Par¨ªs marca el paso
La contaminaci¨®n obliga a prohibir la circulaci¨®n de la mitad de los veh¨ªculos privados
Ha vuelto a ocurrir: la silueta de la Torre Eiffel apenas visible y los Champs-?lys¨¦es sumergidos en una nube de aire denso y sucio. Par¨ªs ha mostrado de nuevo lo vulnerables que son las grandes ciudades ante un efecto indeseado del progreso que no se acaba de controlar: la contaminaci¨®n. La mayor¨ªa de las grandes urbes ha logrado reducir la industrial y la procedente de las calefacciones, pero lo que no han sabido evitar es que sus calles se llenen de peque?as chimeneas ambulantes que, en forma de tubos de escape, dejan escapar ¨®xido nitroso, di¨®xido de carbono y part¨ªculas finas que da?an la salud. El tr¨¢fico es ahora el principal contaminante.
De nuevo la semana pasada hubo una situaci¨®n que aconsej¨® dictar medidas y restringir el tr¨¢fico en Par¨ªs y otras 22 ciudades de su ¨¢rea. Los diez millones de personas que viven en ella estaban expuestas a una concentraci¨®n excesiva de part¨ªculas en suspensi¨®n, lo que llev¨® a la alcaldesa, Anne Hidalgo, a aplicar un plan que inclu¨ªa, a partir de ayer lunes, la prohibici¨®n de circular en d¨ªas alternos a la mitad de los coches privados en funci¨®n de la matr¨ªcula.
No es la primera vez que se impone una medida tan dr¨¢stica. Ahora, la coincidencia con unas elecciones regionales complicadas para el Partido Socialista ha causado un choque entre la alcaldesa, que quiere prolongar las restricciones, y la ministra de Ecolog¨ªa y compa?era de partido de Hidalgo, S¨¦gol¨¨ne Royal, que quiere limitarlas a un d¨ªa. El pulso solo ha conseguido avivar la pol¨¦mica.
El problema es grave. Las autoridades de Reino Unido hab¨ªan decretado unos d¨ªas antes una alerta sanitaria en la zona costera del pa¨ªs a causa de una nube contaminante que llegaba de Francia.
En Espa?a, tanto Madrid como Barcelona superaron en 2014 los l¨ªmites fijados por la UE y no ha pasado nada. A diferencia de Par¨ªs, las autoridades solo han reaccionado ante la amenaza de sanci¨®n y se han limitado a reducir la velocidad y recomendar que las personas m¨¢s vulnerables se queden en casa.
La mala calidad del aire causa en Europa, seg¨²n la UE, casi medio mill¨®n de muertes prematuras al a?o. Sorprende la falta de sensibilidad y de voluntad pol¨ªtica ante un problema tan grave.
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