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Los rostros de un conflicto mortal

La instalaci��n de una hidroel��ctrica en una zona pobre y rural de Guatemala enfrenta (a muerte) a los campesinos con los promotores del proyecto

Sa��l Ruiz Mata

Sa��l Ruiz Mata

Guatemala - 16 abr 2015 - 18:29CEST

"Desde que la empresa hidroel��ctrica Santa Rita lleg��, las familias se comenzaron a dividir", comenta el l��der comunitario David Chen sobre la situaci��n que se vive en el pueblo Monte Olivo, el principal n��cleo de resistencia contra la construcci��n — "Desde que la empresa hidroel��ctrica Santa Rita lleg��, las familias se comenzaron a dividir", comenta el l��der comunitario David Chen sobre la situaci��n que se vive en el pueblo Monte Olivo, el principal n��cleo de resistencia contra la construcci��nSa��l Ruiz

Los pobladores de Monte Olivo reclaman la muerte de cuatro personas a manos de personal de la hidroel��ctrica Santa Rita. En la imagen se muestra el letrero que recibe a los visitantes que llegan a Monte Olivo en contra de la presencia del proyecto de la hidroel��ctrica Santa Rita. — Los pobladores de Monte Olivo reclaman la muerte de cuatro personas a manos de personal de la hidroel��ctrica Santa Rita. En la imagen se muestra el letrero que recibe a los visitantes que llegan a Monte Olivo en contra de la presencia del proyecto de la hidroel��ctrica Santa Rita.Sa��l Ruiz

Do?a Rosa fue detenida durante una de las intervenciones de la Polic��a Nacional Civil en el poblado de Monte Olivo. "Yo ya estoy mayor, ya voy a dejar a mis hijos y por ellos defendiendo el agua". — Do?a Rosa fue detenida durante una de las intervenciones de la Polic��a Nacional Civil en el poblado de Monte Olivo. "Yo ya estoy mayor, ya voy a dejar a mis hijos y por ellos defendiendo el agua".Sa��l Ruiz

A partir del proyecto de la hidroel��ctrica, los habitantes de Monte Olivo instalaron un ret��n con el que se controla el acceso a la finca Santa Rita y a todos los pueblos de paso. El acceso est�� restringido a partir de las seis de la tarde. — A partir del proyecto de la hidroel��ctrica, los habitantes de Monte Olivo instalaron un ret��n con el que se controla el acceso a la finca Santa Rita y a todos los pueblos de paso. El acceso est�� restringido a partir de las seis de la tarde.Sa��l Ruiz

Jos�� Antonio Pacay (i) y Jos�� Guitz (d) observan la tumba de sus hijos David Eduardo Pacay e Isaac Guitz, muertos a manos de uno de los trabajadores de la hidroel��ctrica Santa Rita en un suceso extra?o: el hombre, al verse acorralado por los habitantes de Monte Olivo, dispar�� y la bala que no ten��a destinatario acab�� perforando a los ni?os. El asesino fue linchado hasta la muerte. — Jos�� Antonio Pacay (i) y Jos�� Guitz (d) observan la tumba de sus hijos David Eduardo Pacay e Isaac Guitz, muertos a manos de uno de los trabajadores de la hidroel��ctrica Santa Rita en un suceso extra?o: el hombre, al verse acorralado por los habitantes de Monte Olivo, dispar�� y la bala que no ten��a destinatario acab�� perforando a los ni?os. El asesino fue linchado hasta la muerte.Sa��l Ruiz

La familia de Jos�� Antonio Pacay Guitz cena a la luz de un fog��n en su casa de Monte Olivo. Las comunidades que colindan con la construcci��n no cuentan con electricidad ni hay proyectos concretos para que llegue en breve. — La familia de Jos�� Antonio Pacay Guitz cena a la luz de un fog��n en su casa de Monte Olivo. Las comunidades que colindan con la construcci��n no cuentan con electricidad ni hay proyectos concretos para que llegue en breve.Sa��l Ruiz

Los habitantes de Monte Olivo usan el agua del R��o Dolores para cubrir sus necesidades b��sicas como beber, ducharse o lavar la ropa. "No quiero que lo contaminen", dice Do?a Rosa, detenida por su oposici��n al proyecto — Los habitantes de Monte Olivo usan el agua del R��o Dolores para cubrir sus necesidades b��sicas como beber, ducharse o lavar la ropa. "No quiero que lo contaminen", dice Do?a Rosa, detenida por su oposici��n al proyectoSa��l Ruiz

Leonel Ponce, nieto del presidente guatemalteco Federico Ponce, muestra las escrituras que establecen que la finca Santa Rita es de su familia desde principios del siglo XX. El hombre, enfermo de Parkinson, ha delegado en su hijo Sandino la protecci��n de la finca — Leonel Ponce, nieto del presidente guatemalteco Federico Ponce, muestra las escrituras que establecen que la finca Santa Rita es de su familia desde principios del siglo XX. El hombre, enfermo de Parkinson, ha delegado en su hijo Sandino la protecci��n de la fincaSa��l Ruiz

Detalle de las escrituras mostradas por Leonel Ponce para acreditar como su propiedad a la finca Santa Rita. — Detalle de las escrituras mostradas por Leonel Ponce para acreditar como su propiedad a la finca Santa Rita.Sa��l Ruiz

"Las comunidades no usan el R��o Dolores porque saben que est�� contaminado", afirma Jorge Manrique, gerente de la hidroel��ctrica Santa Rita. — "Las comunidades no usan el R��o Dolores porque saben que est�� contaminado", afirma Jorge Manrique, gerente de la hidroel��ctrica Santa Rita.Sa��l Ruiz

Parte de los ofrecimientos de la hidroel��ctrica Santa Rita a la comunidad de Monte Olivo es dotar de p��neles solares a la telesecundaria ya que actualmente no cuenta con electricidad. — Parte de los ofrecimientos de la hidroel��ctrica Santa Rita a la comunidad de Monte Olivo es dotar de p��neles solares a la telesecundaria ya que actualmente no cuenta con electricidad.Sa��l Ruiz

Victoriano Saczab, un agricultor dedicado al cultivo de cardamomo, est�� de acuerdo con la instalaci��n de la hidroel��ctrica Santa Rita. Los vecinos creen que recib��a dinero de la empresa como compensaci��n y por eso se construy�� una bonita casa en medio de humildes construcciones de madera. La sospecha se convirti�� en una verdad absoluta para el resto del pueblo y acabaron expuls��ndolo de la comunidad. — Victoriano Saczab, un agricultor dedicado al cultivo de cardamomo, est�� de acuerdo con la instalaci��n de la hidroel��ctrica Santa Rita. Los vecinos creen que recib��a dinero de la empresa como compensaci��n y por eso se construy�� una bonita casa en medio de humildes construcciones de madera. La sospecha se convirti�� en una verdad absoluta para el resto del pueblo y acabaron expuls��ndolo de la comunidad.Sa��l Ruiz

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