29 fotos30 libros de lo que va de a?o en BabeliaLos libros de la semana de 2015, los mayores fen¨®menos y los libros m¨¢s destacados por nuestros cr¨ªticosBabelia04 jun 2015 - 17:57CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace"He le¨ªdo cuatro libros de Val¨¦rie Mr¨¦jen traducidos al espa?ol: El abuelo, El agrio, Eau savage y Selva Negra. Todos se caracterizan por explotar una veta autobiogr¨¢fica centrada en los afectos, la vida familiar, y por poner el foco sobre un personaje que se construye sintetizando sarcasmo y melancol¨ªa. En El agrio, el despojamiento de la prosa genera un dramatismo rid¨ªculo y, m¨¢s all¨¢ de la antipat¨ªa que nos despierten el amante y su acritud, las lectoras nos interrogamos sobre nuestra vanidad y neurosis, sobre la fascinaci¨®n femenina por los hombres desapegados. En Eau savage, la hiperprotecci¨®n de un padre da lugar a un di¨¢logo truncado: a un mon¨®logo disperso, c¨®mico, tierno y opresivo, reconocible por casi todas las hijas del mundo. Con la iluminaci¨®n del abuelo, el novio, el padre y ahora la madre, la escritora conforma un collage que la retrata. Entiendo como un todo los textos de Mr¨¦jen y entiendo tambi¨¦n que, en el collage, el corte y la fractura son significativos. Con cada tentativa literaria, la escritora coloca espejos contra su propio cuerpo, pero en vez de llevar a cabo esta labor como la fot¨®grafa Cindy Sherman, que con sus selfies disfrazados probablemente no habla tanto de s¨ª misma como de las lacras que agobian a muchas mujeres, Mr¨¦jen practica el elegante ejercicio diferido de autorretratarse acumulando retazos de otros. Sherman opera desde dentro hacia fuera, y Mr¨¦jen lo hace al rev¨¦s: la idea de ser en lo ajeno se combina con el valor de la intimidad, de modo que se amalgaman lo externo y lo interno, periferia y n¨²cleo. Hasta Selva Negra, el tono de la instalaci¨®n autobiogr¨¢fica, que Mr¨¦jen lleva d¨¦cadas elaborando con t¨¦cnicas diferentes y diferentes lenguajes art¨ªsticos ¡ªv¨ªdeo, fotograf¨ªa, literatura¡ª, siempre ten¨ªa algo de aleve. Como aviones ultraligeros. Incluso podr¨ªamos calificar sus textos de divertidos. Sin embargo, Selva Negra no busca nuestra sonrisa". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de MARTA SANZPERIF?RICA"Todo le interesa, todo le merece un comentario al observador se?or Zeta que por las tardes en un parque conversa con los transe¨²ntes: la fama, el arte, la astrof¨ªsica, las sagradas escrituras, las m¨¢quinas de afeitar, las ¡°boutades¡± de los poetas, la educaci¨®n o el misterio de la creaci¨®n de dinero. Habla con estilo y gracia, haciendo alarde de una vasta cultura cosmopolita que, envuelta en un lenguaje algo anticuado, condensa en desafiantes aforismos: ¡°Contrad¨ªganme, pero sobre todo contrad¨ªganse ustedes mismos. Uno s¨®lo debe mantenerse fiel a aquello que no dice.¡± Pronto se ver¨¢ que con semejantes llamadas a la independencia el se?or Zeta simplemente ha definido su propio personaje que se apoya en la paradoja y la contradicci¨®n. Y por tanto no sorprende que este hombre mayor de traje impecable proclame las bondades de la ambig¨¹edad y las estrategias de disimulo, renegando de la actuaci¨®n consecuente. De hecho, va desarrollando en su banco del parque una muy seductora filosof¨ªa del escaqueo: ¡°La evitaci¨®n,¡± dijo Z., ¡°es un arte elevado que raramente se ense?a y a¨²n m¨¢s raramente se domina. La mayor¨ªa de las personas se ven superadas sin remedio por la magnitud de lo superfluo.¡± (La traducci¨®n, por lo dem¨¢s muy solvente de Francesc Rovira, pone ¡°renuncia¡± en vez de ¡°evitaci¨®n¡±, d¨¢ndole as¨ª un matiz m¨¢s inocente)". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de CECILIA DREYM?LLERANAGRAMA"En una de las cartas que escribi¨® en noviembre de 1887, cuando estaba instalado en Niza, Friedrich ?Nietzsche confiesa que est¨¢ cerrando una ¨¦poca. Lleva 10 a?os enfermo, tuvo que dejar su c¨¢tedra en Basilea en 1879, quiere darle carpetazo a todo lo que ha sido hasta entonces. Unos meses m¨¢s tarde llega a Tur¨ªn, tras un viaje accidentado en el que se confunde de tren. La ciudad lo seduce desde el principio: ¡°?Y d¨®nde habr¨¢ un adoquinado semejante! ?Un para¨ªso para los pies, incluso para los ojos!¡¡±, cuenta entusiasmado. En octubre, cuando le toca cumplir 44 a?os, decide sumergirse en su autobiograf¨ªa, Ecce homo, que escribe en pocas semanas. A comienzos de enero del a?o siguiente se abalanz¨® al cuello de un caballo al que estaba maltratando su cochero para abrazarlo. Fue el inicio de su locura, el fin". