Datos confidenciales

La venta de datos de los pacientes de la sanidad p¨²blica que acaba de autorizar Catalu?a es una decisi¨®n no exenta de riesgos. El primero y m¨¢s importante, que no queda plenamente garantizada la confidencialidad de un caudal de informaci¨®n especialmente sensible.

Antes de autorizar la cesi¨®n de los perfiles biom¨¦dicos, la Generalitat asegura que ser¨¢n sometidos a un proceso de ¡°anonimizaci¨®n¡± para evitar que los pacientes sean identificados con nombre y apellidos. Para reforzar el secreto tambi¨¦n quedar¨¢n ocultos otros rasgos relevantes asociados a su persona. El proyecto elaborado por el Ejecutivo de Artur Mas implica que los historiales cl¨ªnicos se pondr¨¢n a disposici¨®n de centros de investigaci¨®n y universidades para trazar mapas de determinadas patolog¨ªas o abordar tratamientos, pero abre grietas en el derecho a la intimidad.

La gesti¨®n de despersonalizaci¨®n de los expedientes se encomienda un organismo p¨²blico, la Agencia de Calidad y Evaluaci¨®n Sanitarias de Catalu?a, aunque existen dudas de que esta limpieza sea una garant¨ªa de protecci¨®n suficiente. Los avances tecnol¨®gicos permiten hoy en d¨ªa utilizar mecanismos inform¨¢ticos para revertir el borrado de identidades y recuperar los archivos personales de los pacientes.

Cabe tambi¨¦n el temor de que esta gigantesca base de datos almacenada en hospitales y centros sanitarios no se utilice para los fines inicialmente previstos ¡ªasistenciales, cient¨ªficos, docentes, estad¨ªsticos, epidemiol¨®gicos¡ª sino que se comercialice con ellos y acaben sirviendo a intereses particulares.

Si se abre la puerta a que puedan ser cedidos a terceros ¡ªun aspecto que podr¨ªa vulnerar la normativa comunitaria¡ª no es una quimera pensar que alguien termine haciendo negocio con los perfiles cl¨ªnicos de los pacientes. Es significativo que un alto porcentaje de los robos electr¨®nicos de datos est¨¦n relacionados precisamente con el big data sanitario.

Sobre las autoridades que velan por el derecho a la privacidad, y en especial sobre la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n de Datos, recae la responsabilidad de preservar la confidencialidad de todo tipo de referencias personales delicadas, y los historiales m¨¦dicos de los ciudadanos lo son. Un mundo informatizado y globalizado exige una mayor la protecci¨®n de los derechos y de las libertades individuales.