13 fotosLa Siberia espa?olaLa zona de Molina de Arag¨®n y el alto Tajo es una de las regiones m¨¢s despobladas y fr¨ªas de la Pen¨ªnsula, con menos de dos habitantes por kil¨®metro cuadradoRut de las Heras Bret¨ªn18 mar 2015 - 12:51CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceCada d¨ªa a las 8.30, Juan, de 11 a?os, va acompa?ado de su madre a la parada del autob¨²s que le llevar¨¢ al colegio en Molina de Arag¨®n, el pueblo m¨¢s poblado de la comarca del Alto Tajo con 3.572 habitantes. Juan es el ¨²nico ni?o de Selas, donde solo viven 11 personas, aunque hay censadas 64. ?l no ha conocido la escuela de su pueblo, ya que cerr¨® en 1974 fruto del ¨¦xodo rural. Juan se lamenta de las dificultades que tiene para ver v¨ªdeos de YouTube, no hay ni?os con quien jugar y la cobertura y el 3G llegan con dificultad.David Ramos (Getty Images)Jos¨¦ Mar¨ªa Alarc¨®n tiene 55 a?os. Habla con su mujer por el m¨®vil en una de las pocas zonas donde encuentra cobertura. Es pastor. Pero hay que olvidar la idea del que pastorea con sus ovejas. El reba?o que lleva solo lo cuidar¨¢ durante 15 d¨ªas, los que su compa?ero ¨Cal que sustituye¨C est¨¦ de vacaciones. Trabaja con ganado que no es suyo, a ¨¦l le contratan los ganaderos para que se ocupe de sus animales. Alarc¨®n ha sido toda la vida pastor. Sus dos hijos no viven en la comarca, han salido a estudiar fuera como la mayor¨ªa de los j¨®venes. El relevo generacional es muy dif¨ªcil.David Ramos (Getty Images)Margarita posa detr¨¢s del mostrador de su bar y colmado. Era la ¨²nica tienda en Anquela de Ducado (78 habitantes), que, adem¨¢s, abastec¨ªa a los pueblos de alrededor. Tiene 64 a?os y est¨¢ a punto de jubilarse. Considera que lleva toda la vida haciendo un servicio p¨²blico, ahora est¨¢ desmantelando su negocio. Lo cierra, despu¨¦s de m¨¢s de 70 a?os, y reparte el mobiliario entre sus vecinos. El Ayuntamiento ha tomado el relevo de Margarita cediendo un local que siga cumpliendo las funciones del bar, que en realidad es un lugar de encuentro entre los pocos habitantes del pueblo.David Ramos (Getty Images)A cualquier urbanita le puede parecer que esta imagen tiene alguna que otra d¨¦cada, pero se captur¨® a finales de febrero. Es un detalle del bar de Margarita, donde el tiempo se qued¨® parado pasadas las 8.20 de cualquier tarde. Es el lugar de encuentro de los vecinos de Anquela de Ducado (Guadalajara) para compartir bebidas y conversaciones, donde el f¨²tbol no faltar¨ªa como da buena cuenta la decoraci¨®n de las paredes. Desde que Margarita decidi¨® cerrar, estos ratos se han trasladado al local que el Ayuntamiento ha cedido para no perder los momentos de reuni¨®n de los vecinos de Anquela.David Ramos (Getty Images)M? ?ngeles Moreno (44 a?os) es de Anquela del Ducado pero vive en Selas con su marido y su hijo, el ¨²nico ni?o del pueblo. Tienen una casa rural que montaron gracias a subvenciones europeas. Estos alojamientos son de los pocos negocios que van bien en la comarca de Molina y el Alto Tajo. Acogen a turistas que llegan all¨ª para escapar de la ciudad o a trabajadores de Iberdrola que se dedican al mantenimiento de los molinos de viento. Ellos viven en la parte baja de la casa y enfrente tienen una era que M? ?ngeles aprovecha para tender la ropa. Su marido, Javier, fue alcalde del pueblo, ahora est¨¢ en paro.David Ramos (Getty Images)En las zonas rurales hay un dicho: "Cuando la escuela y el bar se cierran, el pueblo ha desaparecido". Las vecinas de Anquela del Ducado mantienen vivo el que fue su colegio ¨C"las antiguas escuelas"¨C. Van all¨ª a jugar a las cartas o a "hacer media", pasan las tardes charlando al lado de la estufa. Los hombres van al local que ha cedido el Ayuntamiento y que hace las funciones de bar. Son sus lugares de reuni¨®n, su centro c¨ªvico.David Ramos (Getty Images)Otro pueblo de la comarca de Molina y el Alto Tajo es Rillo de