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de JOS? ANDR?S ROJOERRATA NATURAE"Cuando los hechos cambian se inicia con la cr¨ªtica que Tony Judt public¨® en el New York Review of Books en mayo de 1995 de la Historia del siglo XX, de Eric Hobsbawm. Es una buena introducci¨®n porque pone sobre la mesa cuestiones que importan para entender al autor de Postguerra. Una de ellas es su inter¨¦s por lo que pas¨® durante el siglo XX en la Europa del Este. A los habitantes de esa zona les toc¨® sufrir dos calamidades, la que desencadenaron los nazis y la que montaron los comunistas. La astucia de Stalin consisti¨® en recuperar en los a?os treinta el buen nombre de su causa cuando apoy¨® a la Rep¨²blica espa?ola frente al golpe de los militares rebeldes y sus amigos falangistas. Para Hobsbawm, cuenta Judt, aqu¨¦lla fue ¡°la ¨²nica causa pol¨ªtica que, incluso en retrospectiva, se nos aparece tan pura y atrayente como lo fue en 1936¡±. Y, sin embargo, es justo esa fascinaci¨®n la que le impide a Hobsbawm no s¨®lo analizar ¡°el uso que hizo Stalin del conflicto espa?ol¡±, sino ni siquiera abordar c¨®mo aquella unidad antifascista ¡°contribuy¨® a forjar una nueva imagen del comunismo internacional despu¨¦s de los desastres militares, econ¨®micos y estrat¨¦gicos de sus dos primeras d¨¦cadas¡±. Y afirma: ¡°Si queremos comprender el siglo XX, esa radical remodelaci¨®n del comunismo (que se repiti¨® en una clave menor despu¨¦s de 1943) necesita ser valorada¡±. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de JOS? ANDR?S ROJOTAURUS"Al principio parecen las trompetas de Jeric¨®. Pero al final solo son violines desafinados tocando de o¨ªdo. Bronca medi¨¢tica, libro, entrevista, tocata y fuga: un buen souffl¨¦. Para algunos, en su punto. Para otros, siempre demasiado amargo. Banal, pol¨¦mico, fatuo, l¨²cido o valiente. Pero todos hablan y muchos de ellos compran. Y es que dentro del souffl¨¦ hay un libro, y dentro del libro, un autor con m¨¢s hechuras de escritor de las que parece. Houellebecq es como escribe. Lo tomas o lo dejas. Sin su talento, olfato y esa artesanal y personal¨ªsima manera de urdir su mecano intelectual de tesis, ficci¨®n, autobiograf¨ªa, burla, sexo robotizado, suicidio houdinesco y nihilismo hedonista, Houllebecq no nos hubiera aguantado ni un combate. Pero ah¨ª sigue. Marcando el paso. Generando debate porque, en su manera de exponer lo feo y no ceder a la tentaci¨®n literaria de crear belleza de lo vertedero, nos enfrenta a algo m¨¢s doloroso que la imagen en el espejo. Levanta el velo a todas esas verdades que damos como correctas y ciertas y que son solo construcciones voluntariosas, intelectuales, quim¨¦ricas que no nos hemos tomado la molestia de analizar o ver la profundidad de sus fundamentos. Castillos de naipes que en cuanto llega el lobo ¡ªviolencia¡ª o un simple perro malcarado ¡ªcrisis¡ª se nos derrumban al primer soplido. Europa ha hecho de la mala conciencia su ¨²nica ¨¦tica. Y, al igual que sus ciudadanos, es profundamente conservadora. Queremos una cosa durante todo el d¨ªa, pero por la noche, al irnos a dormir, rogamos que los otros limpien las calles de mendigos, no les dejen saltar nuestras verjas y Estados Unidos siga creyendo que Dios est¨¢ de su lado. Eso es lo que nos escupe Houellebecq, un moralista que espera algo de un queso o un polvo, pero nada del ser humano". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de CARLOS ZAN?NANAGRAMA"Como extensi¨®n del segundo mandamiento ¡ª¡°No te har¨¢s imagen ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra¡±¡ª los jud¨ªos no se autorizan a creer en los actos de magia. El Talmud afirma que el Mago es Uno y s¨®lo ?l puede realizar milagros de prestidigitaci¨®n, el no menor de los cuales fue la creaci¨®n del mundo. Tal interdicci¨®n presenta un grave problema para el escritor jud¨ªo. ?C¨®mo inventar historias y personajes sin contravenir la terrible orden autoral? ?C¨®mo responder a la advertencia talm¨²dica que afirma que, despu¨¦s de la muerte, quien se haya atrevido a construir una semejanza de algo de carne y hueso tendr¨¢ que darle vida y, al hacerlo, ser¨¢ castigado por terribles demonios. ¡°Todo lo que no es ley es frivolidad¡±, reconoce uno de los personajes de Cynthia Ozick (Nueva York, 1928), atrapado entre la implacable prohibici¨®n de crear y el irresistible impulso de hacerlo". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de ALBERTO MANGUELMARDULCE"En Nueva Zelanda en 1954 dos amigas asesinaron a la madre de una de ellas revent¨¢ndole la cabeza con un ladrillo; la escritora Anne Perry fue una de las protagonistas del suceso. El caso Parker-Hulme se ramifica en pel¨ªculas como Criaturas celestiales (1994) de Peter Jackson; ensayos como Escritores delincuentes (2011) de Jos¨¦ Ovejero; y novelas como Lo que dijo Harriet, donde la historia no se narra de un modo mim¨¦tico con la cr¨®nica criminal, sino que se combina con la experiencia de Bainbridge que ¡°fue expulsada de la escuela tras haber sido sorprendida leyendo unos poemillas sucios (¡) por corromper la moral del resto de las alumnas¡±. Como la narradora de Lo que dijo Harriet. Como Miles en Otra vuelta de tuerca. Leo la novela de Bainbridge como un reflejo deformado de su vida, del caso Parker-Hulme y de los fantasmas de James". