Cinco motivos para odiar/amar a Morrissey en su 58 cumplea?os
Desde sus (supuestos) comentarios xen¨®fobos al ¨¦xito de los ¨²ltimos discos pasando por su vanidad desmesurada
Bocazas, sensible, eg¨®latra, certero, genial o extremista son solo algunos de los ep¨ªtetos que se pueden utilizar para definir a Steven Patrick Morrissey, un tipo capaz de polarizar opiniones de un nivel reservado solo a algunas de las mayores (y m¨¢s deslenguadas) figuras de la historia del pop. ¡°Si mencionas mi nombre, la gente o vomita o se entusiasma. Es un cumplido porque significa que, como m¨ªnimo, eres original¡±, declaraba hace poco a este peri¨®dico, dejando claro que, tres d¨¦cadas despu¨¦s de su irrupci¨®n gladiolo en mano al frente The Smiths, sigue disfrutando de ese sentimiento de ¡°todo o nada¡± que provoca entre los mortales.
Hoy es una ocasi¨®n tan buena como cualquier otra (cumple 58 a?os) para que recordemos las razones por las que lo hemos amado, y otras tantas en las que hemos deseado abofetearle.
Lo amamos por...
1. Su pasi¨®n de fan
¡°Me perd¨ª dentro de la m¨²sica a una edad muy temprana, y ah¨ª he permanecido¡±
Antes de cantante y letrista, Morrissey fue fan. Su autobiograf¨ªa da buena cuenta del ardor con que abraz¨® la m¨²sica el joven Steven, encontrando en ella una v¨ªa de escape a un Manchester gris y represor, en el que solo hab¨ªa calles y m¨¢s calles y los profesores inflig¨ªan humillantes castigos f¨ªsicos a sus alumnos. Gran parte de esas pasiones primerizas se pueden rastrear en esta playlist, en la que no faltan los New York Dolls, banda que le apasionaba hasta el punto de fundar su club de fans en Inglaterra. Otros de sus amores fueron Mott The Hoople, los Ramones, Buffy Sainte-Marie o su adorada (y actual vecina) Nancy Sinatra.
2. Su sinceridad brutal
¡°Nunca he pretendido ser controvertido, pero es muy f¨¢cil serlo en la m¨²sica pop porque nadie lo es nunca¡±
Dentro de la infinidad de argumentos con los que se puede atacar a Morrissey, nunca encontraremos entre ellos la hipocres¨ªa. Rara vez se le ha presentado un tema sobre el que no haya querido opinar, y jam¨¢s ha escamoteado una respuesta -ya sea positiva o, como suele ser habitual, despiadada- , para alegr¨ªa de sus entrevistadores, a los que siempre regala varias joyas verbales. No ha dudado en dar su veredicto sobre temas como la m¨²sica dance (¡°es el refugio de los deficientes mentales¡±) o su causa favorita, los derechos de los animales: ¡°no veo ninguna diferencia entre comer carne y la pedofilia¡±. Tampoco ha escatimado juicios de valor sobre compa?eros de profesi¨®n, ya se trate de Robert Smith (¡°es un llorica¡±), Elton John (¡°traedme su cabeza. Si se sirve en un plato en ese caso la carne no ser¨ªa asesinato¡±) o Madonna (¡°est¨¢ m¨¢s cerca de la prostituci¨®n organizada que de cualquier otra cosa¡±). Pr¨¢cticamente, con lo ¨²nico que no se muestra tajante es su sexualidad, misterio que alienta con declaraciones como ¡°nunca he sido una persona sexual¡± o ¡°en realidad soy un humanosexual, me atraen los humanos. Solo que, claro, no me atraen muchos¡±.
