquier responsabilidad ha prescrito y nuestra democracia est¨¢ consolidada, ser¨ªa importante averiguar todo lo que pas¨® porque la historia lo demanda.
Otro debate, a¨²n pendiente, es el del comportamiento de los medios de comunicaci¨®n en los d¨ªas previos y posteriores. Un debate, siempre permanente, sobre la defensa de la libertad de expresi¨®n. Porque es evidente que, de haber triunfado el golpe de Estado, la libertad de expresi¨®n, uno de los derechos con los que hoy convivimos de forma natural, habr¨ªa sido suprimida.
La prensa que se vendi¨® es el t¨ªtulo del libro, de pr¨®xima aparici¨®n, que analiza c¨®mo se comportaron los medios de comunicaci¨®n que protagonizaron la Transici¨®n. Recoge el periodo de los Gobiernos de UCD, con Adolfo Su¨¢rez y Leopoldo Calvo-Sotelo. El texto est¨¢ centrado en el archivo reservado del ¨²ltimo portavoz del Gobierno, Ignacio Aguirre, t¨ªo y mentor de Esperanza Aguirre. Una de las revelaciones m¨¢s espectaculares de este libro es el papel del diario Abc, en su edici¨®n de Sevilla, al que el Gobierno calific¨® de golpista.
Por eso resulta m¨¢s sorprendente que un medio de comunicaci¨®n, que reparte hoy en d¨ªa moralina democr¨¢tica, como es Abc, apoyase a los militares golpistas. ?Qui¨¦n le ayud¨® a Abc de Sevilla a tapar y ocultar su vergonzante papel hasta ahora? Pues nada menos que el propio portavoz del Gobierno, Ignacio Aguirre. Pese a los requerimientos de algunos ministros como Garc¨ªa A?overos y de los informes de la propia Secretar¨ªa de Estado para la Informaci¨®n, Aguirre, el portavoz del presidente Calvo Sotelo, decidi¨® que hab¨ªa que hacer de Abc el referente medi¨¢tico frente a la prensa m¨¢s progresista y que nadie supiese lo que hab¨ªa hecho el diario. Con documentos confidenciales vemos c¨®mo se impide la reaparici¨®n del diario Madrid, se aplica la eutanasia a Informaciones y Pueblo y se pretende perjudicar a EL PA?S y beneficiar a Abc. Los documentos que desvela el libro demuestran, adem¨¢s, la persecuci¨®n de los periodistas progresistas y de izquierda.
El 16 de marzo de 1981, el secretario de Estado Ignacio Aguirre le escribe al presidente Calvo-Sotelo: ¡°Despu¨¦s de haber apoyado el golpe en la forma que t¨² has visto en el dossier de que dispones¡¡±. Se refiere a Nicol¨¢s Salas, director de Abc de Sevilla, de quien se dice en la nota que se fue a Capitan¨ªa y no al Gobierno Civil en la noche del golpe, prohibiendo salir a la calle a todos los redactores de Abc.
¡®Abc¡¯ de Sevilla jug¨® a la ¡°desmovilizaci¨®n¡± en la marcha a favor de la democracia
Cuatro d¨ªas despu¨¦s el ministro de Hacienda, Jaime Garc¨ªa A?overos, en un mensaje lac¨®nico y con expresivo lenguaje analiza el editorial de Abc: ¡°Ver¨¢s que se trata del m¨¢s puro fascismo, en la l¨ªnea de la actuaci¨®n del peri¨®dico con motivo del golpe de Estado¡±. El editorial de Abc de dicha fecha calificaba de hipocres¨ªa que los pol¨ªticos pidieran una acci¨®n policial seria y eficaz, despu¨¦s de un lustro sangriento y cuidadosamente soslayado en las Cortes. Posteriormente, se da a conocer el dossier del Gobierno en el que se analiza el ¡°golpismo¡± de Abc de Sevilla, una de cuyas afirmaciones, refiri¨¦ndose a los dem¨®cratas, era ¡°la mala hierba que hay que erradicar¡±.
En el dossier citado, de la Secretar¨ªa de Estado para la Informaci¨®n, comparativo de las ediciones de Abc de Sevilla y Madrid, se dice del director de Sevilla, Nicol¨¢s Salas, que de su pluma no sale una sola palabra de condena del golpe. Por el contrario, insiste en el paralelo entre las situaciones de 1931-1936 y 1975-1981, ¡°cargando demag¨®gicamente las tintas y preparando psicol¨®gicamente a la opini¨®n ante la inevitabilidad y oportunidad del golpe militar; ya no se trata de mensajes subliminales sino de incitaciones directas al golpe y a la subsiguiente represi¨®n, se?alando incluso con el dedo a las futuras v¨ªctimas, a la mala hierba que hay que erradicar¡±.
El informe desglosa distintos aspectos, como el mayor n¨²mero de p¨¢ginas dedicadas a la informaci¨®n del golpe en el Abc de Madrid, que en el de Sevilla. El editorial del d¨ªa posterior al golpe, titulado Respeto a la Constituci¨®n y calma nacional, en la edici¨®n sevillana se compone en un cuerpo de letra peque?o, lo mismo pasa con las fotograf¨ªas. Abc de Sevilla sale con el titular: Espa?a, confusi¨®n e incertidumbre, que el informe de la Secretar¨ªa de Estado califica de ambiguo y contemporizador. Tambi¨¦n muestra su extra?eza de que solo hable de ¡°retenidos¡± cuando titula la edici¨®n sevillana de Abc, Gobierno y diputados, retenidos por miembros de la Guardia Civil. Luego se se?ala que Abc de Sevilla juega la ¡°carta desmovilizadora¡± se?alando el peligro de acudir a la manifestaci¨®n por la libertad, la democracia y la Constituci¨®n. A continuaci¨®n daba datos distintos a los de Abc de Madrid que habl¨® de 100.000 asistentes a la manifestaci¨®n en Sevilla, mientras que la edici¨®n de la capital andaluza la cifr¨® en 20.000. Esta edici¨®n sevillana de Abc dedic¨® un ¡°despliegue tan espectacular como sin precedente¡± al terrorismo etarra.
El libro desvela tambi¨¦n c¨®mo Ignacio Aguirre tampoco har¨¢ caso de la carta de Marcelino Oreja, delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco, que ped¨ªa acciones contra el diario Egin. Y dejar¨¢ sin efecto la ¡°sugerencia¡± hecha en el mismo sentido por el propio rey Juan Carlos. Ignacio Aguirre fue, adem¨¢s, el mentor del liberalismo de su sobrina. Esperanza sac¨® su plaza en Turismo cuando su t¨ªo Ignacio era secretario de Estado. La bandera de intransigencia con el terrorismo levantada por Esperanza Aguirre se enfrenta a la verdad de sus or¨ªgenes pol¨ªtico-familiares, en los que se aportan m¨¢s documentos que demuestran c¨®mo se hizo lo contrario a lo que ahora pregona la presidenta del PP de Madrid, incluso para afearle a Mariano Rajoy su papel al respecto.
Luis Santos Serra y Pilar de Miguel Hu¨¦lamo son periodistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.