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de MARTA SANZIMPEDIMENTA"Con Cicatriz, Sara Mesa (Madrid, 1976) afianza y, si cabe, aumenta el reconocimiento obtenido con su anterior novela, Cuatro por cuatro (finalista del Premio Herralde 2012). Si en ¨¦sta el Wybrany College (un internado mixto que aplica la segregaci¨®n) era el escenario que serv¨ªa a la autora para forjar una l¨²cida indagaci¨®n sobre la condici¨®n humana a partir de las normas de conducta que rigen las relaciones entre adultos y adolescentes, y tambi¨¦n entre los poderosos y los sometidos, en Cicatriz, Sara Mesa reduce dr¨¢sticamente el mundo narrativo y ancla su perturbadora historia en dos personajes tan impares como complementarios". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de ANA RODR?GUEZ FISCHERANAGRAMA"Manuel Vicent y yo nos hicimos amigos sobre un mantel de sobremesa, apartadas las migas del pan. Es f¨¢cil ser seducido por la conversaci¨®n de Vicent. M¨¢s f¨¢cil a¨²n si un d¨ªa, antes de empezar la carrera de Periodismo, recortaste el art¨ªculo en el que ofrec¨ªa su mirada sobre la vuelta del Guernica a Espa?a. Manuel Vicent le explicaba a los lectores, en su columna de EL PA?S, que el cuadro aut¨¦ntico, el Guernica de verdad, era ese que muchas familias ten¨ªan colgado en la pared de su casa. Merec¨ªa la pena seguir la pista de alguien que conoc¨ªa los misterios de su tiempo". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de DAVID TRUEBAALFAGUARA"De tantas malformaciones como ha concebido el periodismo en su historia es posible que alguna encaje en la trama que Umberto Eco ha urdido en N¨²mero Cero. Dado el car¨¢cter instrumental que con frecuencia han tenido los peri¨®dicos para toda suerte de causas, incluso nobles, alguien debe de haber tenido alguna vez la idea de crear un peri¨®dico no para ser le¨ªdo por el p¨²blico, sino para extorsionar a los poderes establecidos con el prop¨®sito de buscarse un hueco entre ellos. Bastan unos pocos periodistas debidamente dirigidos y apenas unas decenas de ejemplares para intimidar a los destinatarios seleccionados. Todo muy barato e higi¨¦nico, sin el coste de su publicaci¨®n, que siempre deja un reguero de sangre. Chantaje low cost". PINCHA BAJO ESTA L?NEAS para leer la rese?a completa de JES?S CEBERIO.LUMEN"Ana, la madre de los ?ngel, muere y sus hijos Pilar, Eva y Antonio revisan el tiempo pasado y lo por venir desde su relaci¨®n con el legado familiar: la finca La Oculta. Aconseja Anita: "No hay que decir siempre la verdad pura y cruda (¡), debemos mantener la compostura, la elegancia en el desacuerdo". H¨¦ctor Abad Faciolince (Medell¨ªn, Colombia, 1958) maneja la materia autobiogr¨¢fica en ese sentido laxo, pero lleno de verdad, que ya convirti¨® El olvido que seremos en un texto sobresaliente. En La Oculta es posible que la referencia autobiogr¨¢fica sea menos mim¨¦tica y, sin embargo, se manipula de modo que descubre las contradicciones de los protagonistas y quiz¨¢ del propio escritor. De los lectores". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de MARTA SANZ.ALFAGUARA"Han pasado casi diez a?os desde su anterior libro de cuentos, Parientes pobres del diablo (2006), pero los lectores de Cristina Fern¨¢ndez Cubas (Arenys de Mar, 1945) enseguida comprobar¨¢n que la autora sigue fiel a su mundo narrativo. Adem¨¢s de por el t¨ªtulo (c¨®mo no acordarse de su debut en 1980 con Mi hermana Elba), en La habitaci¨®n de Nona uno encuentra un aire de familia: narradoras femeninas, muchas veces en el final de la infancia o en el inicio de un despertar al mundo, un mundo cercano y de ¡°c¨¢mara¡± (es decir, de habitaciones y de pocos personajes familiares) y un estilo tan luminoso que destaca, por contraste, el motor de la escritura de Fern¨¢ndez Cubas, su aproximaci¨®n a lo siniestro. En sus relatos, y singularmente en este libro (una perfecta introducci¨®n a su obra), acompa?amos a los personajes en una labor casi detectivesca. Quieren orientarse en circunstancias que, a pesar de su sencillez, casi de su banalidad cotidiana, los desbordan". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de CARLOS PARDOTUSQUETS"Cuando Virginia Woolf paseaba por la calle con aire distra¨ªdo, la gente dec¨ªa: ¡°M¨ªrala¡±. Leonard Woolf da cuenta de la doble faz de una persona a la vez rid¨ªcula y bella. Absolutamente fascinante. Quiz¨¢ el prop¨®sito de Irene Chikiar Bauer al escribir esta biograf¨ªa monumental sobre una de las m¨¢s grandes escritoras del siglo XX consista en entender, a trav¨¦s del an¨¢lisis del ingente acervo de documentos de Virginia Woolf y de parte de los integrantes del grupo de Bloomsbury, la complejidad de una mujer peculiar por s¨ª misma que es simult¨¢neamente un fruto reconocible de su ¨¦poca. El resultado es el mismo que se produce cuando en una novela se acumu?lan los detalles para construir un personaje: la asequibilidad de lo esquem¨¢tico cede ante la bruma; el car¨¢cter revelador y subjetivo del impresionismo ¡ªel ojo que selecciona seg¨²n comprende o comprende