12 fotosSedentarios en casas de quita y ponLa llegada de agricultores de vida n¨®mada a la capital mongola para asentarse es masiva. Instalan sus caba?as desmontables de forma permanente a las afueras de la ciudad en busca de oportunidades y educaci¨®n para sus hijos, no sin problemas Mongolia - 02 mar 2015 - 11:29CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl contraste entre los bloques de viviendas que crecen por doquier y las yurtas a las que van a sustituir es brutal. No obstante, para la mayor¨ªa de quienes viven en los suburbios, adquirir un apartamento no es m¨¢s que un sue?o.Un ni?o saluda desde la puerta de una yurta que ya est¨¢ rodeada por un elemento que los n¨®madas desconoc¨ªan hasta hace poco: la valla. En un intento por regular los asentamientos, el Gobierno ha comenzado a dar n¨²meros y a crear calles en los suburbios.Maral y Gankhoyag disfrutan de un programa de televisi¨®n dentro de la yurta en la que vive su familia, y en la que no falta ninguna de las comodidades habituales en la ciudad: desde lavadora, hasta televisi¨®n.Ankhtsetseg Bardal dar¨¢ pronto a luz a su segundo hijo en la capital, a la que su familia se mud¨® hace un a?o en busca de nuevas perspectivas laborales y para dar un mejor tratamiento m¨¦dico a la abuela, Yunren, que sufre problemas de coraz¨®n.Una nueva familia construye su 'ger', como se conoce en Mongolia a la yurta, en el terreno de 0,7 hect¨¢reas al que tiene derecho por ley. Con la llegada masiva de n¨®madas, cada vez tienen que asentarse m¨¢s lejos del centro, lo que causa problemas a?adidos por la pobre red de transporte p¨²blico.Una familia es obligada a recoger su yurta despu¨¦s de haberse establecido en una parcela que no era la suya. El desconocimiento de la ley dificulta el proceso de sedentarizaci¨®n de muchos n¨®madas, que siempre han vivido en completa libertad.Vallas y alambre de espino son los nuevos elementos a los que se acostumbran los n¨®madas que llegan a la ciudad, un lugar en el que los ¨ªndices de criminalidad son muy superiores y en el que no abunda la hospitalidad propia del campo.Un hombre pasea por el centro de Ul¨¢n Bator, donde se construyen nuevas urbanizaciones para la emergente clase media del pa¨ªs, que ha prosperado gracias al 'boom' de la miner¨ªa.Para facilitar que los reci¨¦n llegados encuentren trabajo en Ul¨¢n Bator, el Banco Mundial ha construido 16 guarder¨ªas operadas luego por el Gobierno en los suburbios de yurtas.En las guarder¨ªas en los suburbios de yurtas, los padres pueden dejar durante el d¨ªa a sus reto?os sin tener que pagar un c¨¦ntimo.Como se hace en el campo, algunos de los padres que no han conseguido plaza para sus hijos en las guarder¨ªas se ven obligados a atar a sus hijos a la yurta durante el d¨ªa, mientras trabajan, para evitar que se lastimen.