?l sabe
Y nosotros, que no tenemos ni idea de nada, a tirar de la estupefacci¨®n. Se nos ha acabado el asombro
Agotada la capacidad de asombro, ponemos en marcha nuestras reservas de estupefacci¨®n. Venga, m¨¢s Moren¨¦s. M¨¢s Ignacio Gonz¨¢lez, m¨¢s ¨¢tico, m¨¢s polic¨ªas corruptibles o corruptos, extorsionadores o extorsionados, m¨¢s Aguirre, si cabe, m¨¢s Esperanza. La candidata por el PP al Ayuntamiento de Madrid nos recuerda a esa lombriz que escapa de la manzana podrida por un agujero que a primera vista parece un lunar. Cuando abres la manzana, descubres una gusanera con nombres y apellidos, pero de la lombriz que coloc¨® ah¨ª los huevecillos, ni rastro. Tras fingir que dimit¨ªa de plaga hortofrut¨ªcola, huy¨® a toda leche en su Toyota poniendo el ojo en el Ayuntamiento. Por el camino, para recuperarse, se detuvo en una empresa de cazatalentos y encontr¨® uno nuevo: el de ella misma.
?Pero c¨®mo se ficha una a s¨ª misma? Por medio de un testaferro, de un pol¨ªtico pantalla (de plasma), o sea, a trav¨¦s de Rajoy, que ha convertido al Gobierno de la naci¨®n en una sociedad offshore en la que cabe todo, incluido un ministro del Interior seg¨²n el cual los delitos que se cometieron en la anterior legislatura no pueden investigarse en esta.
B¨¢rcenas, al que se le nota en la cara el estr¨¦s posvacacional, es un santo. Pertenece a la Edad de Piedra de la corrupci¨®n. Pero a qui¨¦n le interesa el pedernal teniendo a mano el hierro fundido de la jeta de Ignacio Gonz¨¢lez, presidente del coraz¨®n de Espa?a e indimitido a¨²n, incesado, inacabado, indeclinado, inmuerto. ?Por qu¨¦? Porque sabe. ?l mismo ha dicho que conoce a las mafias que lo han acuchillado, a las familias que pretenden vender droga en su esquina. Por eso no se va, porque sabe. Y nosotros, que no tenemos ni idea de nada, a tirar de la estupefacci¨®n. Se nos ha acabado el asombro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.