?Es China la salvaci¨®n de Grecia?
Pek¨ªn puede representar un arreglo para Atenas, pero no es la soluci¨®n
El tira y afloja entre Atenas y Bruselas tiene proyecciones significativas en otras capitales m¨¢s all¨¢ de la Uni¨®n Europea. La alusi¨®n a Pek¨ªn ¡ªal igual que Mosc¨²¡ª como una alternativa de financiamiento de las depauperadas arcas griegas se antoja, no obstante, complicada. Ello a pesar de que no es precisamente liquidez lo que falta en las cuentas chinas y que Grecia ha ganado en importancia estrat¨¦gica para China de forma notable en los ¨²ltimos a?os. A la gratitud por la solidaridad griega en la evacuaci¨®n de sus ciudadanos durante la guerra contra Gadafi en Libia, por ejemplo, se une su condici¨®n de nudo referencial en la Ruta Mar¨ªtima de la Seda, un proyecto estrella de las nuevas autoridades chinas.
De entrada, las primeras declaraciones de algunos de los nuevos ministros griegos apuntaban a una reconsideraci¨®n global de la inversi¨®n extranjera en el pa¨ªs, lo cual desat¨® las alarmas en Pek¨ªn. El viceministro de Actividades Mar¨ªtimas, Thodoris Dritsas, anunci¨® al poco de tomar posesi¨®n que ¡°la privatizaci¨®n de El Pireo se acab¨®¡±, al tiempo que apuntaba a buscar soluciones alternativas con China, el pa¨ªs m¨¢s afectado.
El anuncio de suspensi¨®n de los proyectos de privatizaci¨®n emprendidos por el Gobierno anterior, incluida la venta del 67% de la participaci¨®n en el puerto de El Pireo, con fuerte presencia de la empresa china Cosco desde hace cinco a?os y donde maneja los muelles dos y tres, gener¨® la natural preocupaci¨®n. Se trata del mayor puerto griego y la concesi¨®n a Cosco es por 35 a?os.
A rengl¨®n seguido, el ministro de Econom¨ªa, Yorgos Stahakis, se reuni¨® con el embajador chino en Atenas, Zou Xiaoli, con quien trat¨® de aclarar dudas y temores. Finalmente, reiter¨® que los contratos firmados se respetar¨¢n y que las relaciones con China ser¨ªan potenciadas.
El propio ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, dio la bienvenida a la inversi¨®n extranjera, se?alando a China, Rusia e incluso EE?UU como aliados en su estrategia renegociadora con la UE. Por su parte, el viceprimer ministro, Yanis Dragasakis, asegur¨® que la inversi¨®n china no tiene motivos para la preocupaci¨®n.
Cabe se?alar que tras la victoria de Syriza en Grecia, las autoridades chinas felicitaron r¨¢pidamente a los ganadores. Nada fuera de lo normal. La secuencia vivida desde entonces apunta a una progresiva moderaci¨®n de posiciones por parte de las nuevas autoridades griegas. Para certificar y asegurarse de la nueva actitud, el primer ministro, Li Keqiang, convers¨® telef¨®nicamente con Alexis Tsipras el 11 de febrero, con la intenci¨®n de obtener garant¨ªas de que no habr¨¢ cambios sustanciales en las relaciones bilaterales. Seg¨²n fuentes chinas, Tsipras le reiter¨® que Pek¨ªn es un socio clave y que espera m¨¢s inversiones del gigante asi¨¢tico.
China no parece interesada en sacar ventaja de los desacuerdos internos de la Uni¨®n Europea
Todo parece indicar que China es un ¡°caso especial¡± y que la relaci¨®n bilateral es s¨®lida y no se ver¨¢ afectada a nivel estrat¨¦gico pudiendo incluso intensificarse. El economista John Milios, tambi¨¦n del entorno de Tsipras y con m¨¢s mano izquierda que otros, as¨ª se lo har¨ªa saber a las autoridades de Pek¨ªn. China, ahora, parece m¨¢s tranquila y tambi¨¦n probablemente m¨¢s dispuesta, tras un prudente tiempo de espera.
En cualquier caso, la anunciada cancelaci¨®n de las privatizaciones abre un par¨¦ntesis negociador para definir los contenidos de un nuevo equilibrio. La colaboraci¨®n seguir¨¢, pero no necesariamente con los mismos instrumentos y agenda. Una f¨®rmula apuntada por algunos economistas griegos sugiere la potenciaci¨®n del sector p¨²blico local con la ayuda del sector p¨²blico chino a trav¨¦s de la creaci¨®n de empresas mixtas. Atenas reclama tambi¨¦n a China una implicaci¨®n activa en su sistema financiero. En suma, China deber¨¢ tener m¨¢s en cuenta las prioridades econ¨®micas y los intereses del nuevo Gobierno griego, aunque esto no se antoja necesariamente conflictivo. La apuesta china en Grecia es de largo plazo.
A favor de abrir ese nuevo tiempo juega tambi¨¦n la existencia de cierta afinidad en el plano ideol¨®gico-formal entre Syriza y el PCCh, siempre, claro est¨¢, tamizado por el pragmatismo de ambas partes. A priori, dicha sinton¨ªa podr¨ªa facilitar un mayor acercamiento de Grecia a China, sobre todo si empeoran las relaciones con Bruselas, pero ser¨ªa un error darlo por hecho. En cualquier caso, China, que sigue apostando por una Grecia dentro de una reforzada Uni¨®n y por el euro, no parece interesada en sacar ventaja de los desacuerdos internos de la UE ni tampoco dispuesta a mejorar sus posiciones en Atenas si ello supone un deterioro de sus relaciones con la UE. Aunque le cuesta comprender la incapacidad comunitaria para resolver el problema griego a la vista de su significaci¨®n cuantitativa y cualitativa, tampoco abogar¨¢ por hacerlo suyo.
En suma, que nadie se haga ilusiones. Pek¨ªn puede abrigar muchas reservas a prop¨®sito de las bondades de la austeridad abanderada por la Uni¨®n e incluso, en un momento dado, simpatizar m¨¢s con el af¨¢n soberanista y las pol¨ªticas expansivas defendidas por Syriza, pero los problemas de Grecia deben resolverlos los griegos. Y los europeos. En cierta medida, China puede entrar en las soluciones pero no es la soluci¨®n.
Xulio R¨ªos es director del Observatorio de la Pol¨ªtica China.
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