a medida que selecciona¡ª deja paso a la minuciosidad de ese hiperrealismo que, en su recreaci¨®n de cada arista, pelo, sombra, produce opacidad y se acerca a la abstracci¨®n. Chikiar Bauer consigue sustraer a la gran figura de Bloomsbury ¡ªcon perd¨®n de Keynes¡ª de la espectacularizaci¨®n del icono que ha llegado a hacer de su imagen una mariquitina o un punto de lectura. Al acabar este libro no sabemos si conocemos m¨¢s o menos a Virginia Woolf y nos formulamos las preguntas de a qui¨¦n va dirigida esta biograf¨ªa y, sobre todo, de c¨®mo la debemos leer: con el impulso fascinante de la novela r¨ªo, con demorada lente acad¨¦mica o picoteando a la b¨²squeda de informaciones espec¨ªficas de cualquier ¨ªndole ¡ªpuro cotilleo, apunte filol¨®gico, dato hist¨®rico¡ª". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de MARTA SANZ.TAURUS"La autoayuda ¡ªcuyas ra¨ªces literarias y funci¨®n social estudi¨® hace pocos a?os David Vi?as Piquer en Er¨®tica de la autoayuda¡ª se ha apoderado de muchas zonas de la ficci¨®n. Adem¨¢s de la cr¨®nica, la f¨¢bula, la estampa y la par¨¢bola de autoayuda, hoy existe, a veces enmascarada, la novela de autoayuda en varias vertientes: sentimental, laboral, de entrada en la adolescencia, de duelo, de mujeres o de hombres de cuarenta a?os, de viaje al Oriente o a Machu Picchu, de la guerra de los sexos, de madres e hijas y de padres e hijos. La hay melanc¨®lica, chispeante, espiritual, festiva o educativa. Sus autores y autoras se prodigan en la televisi¨®n y la radio y felices hablan de s¨ª mismos, como extensiones de aquello volcado en el papel o colgado en la Red. Y, por supuesto, entre ¨¦stas se encuentra, en un lugar principal, la novela de enfermedad. A finales del siglo XIX y durante el XX se agregaron, a la ilustre y milenaria serie de la locura, la anorexia m¨ªstica, la par¨¢lisis hist¨¦rica, la jaqueca severa, la prosaica dolencia intestinal de Iv¨¢n Illich o la interesante tisis de tantos maestros, dos modalidades: la del sida, que fue enteramente nueva, y la del c¨¢ncer, cuya representaci¨®n se transform¨®". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de NORA CATELLILos Libros del Lince"Cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao empez¨® a escribir en este peri¨®dico con regularidad, en torno a 2001, hab¨ªa comenzado ya a publicar algunos libros, y cuando dej¨® de escribir en ¨¦l, hace ahora algo m¨¢s de dos a?os, sigui¨® public¨¢ndolos con la misma cadencia pac¨ªfica pero ind¨®cil. Su valiosa obra quiz¨¢ ha quedado eclipsada o desatendida por el periodismo y el an¨¢lisis pol¨ªtico, y sin embargo encarna una de las trayectorias m¨¢s beligerantes y jugosas: no ha callado su inquietud ante la fabulaci¨®n interesada sobre el retorno al pasado, dispuesto a desmentirla sin apa?os, como hizo al menos en Contra la historia (de 2000, revisado en 2009), pero ha sido tambi¨¦n narrador genuino a partir de su biograf¨ªa como diplom¨¢tico en diversos destinos, entre ellos Angola, la Unesco o, como ahora, Par¨ªs, por ejemplo en El pasajero de Montauban. Ha sido sobre todo original int¨¦rprete de algunos de los avatares contempor¨¢neos de un humanismo a menudo de estirpe erasmian y heredero del mejor legado de la raz¨®n ilustrada, desde La paz sin excusa y Weimar entre nosotros, ambos en 2004, hasta La estrategia del malestar (2014). De ah¨ª que algunos de sus mejores libros no tengan atadura a raz¨®n pol¨ªtica alguna, como su Elogio de la imperfecci¨®n (2006) ¡ªque era una reflexi¨®n sobre las po¨¦ticas de la modernidad antes de la modernidad¡ª o incluso los retratos poderosos de Radicales libres (2011) o el que dirimi¨® el diferente papel que Ortega y Aza?a escogieron para discutir la estructura del Estado a partir del Estatuto catal¨¢n en 1932, Dos visiones de Espa?a. Quiz¨¢ su inequ¨ªvoca y justificada proximidad a Manuel Aza?a explica adicionalmente la tirria justificad¨ªsima por el Ortega de Espa?a invertebrada, tal como la ha expuesto en varios lugares y en alg¨²n art¨ªculo en este peri¨®dico definitivamente contundente. Para quien haya seguido sus libros, por tanto, este ¨²ltimo contiene un giro filos¨®fico que escapa a la ruta hist¨®rica y hasta geogr¨¢fica y viajera que hab¨ªa escogido en los anteriores". