Venezuela y una cita (falsa) de ¡®El Quijote¡¯
Quejas de lectores disconformes con la cobertura que hace este diario del pa¨ªs sudamericano. La frase atribuida a la obra de Cervantes en una carta no figura en ella
Ofrecer la mejor y m¨¢s completa informaci¨®n sobre Latinoam¨¦rica es un objetivo hist¨®rico de EL PA?S. Para lograrlo, el peri¨®dico ha reforzado su presencia en el subcontinente, donde dispone de delegaciones en M¨¦xico y Brasil, corresponsal¨ªa en Buenos Aires y una red capilar de colaboradores en los restantes pa¨ªses. Diariamente, se dedica amplio espacio en la web y en el papel a la actualidad de M¨¦xico, Argentina, Brasil o Venezuela.
Algunos lectores estiman, sin embargo, que es excesiva la atenci¨®n que prestamos a Venezuela. ?ngel Rubio argumenta en una carta que hay otros pa¨ªses donde ocurren cosas graves (incluye Espa?a), y deduce que hablar de los problemas del pa¨ªs sudamericano tiene por objeto perjudicar a Podemos.
No es el ¨²nico lector que ve ¡°Venezuela hasta en la sopa¡±. Isaac Arocas me escribi¨® un mensaje con ese t¨ªtulo, para quejarse de lo que considera una presencia abrumadora de este pa¨ªs en las p¨¢ginas de este peri¨®dico, ya se hable de la lista Falciani o de la pobreza en Latinoam¨¦rica. Este lector se?ala: ¡°A pesar de sentir antipat¨ªa por el chavismo y condenar el menoscabo de la libertad de expresi¨®n y la persecuci¨®n pol¨ªtica evidente en ese pa¨ªs, creo que EL PA?S le dedica excesiva atenci¨®n en perjuicio de otros pa¨ªses en los que tambi¨¦n se producen estos ataques democr¨¢ticos¡±.
David Alandete, director adjunto, explica: ¡°EL PA?S tiene una de las mayores redes de corresponsales, por no decir la mayor, en el continente americano. Informa de las dificultades de todos los pa¨ªses, desde el caso Petrobras en Brasil a la violencia del narco en M¨¦xico. En esa l¨ªnea, informa puntualmente de todas las noticias de valor y relevancia para el lector global en Venezuela, un pa¨ªs que vive circunstancias pol¨ªticas y econ¨®micas convulsas. Nuestra ambici¨®n es ofrecerle al lector informaci¨®n abundante y de calidad sobre la actualidad venezolana, como del resto de pa¨ªses del continente¡±.
Benjam¨ªn Forcano no se queja de la cantidad sino del sesgo, a su juicio ¡°partidista¡±, de las informaciones. ¡°A la vista est¨¢n la multitud de obras y logros positivos hechos por la revoluci¨®n bolivariana en beneficio del pueblo¡±, escribe este lector, ¡°si se los compara con los 70 a?os anteriores. EL PA?S los conoce, pero nunca ha dedicado una sola p¨¢gina a darlos a conocer y menos a aplaudirlos. Ha identificado la oposici¨®n como si fuera un hecho general, de todo el pueblo, cuando ha surgido de grupos minoritarios, no precisamente de los sectores m¨¢s populares y pobres. Y ha pregonado sin parar la falta de libertad de expresi¨®n, cuando cualquiera que visite Venezuela puede comprobar que grandes peri¨®dicos y otros medios est¨¢n en manos de la oposici¨®n m¨¢s potente y reaccionaria, sin que se les aplique censura indebida¡±.
Luis Prados, subdirector de las ediciones de Am¨¦rica, responde a este lector: ¡°La extrema polarizaci¨®n pol¨ªtica que se vive en Venezuela hace dif¨ªcil que una cobertura informativa ecu¨¢nime sea del gusto de todos. El Gobierno venezolano, tanto con el expresidente Hugo Ch¨¢vez como con su sucesor, Nicol¨¢s Maduro, ejerce una permanente exclusi¨®n pol¨ªtica de todos aquellos que no comulgan con sus ideas o proyectos¡±.
Prados subraya adem¨¢s que el Gobierno de Caracas, ¡°tampoco ha tenido ¨¦xito en la inclusi¨®n social: la pobreza pas¨® del 45% de la poblaci¨®n en 1998 al 48,4% en 2014, seg¨²n datos de la CEPAL. Venezuela ostenta la mayor tasa de inflaci¨®n del mundo ¡ªcasi el 70%¡ª, ha sufrido varias devaluaciones del bol¨ªvar y escasean productos b¨¢sicos, alimentos y medicinas, en comercios y hospitales. Al tiempo, la alta tasa de homicidios por 100.000 habitantes hace que sea el segundo pa¨ªs m¨¢s peligroso de Am¨¦rica Latina ¡ªsolo por detr¨¢s de Honduras¡ª y el ¨²nico de Sudam¨¦rica donde las muertes violentas han aumentado desde 1995¡±.