3. Su desd¨¦n hacia el poder
¡°Odiamos a William y Kate¡± (Mensaje de las camisetas de su banda en su gira de 2012)
Pese a que nunca ha hecho demasiado por cambiar las estructuras establecidas y defiende el abstencionismo, Moz siempre ha cultivado una sana desconfianza por aquellos que ostentan un cargo oficial, ya sea por la elecci¨®n mediante el voto (Margaret Thatcher) o por simple derecho de cuna (la familia real brit¨¢nica al completo). De la primera dec¨ªa que era ¡°un terror sin un ¨¢tomo de humanidad¡± y le dedic¨® Margaret on the Guillotine. Pese a no ser ajusticiada como ¨¦l deseaba, celebr¨® su muerte recordando que a la exprimera ministra ¡°la gente le importaba una mierda¡±. Con la realeza de su pa¨ªs todav¨ªa no ha visto colmados sus deseos, pese a que una de sus m¨¢ximas famosas es aquella en la que les califica de par¨¢sitos. David Cameron, que se confes¨® fan de The Smiths, tampoco goza de sus simpat¨ªas; al actual PM le echa en cara su afici¨®n por la caza. Un tipo de poder distinto, el de los ejecutivos de las discogr¨¢ficas, tambi¨¦n ha sido el centro de sus iras, ya fuesen independientes (Geoff Travis de Rough Trade sale muy mal parado en su autobiograf¨ªa) o multinacionales. No en vano, en los ¨²ltimos a?os ha pasado por Sanctuary, Decca y Harvest, y actualmente no tiene contrato con sello alguno. Por un motivo u otro, Morrissey no se lleva bien con el poder.
4. Sus referencias literarias y cin¨¦filas
¡°Hay vida m¨¢s all¨¢ de los libros, pero no mucha¡± (de la canci¨®n Handsome Devil)
Morrissey es uno de esos autores que disfrutan hablando de sus influencias e incorpor¨¢ndolas a su obra, qui¨¦n sabe si como una manera de acercarse m¨¢s a sus h¨¦roes. Para el fan curioso es todo un juego descubrir las pistas que va sembrando en toda su obra, e Internet est¨¢ plagada de webs en las que se analizan las citas o pr¨¦stamos a obras literarias, pero tambi¨¦n cinematogr¨¢ficas y televisivas. Enamorado del Hollywood cl¨¢sico en general y de James Dean en particular, las portadas de The Smiths le sirvieron para homenajear a Alain Delon, Andy Warhol, pel¨ªculas como ¡®El coleccionista¡¯ (William Wyler) o series como Coronation Street, el eterno culebr¨®n que permanece en antena desde 1960 y uno de los placeres del joven Moz.
5. Su legado
¡°Cuando me entierren junto a una iglesia y arrojen tierra a mi tumba, me gustar¨ªa que grabasen las palabras 'bueno, al menos lo intent¨®' en mi l¨¢pida¡±
Parece obvio, pero a veces hay que recordarlo: si estamos hablando de ¨¦l es porque Morrissey ha dejado tras de s¨ª una apabullante colecci¨®n de canciones. Su asociaci¨®n con Johnny Marr ha quedado para la historia como una de las parejas m¨¢s productivas (The Smiths publicaron cuatro discos en apenas cinco a?os) y brillantes del pop, y su trayectoria en solitario, pese a ser desigual, contiene numerosos momentos destacados. Demonios, estamos hablando del autor de How Soon Is Now,?What Difference Does It Make?, I Know It¡¯s Over, Everyday Is Like Sunday o The First of the Gang to Die, por nombrar solo algunas de sus obras maestras. A eso tenemos que sumar un volumen de memorias que, pese a unas altas dosis de autoindulgencia y ¨¢nimo de revancha contra el mundo, demuestran que su estilo como escritor est¨¢ a a?os luz de la mayor¨ªa de las estrellas del pop.
Pero...
1. Sus (supuestos) comentarios xen¨®fobos
¡°Casi voto al UKIP. Me gusta mucho Nigel Farage¡±
Suena a locura la idea de que Moz pueda identificarse con cualquier partido pero, a lo largo de los a?os, ha ido dejando peque?os gui?os que le relacionan con los sectores m¨¢s conservadores del espectro pol¨ªtico, cuando no con la extrema derecha. Su concepci¨®n nost¨¢lgica de un Reino Unido idealizado le ha llevado a posar con la Union Jack y a esparcir su carrera de declaraciones m¨¢s o menos xen¨®fobas, como aquellas que public¨® el semanario New Musical Express en 2007 en las que aseguraba que las fronteras de Inglaterra estaban "inundadas"?y que el pa¨ªs se hab¨ªa ¡°echado a perder¡±. El cantante neg¨® haber dicho tal cosa y llev¨® a juicio a la publicaci¨®n que, a?os m¨¢s tarde, tuvo que retractarse. En todo caso, no ha sido el ¨²nico caso en el que sus comentarios se han acercado a extremos peligrosos: en 2010 calific¨® a toda la poblaci¨®n china de ¡°subespecie¡± por su trato a los animales, y en 2013 expres¨® su simpat¨ªa por el UKIP y su l¨ªder Nigel Farage, conocido por su pol¨ªtica antiinmigraci¨®n.