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de JORDI GRACIAGalaxia Gutenberg"Hay acontecimientos que salen de f¨¢brica etiquetados con la marca de la historia. Los buscamos los periodistas, a ser posible para narrarlos en primera persona como testigos directos, y los buscan con af¨¢n similar los editores de libros, para encargar o comprar los derechos de quienes los van a interpretar, desmenuzar y analizar en sus causas y consecuencias. Uno de los m¨¢s recientes e inexplicados, probablemente tambi¨¦n dif¨ªciles de interpretar, es el de la aparici¨®n del Estado Isl¨¢mico de Irak y Siria, violentamente instalado en un amplio territorio entre ambos pa¨ªses ¨¢rabes, donde sus adeptos quieren construir una sociedad regida por la shar¨ªa o ley isl¨¢mica m¨¢s estricta, siguiendo el modelo salafista, es decir, el de los piadosos compa?eros del profeta Mahoma. Conocido tambi¨¦n como Daesh por sus siglas en ¨¢rabe, el Estado Isl¨¢mico no es estrictamente un grupo terrorista como Al Qaeda, aunque proceda del mismo ¨¢rbol violento, sino que es todo un proyecto pol¨ªtico, naturalmente de matriz y m¨¦todos terroristas, que tiene como objetivos arrumbar los reg¨ªmenes ¨¢rabes, expulsar a las potencias occidentales, limpiar el territorio de las minor¨ªas religiosas consideradas her¨¦ticas o polite¨ªstas (cristianos, jud¨ªos, chi¨ªes, yazid¨ªes) y borrar las barreras coloniales en Oriente Pr¨®ximo ¡ªmuy concretamente la l¨ªnea que separa Siria e Irak y lleva el nombre de Sykes y Picot, los diplom¨¢ticos brit¨¢nico y franc¨¦s que acordaron secretamente la partici¨®n¡ª". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de LLUIS BASSETSARIEL Y PAID?S"Lo que s¨ª es cierto es que en la biblioteca de la Real Academia Espa?ola existe una colecci¨®n completa de la 'Encyclop¨¦die, ou dictionnaire raisonn¨¦ des sciences, des arts et des m¨¦tiers / par une societ¨¦ de gens de lettres, mis en ordre et publi¨¦ par M. Diderot ¡ et quant a la Partie Math¨¦matique, par M. D¡¯Alembert'. Son 28 tomos encuadernados en piel algo deteriorada, con el sello y el ex libris correspondiente, pertenecientes a la edici¨®n princeps que, con una tirada algo inferior a los 5.000 ejemplares, fueron apareciendo entre 1751 y 1772. Cuando la primera de estas fechas, la RAE ten¨ªa ya casi 40 a?os de vida, y los seis tomos de su Diccionario de autoridades se hab¨ªan publicado entre 1726 y 1739. A partir de estos datos hist¨®ricos, Arturo P¨¦rez-Reverte escribe una novela que integra la mayor¨ªa de las claves literarias de su autor y constituye un cumplido homenaje no solo a la corporaci¨®n de la que es miembro de n¨²mero desde 2003, sino tambi¨¦n ¡ªy esto es sin duda m¨¢s importante¡ª a la Ilustraci¨®n y el racionalismo. Causas por las que muchos espa?oles, y no solo los acad¨¦micos, lucharon en una batalla incruenta a lo largo de un siglo gris, decadente en lo ¨¦pico, pero sumamente fruct¨ªfero en una contienda no del todo perdida, pero tampoco suficientemente ganada. Me refiero a la de hacer una revoluci¨®n para la que no har¨ªan falta otras armas que el libro y la palabra, seg¨²n dice uno de los personajes hist¨®ricos aqu¨ª presentes, el franc¨¦s D¡¯Alembert, frente a la otra opci¨®n, la de ¡°un ba?o de sangre que preceda al ba?o de raz¨®n¡± defendida por otro de los protagonistas de Hombres buenos, esta vez ficticio: el abate Bringas". PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de DAR?O VILLANUEVAALFAGUARAHaruki Murakami (Kioto, 1949) regresa a la ficci¨®n con este libro de referencias hemingwayanas: Hombres sin mujeres. Son siete narraciones escritas durante los dos ¨²ltimos a?os y que pueden entenderse como variaciones sobre el tema de hombres abandonados por mujeres o privados de su presencia. Mujeres que entran y salen de la vida de aquellos, sin posibilidad alguna de comunicaci¨®n o armisticio, sin segundas oportunidades. Murakami sentencia que basta con amar con locura a una mujer y que ella se marche a cualquier parte para convertirte en un hombre sin mujer. Perder una es perderlas a todas. Esta manera de sentenciar simple e impostadamente rom¨¢ntica es lo que agrada a los adictos a Murakami en la misma medida que desespera a sus detractores. El mundo literario del japon¨¦s es artificioso, un coche de carrocer¨ªa reluciente pero que, a veces, parece esconder m¨¢s un manual de autoayuda que un fetiche posmoderno del que te encaprichas y te hace sentir raro y feliz. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de CARLOS ZAN?NTUSQUETSHay muchos libros llamados Historia de la escritura que recorren todos los procedimientos usados para registrar las palabras, del cuneiforme a los caracteres chinos. Pero ¨¦ste tiene un objetivo m¨¢s restringido, y mucho m¨¢s ambicioso: la evoluci¨®n del alfabeto latino desde los grafitis pompeyanos hasta la imprenta, desde el pincel y la pluma hasta los p¨ªxeles. La perspectiva del brit¨¢nico Ewan Clayton es muy especial. Cal¨ªgrafo de profesi¨®n, aprendi¨® a tallar letras sobre piedra, pas¨® a?os de su vida como monje, recreando las tareas de sus antecesores copistas; y lleg¨® a ser consultor para Rank Xerox. Esta perspectiva ¨²nica, la comprensi¨®n integral de qu¨¦ constituye el acto de la escritura, unido al manejo sensible de una bibliograf¨ªa riqu¨ªsima, hace de esta obra una joya. Ilustrar¨¢ a quienes se interesen por las inscripciones monumentales y los manuscritos medievales, pero tambi¨¦n a quienes quieran conocer la evoluci¨®n de la imprenta o la tipograf¨ªa digital. En un momento como el actual, en el que se discute incluso la pertinencia de ense?ar la letra manuscrita a los ni?os (pretendiendo que bastar¨ªa con hacerles usar un teclado), la obra de Clayton explica el valor de la caligraf¨ªa: no el arte de escribir con florituras, sino como herramienta y expresi¨®n personal de los ciudadanos. