?Esto no es Parque Jur¨¢sico?
Los dragones de Komodo (Varanus komodoensis) despiertan mi lado m¨¢s l¨²brico: siempre me los imagino al lado de Raquel Welch, como los reptiles antediluvianos que sal¨ªan en la pel¨ªcula Hace un mill¨®n de a?os. En cuesti¨®n de fetiches, cada uno tiene sus gustos.
La actriz Raquel Welch, en un fotograma de la pel¨ªcula Hace un mill¨®n de a?os.
Confinados en cuatro peque?as islas al este de Java (Indonesia), all¨ª donde la l¨ªnea de Wallace (una profunda fosa marina) marca los destinos divergentes de la fauna asi¨¢tica y la australomelan¨¦sica, no fueron descubiertos hasta 1911, cuando la administraci¨®n colonial holandesa envi¨® una expedici¨®n para comprobar veracidad de los rumores sobre feroces lagartos gigantes que llegaban desde la isla prisi¨®n de Komodo y su relaci¨®n con la misteriosa desaparici¨®n de algunos convictos.
Tienen unas mand¨ªbulas poderosas y armadas con dientes serrados, como los tiburones. Son temibles depredadores, adem¨¢s de carro?eros, y no hacen distinciones entre una persona y un cerdo salvaje. Acechan y cazan en grupo. Con sus lenguas b¨ªfidas, rastrean a su presa, a la que derriban y evisceran en un pisp¨¢s. Comen r¨¢pido, no dejan nada en el plato y tienen pocos miramientos en la mesa: arrancan enormes trozos de carne que engullen enteros mientras sujetan el cad¨¢ver con las patas anteriores; hacen volar los intestinos por los aires antes de masticarlos, ?am, ?am.
Tierra de Dragones
A Rudolf von Reding Biberegg, un octogenario arist¨®crata suizo, se lo zamparon el 18 de julio de 1974 durante un viaje ¡°de aventura¡±; solo se encontr¨® su c¨¢mara con la correa rasgada. En 2007, un ni?o indonesio de nueve a?os fue mortalmente atacado cuando hac¨ªa pis junto a unos arbustos. En 2009, Muhamad Anwar, de 31 a?os, muri¨® desangrado por los mordiscos de dos dragones mientras recog¨ªa chirimoyas. Los varanos le estaban esperando al pie del ¨¢rbol.
El periodista Phil Bronstein, ex marido de la actriz Sharon Stone, casi pierde el dedo gordo de un pie durante una visita privada al zoo de Los ?ngeles en la que fue invitado a entrar en la jaula de los lagartos por su cuidador. La actriz, horrorizada, lo vio todo desde fuera. A Bronstein, los m¨¦dicos le tuvieron que coser varios tendones despu¨¦s de atiborrarlo de antibi¨®ticos. Porque aunque no te coma, si te muerde un drag¨®n de Komodo vas listo. En la saliva rojiza de estos reptiles se han encontrado m¨¢s de 40 tipos diferentes de bacterias que prometen una muerte lenta por septicemia. Una nueva teor¨ªa sostiene que tambi¨¦n tienen gl¨¢ndulas venenosas, como el monstruo de gila (Heloderma suspectum), un lagarto venenoso de las zonas ¨¢ridas de Estados Unidos y M¨¦xico.
FICHA
Drag¨®n de Komodo (Varanus komodoensis).
Descripci¨®n
Son una especie de varano, la m¨¢s grande del mundo: pueden medir m¨¢s de tres metros y pesar hasta ciento cincuenta kilos. En cada banquete pueden ingerir hasta un 80 por ciento de su peso. Tras una lenta digesti¨®n, regurgitan una bola maloliente de pelos, cuernos, dientes o zapatos.
Casos mortales: al menos tres ataques mortales documentados a lo largo del siglo XX.
Nota: el texto de este post es de uno de los cap¨ªtulos de 1000 Maneras est¨²pidas de morir por culpa de un animal, publicado por Planeta.
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