12 fotosEscuelas entre colososUna fundaci¨®n vasca lucha por el acceso a la educaci¨®n de ni?as pakistan¨ªes que viven en una de las zonas m¨¢s inh¨®spitas del planetaRut de las Heras Bret¨ªnMadrid - 05 may 2015 - 09:07CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEl r¨ªo Hush¨¦ forma un estrecho valle rodeado de paredes gigantes de granito. El fot¨®grafo lo describe como "un lugar sobrecogedor de tremenda belleza". Se sit¨²a entre los 2.800 y los 3.400 metros de altitud, con temperaturas inferiores a los 20 grados bajo cero en invierno. Cinco de las 14 monta?as m¨¢s altas del mundo se encuentran en Pakist¨¢n. Gran parte de la poblaci¨®n masculina de esta zona del Baltist¨¢n son 'sherpas' ¨Cporteadores o gu¨ªas¨C de los monta?eros que llegan all¨ª con la intenci¨®n de escalar los ochomiles que les rodean (el K2, el Nanga Parbat, el Hidden Peak, el Broad Peak y el Gasherbrum I y II). En el valle viven unas 11.525 personas, 5.470 hombres y 6.055 mujeres.Mikel AlonsoDos ni?as observan curiosas al fot¨®grafo desde el interior de su hogar. Ninguna lleva el pelo cubierto, no les impone la presencia masculina, todav¨ªa son peque?as. Con m¨¢s edad se cubrir¨ªan la cabeza si hay un hombre. Esta imagen est¨¢ tomada desde el patio de una casa que hace la funci¨®n de distribuidor con acceso a las distintas dependencias. Los n¨²cleos familiares son muy grandes: padres, hijos, t¨ªos, primos, entre 20 y 30 personas bajo el mismo techo. La mujer lleva el peso del hogar, de los hijos y de otros trabajos, como el cuidado del ganado o el transporte de la le?a.Mikel AlonsoUn colegio de Machulu con murales, mapas y gr¨¢ficos del cuerpo humano en las paredes de las aulas. Mochilas sobre las sillas. Igual que en cualquier parte del mundo. Un alumno uniformado mira a la maestra. El uniforme lo mantienen por tradici¨®n brit¨¢nica (Pakist¨¢n fue colonia de Reino Unido). La Fundaci¨®n Baltistan ha conseguido que algunas de sus alumnas se formen como profesoras para que puedan continuar la labor educacional iniciada. Esta mujer solo deja ver sus ojos. Se tapa porque va a ser fotografiada. En ¨¦poca de cosecha, los maestros tienen que negociar con las familias que obligan a sus hijas a ayudar en el campo, ya que la agricultura tambi¨¦n es tarea de mujeres.Mikel AlonsoLas manos de una ni?a con las u?as pintadas de jena se?alan la lectura de un libro. Para que las familias entendieran la importancia de dar una educaci¨®n a sus hijas fue fundamental la complicidad del mul¨¢ ¨Cel l¨ªder religioso¨C de Machulu, el m¨¢s influyente del valle. Los miembros de la fundaci¨®n se lo ganaron. Siempre han tenido un v¨ªnculo muy especial con los habitantes de estos pueblos de los que son su 'sherpas'. Sus subidas a la monta?a no ser¨ªan posibles sin ellos. Tras las expediciones descansan en sus casas y conocen a sus familias. El mul¨¢ entendi¨® la importancia de que las ni?as tambi¨¦n accedieran a la educaci¨®n e intercedi¨® con las familia reacias, arrastradas por los roles establecidos durante siglos por la tradici¨®n y la religi¨®n. Su ayuda supuso un punto de inflexi¨®n.Mikel AlonsoTres ni?as posan en la escuela de la Fundaci¨®n Baltist¨¢n en Marzag¨®n, otro de los pueblos del valle. Su uniforme consta de una vestimenta azul y un hijab blanco que las m¨¢s peque?as llevan ca¨ªdo y descolocado con frecuencia. Cada d¨ªa, al empezar la jornada cantan el himno nacional. Las mujeres llevan ropas que tapan su cuerpo y ocultan sus formas, pero eso no les impide ser coquetas, desde peque?as se maquillan los ojos con 'kohl'. Las clases son compartidas por ni?os y ni?as pero en bancadas diferentes, a un lado unos y al otro. Cada vez es m¨¢s importante la apertura que las escuelas traen, el cambio de mentalidad, para que las mujeres puedan irse a estudiar a Islamabad, la capital, o