Dial¨¦ctica del golpismo

Tildar de golpista a un disidente es una vieja f¨®rmula del autoritarismo tendente a silenciar las cr¨ªticas a un gobierno. Es la modalidad elegida por la presidenta Cristina Fern¨¢ndez tanto para desacreditar a sus cr¨ªticos como para dar rienda suelta a un relato ¨¦pico que disimule las falencias de su gesti¨®n. Lo grave de esta estrategia de comunicaci¨®n presidencial es que no da?a tanto a sus adversarios como a las propias instituciones y la imagen del pa¨ªs (...)

Si bien las denuncias de Cristina Kirchner acerca de conspiraciones contra su gobierno han sido recurrentes a lo largo de su gesti¨®n, en las ¨²ltimas semanas recrudecieron a prop¨®sito de la convocatoria a la Marcha del Silencio en homenaje al fiscal Alberto Nisman.

Tras la multitudinaria movilizaci¨®n bajo la lluvia que caracteriz¨® al 18-F, la jefa del Estado expres¨® que esa concentraci¨®n represent¨® el ¡°bautismo de fuego¡± del ¡°partido judicial¡±, al que calific¨® como ¡°nuevo ariete contra los gobiernos populares, que suplanta al partido militar en el rol que, en el tr¨¢gico pasado, asumiera respecto de gobiernos con legalidad y legitimidad democr¨¢tica¡± (...)

Los desbordes emocionales pueden explicarse por el miedo a la c¨¢rcel de alguien que se aferra a lo que tiene como mecanismo de autodefensa.

(...)Es de esperar que, en su inminente discurso ante la Asamblea Legislativa, la Presidenta no pretenda profundizar este camino de discordia y autoritarismo. Ser¨ªa deseable que el mensaje presidencial nos alejara del espejo de la pobre Venezuela. Es menester que el fanatismo y la vehemencia desbordada cedan frente a la imperiosa necesidad del di¨¢logo y de la concordia.

Buenos Aires, 27 de febrero