2. Su vanidad
¡°Nunca aceptar¨ªa un Brit. Ser¨ªa como ver a Laurence Olivier feliz recogiendo un premio de la revista TV Times¡±
A nadie se le escapa que estamos ante una personalidad que ocupa hasta la ¨²ltima part¨ªcula de espacio libre de cualquier habitaci¨®n. Pese a que siempre ha cultivado una tendencia a la autoconmiseraci¨®n (¡°siempre he pensado que mis genitales son el resultado de una broma grosera¡±), el ego de Morrissey siempre ha estado en buen estado. Por eso no result¨® chocante saber que una de las condiciones que le puso a la editorial Penguin para publicar sus memorias era que ¨¦stas formaran parte de la colecci¨®n de cl¨¢sicos. Es decir, a la altura de Orgullo y Prejuicio o Guerra y Paz. La tentaci¨®n de aparecer en las estanter¨ªas junto a sus ¨ªdolos Oscar Wilde o Marcel Proust fue imposible de resistir.
3. Sus caprichos de prima donna
¡°Camiseta oficial de cancelaci¨®n de gira de Morrissey¡± (Mensaje de una camiseta)
A medida que ha ido envejeciendo, Morrissey ha ido acrecentando sus aires de divo, elevando sus peticiones y bajando el nivel de autoexigencia. Sus cancelaciones de festivales son ya famosas, con la del FIB de 2004 como uno de sus episodios m¨¢s crueles con sus fans. La excusa oficial: perdi¨® su vuelo y no pudo encontrar otro a tiempo. En 2014 dej¨® plantados a sus seguidores en Estados Unidos debido a una ¡°enfermedad respiratoria¡±. Moz no dud¨® en culpar a su telonera en esa gira, Kristeen Young, de haberle contagiado un virus, y su equipo la invit¨® a abandonar los restantes conciertos inmediatamente. Hasta tal punto es habitual que no llegue a subirse a los escenarios seg¨²n lo anunciado que un usuario de Tumblr ha recopilado todas las cancelaciones de su carrera. Sus peticiones tambi¨¦n son motivo de asombro. En varias ocasiones ha exigido que no se sirva carne en el recinto en el que act¨²a, y tampoco quiere cruzarse con lugares en los que se vendan comida de origen animal. ¡°?Ha cambiado el mundo o he cambiado yo?¡±, se preguntaba en The Queen Is Dead. Ahora la respuesta es evidente.
4. Sus ¨²ltimos discos
¡°Gaga in M¨¢laga / No mercy in Murcia / Mental in Valencia¡± (¡®The Bullfighter Dies¡¯)
Cualquier fan con cierto sentido cr¨ªtico estar¨¢ de acuerdo en que lo mejor de la producci¨®n de Morrissey se encuentra en el periodo comprendido entre 1984, fecha de publicaci¨®n de The Smiths, y 1990, cuando se vio la luz el recopilatorio Bona Drag. Desde entonces ha tenido chispazos ocasionales (Vauxhall and I o el regreso a primera l¨ªnea que supuso You Are the Quarry), pero la calidad de sus composiciones ha ido menguando poco a poco, hasta llegar a un World Peace Is None of Your Business (2014) que contiene alguno de los peores momentos de su carrera. Incluso su punto fuerte, las letras, flaquea de manera dolorosa.
5. Su huida del mundo real
¡°Intent¨¦ vivir en el mundo real en vez de en mi cascar¨®n, pero me aburr¨ª antes de empezar¡±
Desde que un juez dictaminase que Mike Joyce y Andy Rourke, bater¨ªa y bajo de The Smiths, deb¨ªan percibir la misma proporci¨®n de royalties generados por el cat¨¢logo del grupo que Morrissey y Johnny Marr, nuestro hombre instal¨® su campamento base en Los Angeles. La raz¨®n no es solo desapego: evita tener propiedades en su pa¨ªs de origen para no ser embargado. En California, entre sol y palmeras, vive una existencia completamente alejada de sus or¨ªgenes, y tambi¨¦n de la realidad. Es lo que piensan antiguos fans como Paul Heaton, de The Housemartins y The Beautiful South, que le acusa de haber dado la espalda a su pa¨ªs y a la clase obrera. Lo cierto es que Moz parece cada vez m¨¢s ajeno al mundo, encerrado en su microcosmos en el que solo tiene lugar aquello que le parece soportable. Una burbuja que abandona ¨²nicamente cuando, como ahora, se dispone a actuar ante unos fans que le perdonan cualquier desplante.
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