Gallo (78 habitantes), donde Martina Mateo, de 54 a?os, tiene un horno de pan que lleva junto a su hija. Desde aqu¨ª, reparten el pan con su furgoneta a los pueblos de la zona. Muchos de sus clientes son octogenarios, o casi, y si no les llevan las barras les costar¨ªa mucho ir a comprarlas. La Mateo, que es como la conocen, sabe que para que funcione el negocio tienen que moverse, que ir a buscarlo. Ellas tienen, adem¨¢s, una panader¨ªa en el centro de Molina de Arag¨®n, aunque consideran su furgoneta como otro despacho de pan. El reparto de los domingos lo comparten con otra panader¨ªa de Marach¨®n, as¨ª, por lo menos, libran dos domingos al mes. La hija de Martina ha hecho cursos de panader¨ªa en Madrid, se ha formado en nuevos sabores y t¨¦cnicas, pero ve dif¨ªcil ponerlo en pr¨¢ctica en este lugar donde "manda" lo tradicional.David Ramos (Getty Images)Esta vaca que bebe en una ba?era, abrevadero t¨ªpico de las zonas rurales, pertenece a la granja del t¨ªo de Juan, el ¨²nico ni?o de Selas. Siete de los once habitantes del pueblo son de la misma familia. El t¨ªo y la t¨ªa de Juan, adem¨¢s de cuidar de su centenar de vacas, tienen otro trabajo. Ella es bedela en el colegio de Molina de Arag¨®n y ¨¦l trabaja en una cuadrilla forestal.David Ramos (Getty Images)La sala de plenos del Ayuntamiento de Selas es un lugar multiusos. En la imagen, Juan y su t¨ªa lo utilizan como aula en la que el ni?o recibe clases de refuerzo por la tarde. Tambi¨¦n sirve de consultorio m¨¦dico, donde la doctora asiste cada semana. El pueblo tiene centro de salud, pero sin calefacci¨®n, por tanto, es m¨¢s c¨®modo que haga all¨ª sus visitas semanales. Para problemas de cierta gravedad pueden ir a Maranch¨®n que tiene ambulatorio o al hospital de Guadalajara.David Ramos (Getty Images)La comarca de Molina de Arag¨®n, a pesar de ser de las m¨¢s despobladas de Espa?a, est¨¢ a poco m¨¢s de dos horas de Madrid en coche, unos 200 kil¨®metros. Bien comunicada tanto con Guadalajara como internamente, entre cada uno de los pueblos que la conforman, muchos en torno a la carretera nacional 211. No da la impresi¨®n de abandono, aunque las casas est¨¦n vac¨ªas se mantienen cuidadas porque muchas son viviendas de fin de semana o vacaciones. Una de sus caracter¨ªsticas es su baj¨ªsima temperatura, no en vano se la conoce como la nevera de Espa?a, ya que es donde se ha registrado la temperatura m¨¢s baja desde que se tienen datos: 30 grados bajo cero, el 17 de diciembre de 1963. Fue una de las primeras zonas en las que se instal¨® una estaci¨®n meteorol¨®gica, en los a?os cuarenta, ya que hab¨ªa que tener controladas las incidencias climatol¨®gicas por la ruta a¨¦rea entre Madrid y Barcelona.David Ramos (Getty Images)Los montes son una de las fuentes de riqueza de esta comarca. Los trabajos relacionados con el bosque mantienen a muchos de los castellanomanchegos que la pueblan. La tala, las serrer¨ªas, el negocio de la resina y otros relacionados son fundamentales para estos pueblos. Cerca en la memoria de los que all¨ª viven, aunque ya se van a cumplir 10 a?os, est¨¢ el incendio que en la cercana Riba de Sa¨¦lices acab¨® con la vida de 11 personas y con 4.500 hect¨¢reas de bosque el verano de 2005.David Ramos (Getty Images)Juan, su madre y su perra Luperca, a la que llamaron como la loba que amamant¨® a R¨®mulo y Remo, caminan por la vac¨ªas calles de Selas. El n¨²mero de canes es superior al de personas. Juan va camino de sus clases vespertinas con su t¨ªa en el Ayuntamiento. Durante el curso es el ¨²nico ni?o del pueblo. En verano, la poblaci¨®n de estos lugares se multiplica por tres o por cuatro, tambi¨¦n rejuvenece. La estad¨ªstica marca que los habitantes de m¨¢s de 65 a?os son un 41%, mientras que los menores de 14 no llegan al 8%. Uno de los problemas de estas zonas rurales es el envejecimiento de sus habitantes.David Ramos (Getty Images)