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de JOS? ANTONIO MILL?NSIRUELAEste libro est¨¢ destinado a causar una bronca monumental entre cient¨ªficos sociales, pensadores y lectores de todo signo ¡ªcomo ya ha hecho su versi¨®n inglesa en Estados Unidos¡ª, as¨ª que lo mejor ser¨¢ que arranque este comentario resumi¨¦ndoles lo que sostiene su autor, el prestigioso divulgador Nicholas Wade, antiguo editor de Nature, Science y las p¨¢ginas cient¨ªficas de The New York Times.Tiempo habr¨¢ despu¨¦s para discutir sobre lo que el autor no dice, que ser¨¢ probablemente el tema principal de la pol¨¦mica subsiguiente, como suele ocurrir en estos casos. Wade sostiene que hay un componente gen¨¦tico en el comportamiento social humano, y que esos genes est¨¢n tan sujetos al cambio evolutivo como los que controlan el color de la piel, el metabolismo de las grasas o la adaptaci¨®n a las grandes altitudes; que esa evoluci¨®n del comportamiento social ha seguido cursos diferentes en las distintas razas, y que esas diferencias, aunque leves, han tenido efectos multiplicativos en las instituciones que prevalecen en una u otra poblaci¨®n humana. El autor reconoce que nada de esto son hechos probados, sino conjeturas, y el libro consiste en una detallada argumentaci¨®n a su favor: un argumento que quiere otorgar un papel a la evoluci¨®n biol¨®gica en el gran drama de la historia humana. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de JAVIER SAMPEDROARIELTanto en la realidad como en la ficci¨®n los impostores resultan fascinantes. Ah¨ª est¨¢n los respectivos ejemplos del ser humano llamado Peque?o Nicol¨¢s y del personaje literario de Alonso Quijano. Parece que el primero se ha hecho pasar por todo lo imaginable, desde esp¨ªa hasta asesor de Soraya, mientras el hidalgo decidi¨® convertirse en el flamante caballero don Quijote de la Mancha. As¨ª, siguiendo en parte los pasos de Cervantes, la escritora estadounidense Amity Gaige (Carolina del Norte, 1972) ha contado en su tercer libro la historia de un embaucador, Erik Schroder ¡ªalias Eric Kennedy¡ª,que si bien a primera vista no parece tan loco como el de la triste figura, a la larga no resulta m¨¢s cuerdo, siendo casi igual de asombroso. La novela se nos presenta como un solo documento escrito por este personaje que, adem¨¢s de protagonista y narrador, es el exesposo todav¨ªa enamorado de una tal Laura, a quien dirige las confesiones de ¡°mis andanzas con Meadow desde nuestra desaparici¨®n¡±. Meadow es la hija de la pareja, que cuenta seis a?os y ha sido secuestrada por Schroder aprovechando el d¨ªa de visita que consigue por un error judicial. Schroder nos contar¨¢ su historia ya desde la c¨¢rcel, como hicieron Boecio o Pascual Duarte, el relato contrito de los seis d¨ªas que pas¨® recorriendo las carreteras de Nueva Inglaterra en compa?¨ªa de su hija. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de FERNANDO CASTANEDOSALAMANDRA?Qui¨¦n teme a Henrik Ibsen, el viejo oso polar con barbas de lince, se?or de los pitufos y primer dramaturgo feminista de la era moderna? Siri Hustvedt, no. La autora de Los ojos vendados y Todo cuanto am¨¦ demuestra en su ¨²ltima novela que es m¨¢s noruega que norteamericana. Porque El mundo deslumbrante es en realidad un involuntario homenaje al autor de Casa de mu?ecas,una intrincada trama que funciona a la manera de un inconsciente freudiano, con todos los ingredientes del drama n¨®rdico pero con el flotante mundo art¨ªstico de Nueva York como escenario. Harriet Burden, como Nora (?como Hedda?), es una mujer inmensamente henchida de vida en un mundo que apenas le concede la oportunidad de hacer mucho m¨¢s que ser una artista invisible, esposa de un poderoso marchante y madre de dos hijos. Frente a la experiencia de su viudez decide reencontrarse como artista y se inventa el juego de las m¨¢scaras, con el que buscar¨¢ poner en evidencia un sistema del arte para ella claramente mis¨®gino. Huye de Manhattan (¡°esa p¨²stula ambulante, adinerada y endog¨¢mica¡±) y se refugia en un loft en Brooklyn. All¨ª construir¨¢ sus obras, ¡°espacios de juego¡± que cobran forma en celdas y habitaciones donde ¡°pone a vivir¡± a los tres duendes quela suplantar¨¢n: el superficial Anton Tish, el homosexual mestizo Phineas Q. Eldridge y el carism¨¢tico y exitoso Rune. Cada ¡°gnomo¡± poseer¨¢ la capacidad de deslumbrar a trav¨¦s del arte, algo que a ella nunca le fue concedido. Hustvedt utilizar¨¢ una extravagante psicolog¨ªa narrativa para dar perspectiva a su personaje en la b¨²squeda de una identidad que la har¨¢ sentir verdaderamente real. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de ?NGELA MOLINAANAGRAMALa escritura de Pablo Ramos (Buenos Aires, 1966) se despliega tan apegada a la experiencia, con tan extrema conmoci¨®n del dolor y la querencia, que presumo que no le ser¨¢ f¨¢cil al novelista, al volver sobre su texto, deslindar lo que corresponde a la biograf¨ªa y lo que debe a la invenci¨®n. Todo parece igualmente vivo. El escritor ha declarado, en distintas ocasiones, que Gabriel Reyes es escritura y Pablo Ramos no. Gabriel Reyes es el personaje medular que articula casi toda la obra del escritor argentino. Su puerta de acceso a la literatura. Lo que pueda tener de ¨¦l queda subsumido en la voracidad del personaje. En El origen de la tristeza (Malpaso, 2014) Gabriel Reyes narraba con su voz el fin de la adolescencia. En La ley de la ferocidad es un hombre adulto con buena posici¨®n econ¨®mica, adicto al alcohol y las drogas, vanamente destrozado, hostil con su pasado de chico de barrio, del que huy¨® para vengarse del padre, para no parecerse a ¨¦l. La muerte del padre lo obliga a regresar, y ese vac¨ªo abre una rememoraci¨®n construida con golpes de asalto a la memoria, bajo la impotencia del afecto familiar que s¨®lo emerge en la escritura, y que aqu¨ª posee un car¨¢cter encaminado a la purga del desastre vital, el extrav¨ªo, y el desconsuelo. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de FRANCISCO SOLANOMALPASOEn 1968 se llen¨® el embalse del Porma y aneg¨® los pueblos leoneses de Vegami¨¢n, Campillo, Ferreras, Quintanilla, Armada y Lodares. En aquel a?o, Julio Llamazares ten¨ªa nueve de edad, era hijo del maestro de Vegami¨¢n y fue de los primeros en abandonar la zona en pos del nuevo destino de su padre. Los personajes de su novela, Distintas formas de mirar el agua, proceden de Ferreras y fueron de los ¨²ltimos en salir: como todos los vecinos, fueron realojados, muy lejos de all¨ª, en la comarca palentina de Tierra de Campos, donde ese mismo a?o de 1968 se complet¨® la desecaci¨®n de la laguna de la Nava y se construy¨® uno de aquellos ¡°pueblos de colonizaci¨®n¡± ¡ªCasc¨®n de la Nava¡ª que el franquismo declinante segu¨ªa presentando como una de sus grandes conquistas sociales. Ahora, en el a?o 2014, esta novela cuenta el ¨²ltimo regreso de una familia a la vista del agua que cubri¨® sus tierras para arrojar all¨ª las cenizas de quien fue marido, padre, suegro o abuelo de todos ellos: el hombre que siempre quiso volver, como si fuera ¡ªpiensa Raquel, su nieta, un tanto pedante¡ª un ¡°Ulises campesino y provinciano cuyo sue?o era volver al sitio en que naci¨® por m¨¢s que nadie lo esperara all¨ª¡±. En aquel lugar ¡ªcavila Alex, otro de sus nietos¡ª que ha venido a ser ¡°una gran fosa com¨²n hecha con agua en lugar de con tierra¡±. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de JOS?-CARLOS MAINERALFAGUARAEn contraportada se califica Cabaret Biarritz, galardonada este a?o con el Premio Nadal, de novela "divertid¨ªsima, polif¨®nica y extravagante". Nada que oponer a esa tasaci¨®n editorial. La novela es eso, y mucho m¨¢s. Y nos permite descubrir a un autor, Jos¨¦ C. Vales (Zamora, 1965), dotado de notables recursos para elaborar tramas intrincadas; recrear ambientes suntuosos, infamantes y rid¨ªculos; registrar voces y temperamentos de distinto rango social y moralidad equ¨ªvoca, y con un radical sentido de la parodia. Tan radical que no solo abarca el g¨¦nero de investigaci¨®n criminal al que la novela pertenece, sino la propia novela, construida como una improbable edici¨®n cr¨ªtica de unas a¨²n m¨¢s improbables entrevistas, transcritas por un oscuro escritor, Georges Miet, redactor servil de ¡°las historias m¨¢s deplorables que se le pasaban por la cabeza a su patr¨®n¡±, un editor de truculentos relatos populares que rechazaba los libros que "apestaban a literatura". Miet, que para m¨¢s aversi¨®n es "artr¨ªtico, cojo y casi ciego", tiene su momento de emancipaci¨®n literaria al recibir el encargo de escribir una "novela seria sobre los terribles y dram¨¢ticos sucesos acaecidos en Biarritz durante el verano de 1925". Se entrega a esa tarea, "13 a?os despu¨¦s de los hechos en cuesti¨®n", trabajando en condiciones muy pat¨¦ticas. Consumir¨¢ su vida reuniendo el material de lo que pretend¨ªa que fuera "la gran novela de Biarritz", de la que solo quedar¨¢n, confundidos con otros legajos, "en la oscuridad m¨¢s deplorable", los manuscritos de las entrevistas realizadas a una treintena de personajes, testigos o implicados en los hechos, que compasivamente se prestaron a hablar con el malogrado Georges Miet. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de FRANCISCO SOLANODESTINOLa nueva novela de Gustavo Mart¨ªn Garzo (Valladolid, 1948) tiene su origen en otra anterior, La carta cerrada (Lumen, 2009). En ¨¦sta, una madre deja a su hijo una carta en la que le explica las razones por las que su vida tom¨® otros derroteros, pero el ni?o no la abre. No quiere saber. Aqu¨ª, en Donde no est¨¢s, hay una madre muerta y una hija que s¨ª quiere saber. As¨ª que busca a su madre resiguiendo sus pasos, poni¨¦ndose sus zapatos, va a la casa rural de la abuela, poderosa, sabia, l¨²cida y, quiz¨¢ por ello, intransigente, con pasiones y avatares de las gentes que est¨¢n y estuvieron en su ¨®rbita, una extens¨ªsima esfera arbitraria de poder. Ana es una adolescente que acude para saber y todos ¡ªvivos y muertos, animales, ¨¢rboles y habitaciones¡ª le hablan de lo que no saben para as¨ª callar lo que s¨ª saben. Mentiras, secretos, sospechas y certezas. Ana regresa al pueblo de la infancia de su madre donde a¨²n reside aquella abuela, hoy maltratada por un Alzheimer que le hace alternar desvar¨ªo y lucidez. Ese lugar es Villalba de los Alcores, pueblo vallisoletano de la comarca de los Montes Torozos, que fue el mundo y el mito en la infancia del propio autor. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de CARLOS ZAN?NDESTINOTambi¨¦n esto pasar¨¢ es un sendero que se te abre en cuanto empiezas a leer y al mismo tiempo notas c¨®mo se va cerrando tras de ti. Un libro especial e irrepetible, no imbatible, pero s¨ª sincero en su ficci¨®n y que su autora sabe manejar con oficio cuando se acerca demasiado a la playa de la autocomplacencia de lo estupend¨ªsimo. La caja de m¨²sica que escuchas apenas inicias la segunda novela de Milena Busquets (Barcelona, 1972) te hipnotiza desde el principio. Puro sonido Hamelin y los pies sobre los ladrillos amarillos por los que la novela discurre y termina a ritmo de literatura testimonial, pero nunca cat¨¢rtica ni sentimentaloide. La partitura est¨¢ impregnada con una agradable y dolorosa sensaci¨®n de verdad literaria, de haber estado metido en un mundo ficcional universal al tiempo que muy personal. La autora crea el personaje de Blanca como falso pararrayos. La madre muerta. La madre que sostiene, da sentido a la narraci¨®n y carga de profundidad los ligeros pasos de ballet de los personajes de Tambi¨¦n esto pasar¨¢. Esa mujer es la madre de la autora, bruja burlona y hada patosa, inteligente, ego¨ªsta, culta, educada, caprichosa y educadora de la f¨¦rrea libertad de hacer lo que te da la gana, cargar las consecuencias, pero nunca culpabilizarse de ello. Esa mujer era la escritora y editora Esther Tusquets, fallecida hace poco m¨¢s de dos a?os, figura esencial de la intelectualidad barcelonesa. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de CARLOS ZAN?NANAGRAMAEn el ya lejan¨ªsimo mes de octubre de 1984, debajo de una manta de gusanos hallaron el cad¨¢ver de Richard Brautigan. Solo en eso, en elegir la manera de acabar con su vida, parec¨ªa haber triunfado plenamente. Con una bala en la sien de una 44, en una caba?a aislada en Bolinas, California. Pero siempre hay que ir con cuidado con estas vidas nada ejemplares made in USA. Trat¨¢ndose de un pa¨ªs m¨ªtico, la biograf¨ªa de la mayor¨ªa de sus artistas (escritores, actores, millonarios y presentadoras de televisi¨®n) tratar¨¢ tambi¨¦n de serlo. Si no tienes una adicci¨®n (si la di?as, bien, y si la superas y regresas, premio doble), no eres nadie. Si tu padre no era alcoh¨®lico y so?aba con que a¨²n estaba en Saig¨®n. Si tu t¨ªo Dick no se mostraba en exceso cari?oso, si no tuviste mil domicilios en la infancia y mil empleos (nada de auxiliar administrativo: marino, detective, surfista, camarera) eres menos que nadie. Puede que escribas bien (o muy bien) , pero te falta algo. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de CARLOS ZAN?NBLACKIE BOOKSA ver qui¨¦n es el guapo que cuando se habla de novela p¨®stuma piensa en una obra maestra; a ver qui¨¦n piensa con un lirio en la mano que novela p¨®stuma no es sin¨®nimo de borrador extraviado, de manuscrito repudiado y descubierto en aquel anaquel cercano al abigarrado escritorio del genio creador, de resto de serie, de merma narrativa, de residuo con el que prolongar la gloria literaria que la muerte ha arrebatado, de efecto placebo o de a?agaza de marketing,de testamento traicionado. Para Isabel es una novela in¨¦dita p¨®stuma de Tabucchi (1943-2012), pero no un inesperado vestigio de su talento sino una prueba esencial de este, una obra maestra perge?ada con la parsimonia con la que rumia el buey Apis, a un tiempo f¨¦rtil y funerario, y terminada de escribir en 1996, en plena hegemon¨ªa art¨ªstica y ebullici¨®n medi¨¢tica, dos a?os despu¨¦s de publicar su ya legendaria Sostiene Pereira. Por qu¨¦ no quiso publicarla entonces es cuesti¨®n que ni su viuda ni su editor en lengua original alcanzan a revelar en el breve posliminar que cierra el volumen. Tal vez, como el lector, ignoran el motivo y piensan que Tabucchi crey¨® que publicar Para Isabel ser¨ªa como caer en la tentaci¨®n de publicar su obra completa antes siquiera de haberla escrito, pues esta historia de b¨²squedas vagamente detectivescas es una historia de b¨²squedas decididamente personales que contiene su universo literario entero. Y s¨ª, hubo un tiempo, antes de las redes sociales, en que asustaba la exhibici¨®n de la privacidad. PINCHA BAJO ESTAS L?NEAS para leer la rese?a completa de JAVIER APARICIO MAYDEUANAGRAMA