a otros lugares para ampliar su formaci¨®n. Lo importante es que luego vuelvan y lo invertido en ellas repercuta en el valle, que cada vez est¨¢ m¨¢s empobrecido.Mikel AlonsoAniqa Bano vive en Skard¨², un pueblo a tres horas de Machulu, con sus hijas, dos ni?as sordomudas. Ser ni?a y sordomuda no es f¨¢cil en ning¨²n lugar del mundo, pero en la zona donde viven no hubiera sido extra?o que su familia las hubiera ocultado. Sin embargo, su madre se form¨® en educaci¨®n especial. Aniqa ha desarrollado un programa para que aprendan a leer, escribir y a comunicarse entre ellas. Es profesora en una escuela del Gobierno por la ma?ana y por la tarde atiende a ni?as y ni?os sordomudos en su casa.Una matrona en el hospital de la capital de Baltist¨¢n, Skardu, el ¨²ltimo pueblo del valle y el m¨¢s grande de esta zona. Muestra una beb¨¦ reci¨¦n nacida. Esta ni?a ha nacido en circunstancias distintas a las de la mayor¨ªa de los balt¨ªes ¨Ccon atenci¨®n m¨¦dica en un hospital¨C. Los servicios de salud en la zona son inexistentes, este es el ¨²nico hospital y para enfermedades graves han de trasladarse a la capital, Islamabad.Mikel AlonsoNi?as que se tapan la cara con sus cuadernos, muchas veces reaccionan tap¨¢ndose por pudor, pero en este caso estaban jugueteando con el fot¨®grafo. Cuando se dibujan en su blocs, no se representan tapadas. Al contrario, una de sus im¨¢genes a imitar es la que ofrece Bollywood, por tanto, no es extra?o que se plasmen con el ombligo al aire. Al colegio van con uniforme y si tienen alguna visita poco habitual la reciben cantando. De entre los casi 1.000 alumnos en las escuelas de la fundaci¨®n en el valle de Hush¨¦, m¨¢s de la mitad son ni?as.Mikel AlonsoUna mujer pasa frente a una pared de una escuela en la que se muestran los trabajos de los peque?os. Va completamente tapada porque sabe que va a ser fotografiada. La religi¨®n mayoritaria y con gran influencia en el valle de Hush¨¦ es la rama suf¨ª del Islam. Son pueblos pac¨ªficos contrarios a sus vecinos de Afganist¨¢n. Uno de los motores econ¨®micos de esta zona es el comercio del albaricoque seco ¨Clos orejones¨C. Muchos en el valle se dedican a su cultivo, ya que el clima seco le favorece. Es una zona en la que no llega el monz¨®n, el Himalaya act¨²a como muralla e impide el paso de las lluvias.Mikel AlonsoUn profesor de una de las escuelas, retratado con sus cuadernos y de fondo tiene una pizarra. Todos los centros de la fundaci¨®n tienen los niveles de educaci¨®n infantil y primaria. Los superiores solo en dos, no en todos los pueblos hay alumnos suficientes. Pero conceden unas diez becas al a?o para que tanto chicos como chicas vayan a estudiar fuera. La primera vez que esto ocurri¨® fue en 2007, antes nunca hab¨ªa salido nadie para formarse. El que sean los propios habitantes del valle los que tras sus estudios vuelvan facilita el trabajo de la fundaci¨®n, ya que no es f¨¢cil conseguir profesores dispuestos a trabajar en ese lugar tan remoto. Los caminos de acceso muchas veces est¨¢n cortados por avalanchas de rocas. Las escuelas del Gobierno sufren el mismo problema de falta de profesores.Mikel AlonsoSeis j¨®venes de Machulu en una de las escuelas vocacionales de la Fundaci¨®n Baltistan. Aprenden a coser y hacer patrones. Ninguna de ellas mira a la c¨¢mara, son adolescentes y les impone la presencia masculina del fot¨®grafo. Tienen entre 15 y 18 a?os, a esa edad ya est¨¢n casadas. El matrimonio est¨¢ concertado por las familias desde mucho antes. Poco a poco, gracias a las escuelas y a la apertura que estas traen, algunas familias van respetando los gustos de sus hijas. M¨¢s de 950 mujeres han pasado en los ¨²ltimos tres a?os por estos centros en los que aprenden un oficio, como cardadora de lana, elaboraci¨®n de mermeladas o poda de ¨¢rboles frutales.Mikel Alonso