La tormenta perfecta de Dilma
Aunque fue apenas hace cinco a?os, la muy adversa realidad que hoy afronta Dilma Rousseff hace ver mucho m¨¢s lejanos los alegres tiempos del final del mandato de su mentor, Lula da Silva. Entonces todo era felicidad en Brasil: la econom¨ªa crec¨ªa al 7,5 % anual. El dato de los 30 millones de personas que hab¨ªan abandonado la pobreza era la punta de lanza de la exposici¨®n medi¨¢tica mundial de unas pol¨ªticas que sembraron esperanza dentro y fuera del gigante suramericano, que comenzaba a ser visto como una potencia en ciernes, uno de los alumnos m¨¢s aventajados de los BRICS.
Pero sobrevino un punto de giro del cual fueron responsables tanto la econom¨ªa mundial como los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, desde el mensal?o hasta los malos manejos en Petrobras. De lo anterior dan fe las cifras actuales de la econom¨ªa brasile?a: una inflaci¨®n que ya alcanza un preocupante 7,7 %; un desempleo cercano al 6 %; un crecimiento de apenas el 0,1% en 2014. Esto necesariamente ten¨ªa que repercutir en la opini¨®n. Encuestas recientes se?alan que el 62 % de los brasile?os consideran mala o p¨¦sima la gesti¨®n de Dilma.
Y si faltan argumentos para hablar de una tormenta perfecta, habr¨ªa que a?adir que solo tres millones de votos fue el margen que le dio la victoria en las pasadas elecciones. Para el domingo [hoy], han sido convocadas marchas en las que miles de brasile?os le notificar¨¢n a su presidenta que la esperanza que les vendi¨® en campa?a se ha evaporado. La m¨¢s dura prueba para una gobernante a la que le lleg¨® la hora de demostrar que lo que le falta de carisma le sobra de astucia.
Bogot¨¢, 9 de abril
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