El cerebro de la receta ¡®MasterChef¡¯
El cineasta Franc Roddam, director del filme de culto ¡®Quadrophenia¡¯, es el creador del ¡® reality¡¯ culinario que arrasa en televisiones de medio mundo
Los dos grandes amores de Franc Roddam son el cine y la cocina. El primero ha dejado un sabor agridulce en este sexagenario director ingl¨¦s que firmara la pel¨ªcula de culto Quadrophenia (1979) para luego ver frustrada su vocaci¨®n de cineasta de autor por el imperativo de los productores. Pero el segundo sigue siendo el plato fuerte de su mesa desde que ide¨® hace m¨¢s de cinco lustros un programa culinario televisivo que hoy siguen 200 millones de personas en 46 pa¨ªses, incluida Espa?a. Roddam es el creador del reality MasterChef, un fen¨®meno que ¨¦l atribuye a ¡°la democratizaci¨®n del arte de cocinar, uno de esos placeres esenciales en el que todos podemos participar¡±.
C¨®mo ese formato, imaginado originalmente ¡°para recuperar el amor por la comida¡± entre un p¨²blico brit¨¢nico poco dado a meterse entre fogones, puede funcionar en lugares tan diversos como Bolivia, China, Albania o Arabia Saud¨ª es una cuesti¨®n que Roddam atribuye a la globalizaci¨®n de los gustos: ¡°El mundo ha cambiado. La emisi¨®n es un ¨¦xito en India, donde las clases medias y altas no sol¨ªan cocinar porque sus empleados lo hac¨ªan por ellos¡±. O en Espa?a, cuya cultura culinaria es venerada en Reino Unido y donde el brit¨¢nico de a pie cree que cada hogar esconde a un Ferran Adri¨¤ o a un Arzak. ¡°Pero es precisamente por eso. A la gente a quien le gusta la cocina tambi¨¦n le gusta recrearse en un programa que te muestra todos los estadios de la preparaci¨®n del plato¡±, subraya el art¨ªfice de la franquicia que ha arrasado en sus dos primeras ediciones de la parrilla televisiva espa?ola.
La cocina es uno de los placeres esenciales en el que todos podemos participar¡±
Franc Roddam (Norton, 1946) es un patriarca que suele cocinar todos los s¨¢bados para sus siete hijos y que f¨¢cilmente se pierde hablando sobre el maridaje entre los tomates y el vodka o el tequila durante la entrevista en un club de la londinense Portobello Road. La g¨¦nesis de MasterChef nace de una aproximaci¨®n m¨¢s sencilla, como fueron en su momento las bromas sobre la deprimente reputaci¨®n de la cocina de las islas brit¨¢nicas que le gastaban sus colegas de Hollywood, donde se hab¨ªa instalado en los a?os setenta gracias al ¨¦xito de su filme basado en una ¨®pera rock de la banda The Who (Quadrophenia). ?l, que segu¨ªa rememorando los platos caseros de su madre, elaborados a partir de los productos locales del noreste de Inglaterra, sab¨ªa que sus colegas americanos ¡°ten¨ªan raz¨®n¡±. ¡°Frente a las carencias y racionamiento de los a?os de posguerra, el gobierno (brit¨¢nico) decidi¨® industrializar la comida¡± y, en el camino, ¡°se perdieron el sentido y la esencia de un placer desde entonces reservado a un grupo de privilegiados¡±.
Inmerso en una carrera cinematogr¨¢fica con altibajos, ¡°el hombre de las mil ideas¡±, como se autodefine, no dej¨® de darle vueltas al proyecto de un programa que metiera las c¨¢maras en la cocina y que, en su vocaci¨®n de ¡°democratizarla¡±, pudiera mostrar ¡°a un taxista compitiendo de igual a igual con un obispo¡±. El retorno a Reino Unido para embarcarse en las producciones televisivas le permiti¨® plasmarlo.
El ¨¦xito de MasterChef, estrenado en la BBC en 1990, redund¨® en su reedici¨®n para el segundo milenio, aunque adaptado a las demandas de un p¨²blico inmerso en el reinado de la telerrealidad. ¡°Pero nunca vamos a criticar a las personas ni a caer en esas humillaciones que alimentan otros programas¡±, subraya sobre una filosof¨ªa que considera clave en la proyecci¨®n de su propuesta.
Siente debilidad por la versi¨®n australiana, ¡°porque fueron los primeros en hacerlo a lo grande, y los americanos acabaron copi¨¢ndoles¡±. Y de ah¨ª, el salto a tantos pa¨ªses con su particular idiosincrasia, como el MasterChef de Israel, donde los cocineros aficionados suelen relatar historias de la di¨¢spora entre pucheros, o a la misma Espa?a, donde cre¨ªa que sus cocinas lo ten¨ªan todo aprendido. Roddam no deja de sorprenderse por los ecos de esta franquicia global: ¡°Inmediatamente despu¨¦s de emitirse una semifinal de MasterChef en Reino Unido, que incluy¨® una filmaci¨®n del Celler de Can Roca, la lluvia de reservas de clientes ingleses hab¨ªa cubierto nueve meses de la agenda del restaurante de Girona¡±.
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