El pa¨ªs sudamericano es
objeto? de la atenci¨®n de los
medios de todo el mundo
En cuanto a la situaci¨®n pol¨ªtica, a?ade, ¡°los l¨ªderes de la oposici¨®n son detenidos y encarcelados sin acusaci¨®n formal, las protestas en las calles son reprimidas a tiros ¡ªdecenas de estudiantes muertos en las manifestaciones de febrero del a?o pasado¡ª y los medios y periodistas cr¨ªticos son silenciados y amenazados. En estas condiciones, no es f¨¢cil ejercer un periodismo independiente evitando tanto la propaganda del Gobierno como las exageraciones de la oposici¨®n. Pero no describir en sus justos t¨¦rminos la actual situaci¨®n venezolana ser¨ªa no solo traicionar nuestro oficio de periodistas sino tambi¨¦n el ideario de EL PA?S¡±.
El peri¨®dico cuenta con tres colaboradores en Venezuela. Ewald Scharfenberg y Alfredo Meza son los que firman con m¨¢s frecuencia. Ambos explican en un mensaje conjunto c¨®mo desarrollan su trabajo, y las dificultades a las que se enfrentan.
¡°En Venezuela cubrimos pautas period¨ªsticas que acordamos con nuestros coordinadores en Madrid y M¨¦xico¡±, dicen. ¡°En las notas resultantes nos limitamos a referir hechos comprobables que, por cierto, muchas veces los propios medios venezolanos no reflejan, controlados como han llegado a estarlo directamente por el Estado y sus socios empresariales, o que se sienten intimidados por las presiones del Gobierno. La selecci¨®n de los temas a cubrir se acoge a las variables cl¨¢sicas de la noticia, propias del periodismo, que incluyen, entre otras: novedad, rareza, relevancia de los actores, conflicto, consecuencias. Creemos que ning¨²n lector podr¨ªa refutar el car¨¢cter de inter¨¦s p¨²blico de las informaciones que se producen desde Caracas para las diversas ediciones de EL PA?S. Por ¨²ltimo, cabe destacar que el Gobierno venezolano impide de manera sistem¨¢tica el acceso a las fuentes oficiales para aquellos medios que a priori define como adversarios, una categor¨ªa que aplica a toda la prensa espa?ola destacada en Venezuela, incluyendo a EL PA?S¡±.
Venezuela y su revoluci¨®n bolivariana ¡ªy su actual hundimiento econ¨®mico¡ª son objeto de la atenci¨®n permanente de los medios de comunicaci¨®n internacionales. Como es l¨®gico, por razones de lengua, historia y cultura, el inter¨¦s es mucho mayor en los medios espa?oles. La cobertura de la actualidad venezolana que hace EL PA?S es, sin duda, m¨¢s amplia, pero se diferencia poco de la que hacen los principales diarios del mundo, de Le Monde a The New York Times.
Los lectores nos corrigen a diario pero tambi¨¦n se corrigen entre ellos. Constantino Gonz¨¢lez Penas, de Madrid, me ha enviado una carta escrita a mano sobre cuartilla blanca, para desmentir que la expresi¨®n: ¡°Ladran, luego cabalgamos¡±, atribuida por el firmante de una carta al director a El Quijote, figure realmente en la obra inmortal de Cervantes.
Est¨¢ tan seguro que escribe: ¡°Me ofrezco a premiar con una cena en el mejor restaurante de Madrid a quien me diga en qu¨¦ cap¨ªtulo de la obra de Cervantes aparece esa frase¡±. Gonz¨¢lez Penas se confiesa ¡°adicto¡± a El Quijote y, con la seguridad de acertar la apuesta, mantiene en pie su oferta: ¡°Cena, copa y puro¡±.
El tema, como reconoce el propio comunicante, no es nuevo. Hasta el punto de que el acad¨¦mico Francisco Rico, reconocido como uno de los m¨¢ximos expertos en la obra cumbre de Cervantes, ha escrito bastante del asunto. A Rico me he dirigido para que explique de d¨®nde sale esta frase insistentemente atribuida al ingenioso hidalgo, que como confirma este acad¨¦mico, ¡°es evidente que no figura en El Quijote¡±. Rico ha investigado la frase lo bastante como para afirmar que, ¡°nadie sabe de d¨®nde viene. Probablemente proceda del siguiente proverbio oriental: ¡®Ladran los perros, la caravana pasa¡±.
Los lectores pueden dirigirse a la Defensora del Lector al correo electr¨®nico defensor@elpais.es o telefonear al n¨²mero 913 378 200.
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