El coraje de ir a la escuela
Los Gobiernos deben considerar la educaci¨®n secundaria de las ni?as una de sus prioridades
Qui¨¦n te inspira? En el curso del a?o pasado tuve el honor de viajar y conocer ni?as excepcionales; j¨®venes mujeres que no dejan que nada se interponga en el camino de su educaci¨®n. Ellas me sirven de inspiraci¨®n.
Entrevista a la autora
Amina es una de esas ni?as. Conoc¨ª a Amina el verano pasado, cuando viaj¨¦ a Nigeria. Su casa, ubicada en el norte de Nigeria, est¨¢ en un lugar donde la educaci¨®n se encuentra bajo el ataque de Boko Haram. A pesar de la omnipresente amenaza de la violencia y del hecho de que las ni?as casi nunca asisten a la escuela secundaria, Amina persisti¨®: luch¨® por su derecho a la educaci¨®n. S¨¦ de primera mano que el simple acto de presentarse en la escuela es peligroso. Se necesita mucho coraje.
No obstante, para Amina, presentarse en la escuela fue apenas el principio. Amina destac¨® y, despu¨¦s de graduarse, recibi¨® una beca del Centro para la Educaci¨®n de las Ni?as, al tiempo que trabajaba como mentora de otras ni?as. Me sent¨ª tan inspirada con todo esto, que el Fondo Malala hoy apoya al Centro para la Educaci¨®n de las Ni?as.
La combinaci¨®n de mi propia experiencia en Pakist¨¢n y el haber conocido a Amina y a ni?as como ella en los campamentos de refugiados de Jordania, me han ense?ado una lecci¨®n importante: si bien la educaci¨®n b¨¢sica inicia el proceso de desbloqueo de nuestros potenciales, es la educaci¨®n secundaria la que proporciona las alas que permiten a las ni?as volar. La educaci¨®n secundaria ayuda a convertir a una joven valiente y brillante, como Amina, en una lideresa fuerte y confiada, capaz de generar cambios en su comunidad y en su pa¨ªs.
Para muchas de mis hermanas, una educaci¨®n integral es un sue?o lejano. Los l¨ªderes tienen un est¨¢ndar para sus propios hijos y otro est¨¢ndar para sus ciudadanos. Como padres y madres, nunca se sentir¨ªan contentos con 5 o 6 a?os de escolarizaci¨®n para sus hijos. Una educaci¨®n de 12 a?os deber¨ªa ser un derecho de todo joven. Es momento de generar un cambio.
Cuando yo ten¨ªa apenas tres a?os, los l¨ªderes mundiales acordaron un hist¨®rico plan de 15 a?os para enfrentar la pobreza, que se denomin¨® Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El ODM ha tenido un impacto positivo en muchas ¨¢reas, tales como la educaci¨®n. No obstante, presa del prejuicio y la falta de imaginaci¨®n y capacidad de liderazgo, los dirigentes consideraron que la educaci¨®n b¨¢sica era suficiente.
Este a?o, los Gobiernos pueden poner las cosas en su sitio, ya que deben decidir en torno a un nuevo conjunto de objetivos de lucha contra la pobreza: los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esta es nuestra oportunidad de hacer las cosas bien, pero debemos tener grandes aspiraciones, ser m¨¢s ambiciosos.
Tenemos ansias de aprender y de dirigir. Lo ¨²nico que necesitamos son l¨ªderes con valent¨ªa, audacia y visi¨®n que nos acompa?en
Los Gobiernos est¨¢n considerando ampliar los objetivos de educaci¨®n mundial m¨¢s all¨¢ de la ense?anza primaria. Esto es muy buena noticia, pero esto s¨®lo ocurrir¨¢ si hacemos de la educaci¨®n de las ni?as una de sus principales prioridades.
Eso es posible. Las naciones ricas y muchos pa¨ªses pobres han logrado ofrecer educaci¨®n secundaria gratuita. Por esa raz¨®n pedimos a los l¨ªderes del mundo que hagan lo correcto al decidir en torno al siguiente conjunto de objetivos mundiales en materia de educaci¨®n. Hoy s¨®lo se habla de elevar el objetivo a nueve a?os de escolaridad en lugar de establecer 12 a?os de educaci¨®n gratuita como la norma para todos los ni?os. Esto es un error.
?C¨®mo pueden los l¨ªderes del mundo decirles a los ni?os que s¨®lo pueden esperar nueve a?os de educaci¨®n, mientras sus propios hijos esperan por lo menos 12 a?os de educaci¨®n en las mejores escuelas? Los est¨¢ndares que fijen para sus propios hijos deben ser los mismos que apliquen para sus ciudadanos y para el resto de los j¨®venes del mundo.
Cuando los l¨ªderes mundiales se re¨²nan en septiembre en la sede de Naciones Unidas en Nueva York deben prometer que para 2030 todos los ni?os podr¨¢n recibir por lo menos 12 a?os de educaci¨®n de calidad de forma gratuita. Tenemos que ayudar a las ni?as, que son las m¨¢s perjudicadas.
Qui¨¦n sabe cu¨¢nta lucidez ha perdido el mundo en virtud de los millones de ni?as que no tuvieron acceso a la educaci¨®n secundaria. Quiz¨¢s hubo una lideresa transformadora en una generaci¨®n, una motivadora escritora, una cient¨ªfica que pudo haber resuelto los problemas m¨¢s acuciantes del mundo. Mi dolor no conoce l¨ªmites cuando pienso en todo el potencial desaprovechado.
¡°Mi alegr¨ªa no conoce l¨ªmites¡±, fue la respuesta de Amina al recibir la noticia de que yo, junto con Kailash Satyarthi, otro promotor de la educaci¨®n, hab¨ªa sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz el a?o pasado. A mi viaje a Oslo para recibir el premio invit¨¦ a Amina y a otras cuatro ni?as que hab¨ªan sido una gran motivaci¨®n para m¨ª. Se trata de ni?as que, a pesar de todos los obst¨¢culos, han dado la cara. Tenemos ansias de aprender y de dirigir. Lo ¨²nico que necesitamos son l¨ªderes con valent¨ªa, audacia y visi¨®n que nos acompa?en.
Para algunos, Amina y yo seremos unas adolescentes ingenuas, pero conocemos de primera mano el poder de la educaci¨®n secundaria, y nadie podr¨¢ disuadirnos. Cuando imaginamos el poder de todas nuestras hermanas marchando juntas, due?as de una educaci¨®n de calidad, nuestra alegr¨ªa no conoce l¨ªmites.
Malala Yousafzai es estudiante, cofundadora del Fondo Malala y premio Nobel de la Paz 2014.
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